Diario de Valladolid

El arribe desde El Hullón

Un trayecto de cuatro kilómetros lleva al caminante desde el pueblo de Villadepera hasta el mirador sobre el río Duero encajonado

Una mujer disfruta del paisaje del Arribe del Duero sentada en el banco El Hullón.  A la d. indicador  colocado en el  camino.-J.L.C.

Una mujer disfruta del paisaje del Arribe del Duero sentada en el banco El Hullón. A la d. indicador colocado en el camino.-J.L.C.

Publicado por
Jose Luis Cabrero

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No lo encontrarás si no lo buscas. No está de camino a nada, salvo al paisaje absorbente marcado por el río y los acantilados. No tendrás que esperar pacientemente a que otro visitante deje su sitio para disfrutar de él. Es el banco El Hullón, que se asoma sobre la espectacular estampa de los Arribes del Duero, en la provincia de Zamora, en pleno parque natural.

Acceder al banco que se ha construido en un mirador natural sobre el río no es difícil: está bien indicado, el camino se encuentra en buenas condiciones y hay varias opciones de ruta en función de las ganas de caminar con que haya amanecido el día.

Para llegar al mirador del banco El Hullón hay que partir de Villadepera, una pequeña localidad de apenas 200 habitantes. Tomando la salida hacia Moralina de Sayago enseguida se encontrará a la izquierda un camino en el que aparece la primera señal que marca los cuatro kilómetros de distancia que hay hasta el balcón sobre el arribe. Se puede dejar el coche en las inmediaciones e iniciar la caminata que no tiene ninguna dificultad.

El camino se realiza por sendas de tierra, pedregosas en algunos tramos pero en buen estado, que van discurriendo al principio entre pequeñas huertas que los vecinos de la zona sitúan en las tradicionales cortinas, espacios delimitados por tapias hechas con piedras amontonadas con toda la paciencia y la sabiduría del mundo. A medida que se avanza, alguna encina y el monte bajo empiezan a dominar el paisaje de la comarca de Sayago. Con el campo agostado tras unos meses extremadamente secos, todavía se deja notar a lo largo del camino el olor al espliego y el tomillo.

La ruta sigue recta y la mayor parte de las veces en llano, con pequeñas subidas y bajadas fáciles de asumir. Las señales indicadoras se van sucediendo cada vez que hay una bifurcación así que es complicado perderse en el entramado de caminos que existen a lo largo del terreno. Sólo en el último kilómetro del recorrido, cuando ya casi se adivina el arribe al fondo, la senda se estrecha amenazada por la maleza y empieza a descender de manera abrupta.

El banco de El Hullón deja ver apenas una esquina, oculto entre las moles de granito que van sustituyendo a los matorrales a medida que se desciende. De repente, tras sortear el último escalón natural, aparece como si siempre hubiera estado allí, como si fuera su espacio natural, el que le estaba reservado. Una placa de cerámica certifica que se ha llegado al lugar que se buscaba.

El banco es modesto, realizado apenas con unos restos de maderas y algo de cemento para anclarlo al granito, pero eso es lo de menos. Lo impresionante es el paisaje que deja ver, el cañón horadado por el Duero a lo largo de los siglos, los acantilados rocosos, el sol reverberando sobre el agua, el silencio, el río casi quieto, los numerosos pájaros que abandonan el roquedo para sobrevolar el arribe.

El camino que se ha realizado a pie desde la carretera entre Villadepera y Moralina de Sayago se puede transitar también en coche, lo que acorta de manera significativa el tiempo y el esfuerzo para realizar la ruta. A lo largo del camino hay pequeños aliviaderos que se meten en los campos y permiten, bien dejar el vehículo, o dar la vuelta. Eso sí, el último tramo, el que desciende hacia el arribe hay que hacerlo irremediablemente a pie.

Otra manera de llegar hasta El Hullón es recorrer la senda que parte del casco urbano de Villadepera, aunque es un poco más larga que la primera. Hay que buscar la fuente Beber, conocida por todos en el pueblo y seguir la señalización del GR–14 o Senda del Duero. Pasando por las fuentes de Valdejeijo y llegando al camino de Zamora, el que antes se utilizaba para conectarse con la capital, se inicia el descenso hacia el arribe, según figura en la ruta publicada por el Ayuntamiento de Villadepera.

El banco construido en El Hullón es muy joven, apenas tiene un año. Fue iniciativa de Yoni Formariz, un vecino de Villadepera que supo ver las posibilidades de un enclave que apenas era visitado por la gente de la zona al encontrarse en un lugar alejado del pueblo y de difícil acceso. Construir el banco probablemente fue lo de menos, lo más complicado fue desbrozar la zona para poder llegar hasta el lugar donde se encuentra.

Después de un año, la ruta para acceder a este mirador natural sobre los Arribes del Duero se encuentra incluida en una selección de itinerarios realizados por el Ayuntamiento de Villadepera.

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