Tecnología sí, gracias

Magnífico e ilustrado ejemplo el de las recetas de Anita en Mayorga. Este y no otro, es el camino de la transformación y el cocinado. La industria de la conserva clave en el sector alimentario. Un proyecto con futuro. Ya no cocinamos en casa y en los restaurantes cada día se alejan más de la receta bien armada. De aquellos platos que eran el resultado de la coherencia de aquellas mujeres que combinaron tiempo, técnica, especie y productos como nadie. Cocciones lejanas. Supieron dar el punto exacto a un asado, a un estofado y posiblemente con criterios nutricionales añadidos. La conserva no es un fenómeno nuevo. Pero la situación va a convertir su consumo en obligado sobre todo en determinados platos cocinados que van desapareciendo. Y un factor determinante: la participación de licenciadas/os en Tecnología de los Alimentos. Este es el camino para muchos jóvenes formados en este campo que tienen un frente despejado por delante en una región como la nuestra. Lo del pichón escabechado y la lenteja estofada es solo un diminuto ejemplo en un camino repleto de oportunidades por el potencial alimentario y el valor de un recetario al que salvará el cristal antes que el cocinero. Personalmente, tecnología sí, pero más en los obradores que siguen la normativa alimentaria que en los artilugios de la cocina imaginativa.