Diario de Valladolid

LAS CORTAS DE BLAS (VILLALBA DE LOS ALCORES, VALLADOLID)

Quesos desde el corazón de Los Torozos

La histórica granja lanza al mercado una gama de quesos y leches fermentadas procedente de su propio rebaño de ovejas

Pablo Goicoechea con un surtido de quesos y leches que han empezado a comercializar.-J.M. LOSTAU

Pablo Goicoechea con un surtido de quesos y leches que han empezado a comercializar.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Henar Martín Puentes

Creado:

Actualizado:

Escondida entre los páramos y montes que rodean la comarca de los Torozos se ubica un rincón lleno de vida. Un oasis en mitad de la Castilla desierta que, desde hace 15 años lucha por acercar a la sociedad el contacto del mundo rural y sus vivencias gracias a su Granjaescuela que, con el tiempo, se ha convertido en un destino conocido para niños y familias que buscan sentir la naturaleza en estado puro y de paso, descubrir el origen de los múltiples productos cotidianos que consumimos. Pady y Ricardo Miranda, ingenieros agrícolas y dueños de la finca de 150 hectáreas que se extiende entre monte de encina y cultivos propios de la explotación, se embarcaron en un proyecto con el que pretendían «dar valor al mundo rural» a través de técnicas de ordeño y el cuidado de los animales; en definitiva, aprender de primera mano cómo es un día cualquiera en una explotación agropecuaria.

RECUPERAR LA TRADICIÓN

Hace un año la Granja de las Cortas de Blas dio un nuevo paso con la elaboración de una amplia gama de productos lácteos. Ya en la década de los años 50 del siglo pasado hubo una quesería. Un nuevo proyecto con el que la explotación tendrá aún más vida, si cabe. En sus instalaciones elaboran hasta 9 referencias diferentes entre queso y leches fermentadas con la leche que extraen de su propio rebaño formado por 900 ovejas de ordeño de la raza Assaf. «La leche que usamos es la procedente de nuestra propia ganadería. Eso nos permite trabajar con más tranquilidad, conociendo perfectamente la materia prima principal de la quesería», cuenta Pablo Goicoechea, responsable de la quesería.

Al igual que han hecho con su Granjaescuela «enseñando el mundo rural» quieren transmitir la misma filosofía con la quesería. «Es una quesería para enseñar y para que se nos vea trabajar en ella, explicando qué y cómo lo hacemos», explican.

Para ello reciben visitas casi a diario de las que aseguran que «aprenden algo nuevo y la gente se va muy satisfecha».

Trabajan pastas blandas y semiblandas de ovejas con las que elaboran recetas «de creación propia abarcando un amplio espectro de sabores y texturas, desde quesos con toques más tradicionales hasta quesos más atrevidos y sorprendentes», según indican.

Una apuesta por la innovación en el mundo del queso que según Goicoechea han hecho «por empezar de cero y buscar nuestra propia seña de identidad».

Por el momento su familia quesera está compuesta por cinco referencias diferentes que abarcan desde un queso más familiar con sabores tradicionales hasta un queso azul y otro tipo camembert. Y en lo que respecta a leches fermentadas, elaboramos desde el yogur de oveja tradicional hasta leches fermentadas infusionadas en diferentes sabores que están arrancando caras de sorpresa a mucha gente.

Hasta la fecha sus productos pueden encontrarse en algunas tiendas especializadas de Valladolid capital. Cada quince días envían sus lácteos hasta Madrid desde donde son distribuidos a varias tiendas de la geografía española. A ello se sumará una nueva línea comercial con el mundo de la restauración en Barcelona. «Nuestro reto ahora es dar el salto y empezar a encontrar distribuidores por toda España», apostillan.

Y aunque su objetivo «no es ser grandes pero sí hacer cosas que gusten y que, al mismo tiempo nos motiven», han aterrizo en el mundo del queso del que consideran «vive un momento muy dulce con elaboraciones muy sorprendentes» para dejar su impronta personal.

tracking