Diario de Valladolid

DESTINO / RUTA URBANA EN ZAMORA

Baltasar Lobo con los cinco sentidos

Una ruta sensorial permite ver y tocar las obras del escultor zamorano, oler las experiencias que vivió, compartir sus gustos y escuchar su música preferida

El actor Cristian Santos interpreta a un joven Baltasar Lobo durante la ruta.-J.L.C.

El actor Cristian Santos interpreta a un joven Baltasar Lobo durante la ruta.-J.L.C.

Publicado por
Jose Luis Cabrero

Creado:

Actualizado:

Las campanas de la catedral dan las once y, de manera simultánea, Baltasar Lobo aparece junto a la puerta de los jardines del castillo de Zamora, da las primeras pinceladas sobre su vida y desvela que lo circular es su obsesión. Así empieza la ruta sensorial teatralizada ideada por Cristian Santos al frente de la sociedad Mejor con Arte, que hasta el próximo día 16 se está desarrollando todas las noches para conocer la obra del escultor zamorano de una manera integral.

Porque hasta ahora no sabíamos que las esculturas y el proceso creativo de un artista se podían saborear, escuchar y hasta oler. Eso es lo que consigue la ExperienCia Lobo: «mostrar la historia de Baltasar Lobo, su obra, sus inquietudes y sus influencias a través de una narración y de la experiencia sensorial», explica Cristian Santos, y, además, hacerlo en aquellos espacios donde se encuentra su legado.

Esos lugares, situados en el casco antiguo de la ciudad, son el museo, los jardines del castillo y el interior de la fortaleza donde se pueden ver algunas piezas de gran tamaño.

El oído para seguir la narración de Cristian Santos, que representa al Baltasar Lobo más joven, es el primer sentido que los espectadores deben poner en funcionamiento. Pero inmediatamente se les reclama que hagan uso del tacto para seguir los volúmenes de ‘Levante’, una escultura realiza por Lobo en bronce en 1962, y para palpar a ciegas los materiales y las herramientas que el escultor utilizaba en su trabajo. Tacto también para hacerse cargo de un cuaderno de dibujo y un carboncillo y experimentar los primeros pasos de cualquier obra.

El Baltasar Lobo joven, el que reconoce desperdiciar una beca concedida para estudiar en Madrid, el que se declara anarquista convencido, el que nunca luchó en el frente pero se siente concernido por una playa barcelonesa ocupada únicamente por mujeres y niños, el que se enamoró perdidamente de Mercedes, luchadora y libertaria, ese es el hombre artista que va introduciendo al público en los jardines del castillo mientras le cuenta su experiencia vital.

Y ahí aparece entonces la voz de la soprano Conchi Moyano para cantar las piezas de ópera que Lobo escuchaba en la gramola cuando estaba en su casa junto a Mercedes. Los salientes del castillo se convierten en bancos improvisados para escuchar un pequeño concierto basado en los gustos personales del escultor.

Y después los espectadores han de aprender a guiarse por el olor, «el del hierro fundido que nunca se olvida», dice Baltasar Lobo, y otros muchos que Víctor Hernández, el ‘pincha olores’ anima a percibir con los ojos cerrados rodeando una de las esculturas expuestas en la liza del castillo. Él es el responsable de narrar el largo viaje vital que realizó el escultor, desde Zamora hasta el exilio en París, y así se percibe el olor a vino de su tierra de origen y el impactante olor de la guerra, y el del mar, y el olor de París «olor a dulce pan de las bagueterías» que el escultor identifica como refugio para el arte, y vuelve el olor a retama de la tierra…

Baltasar Lobo ya no es el joven que salió de Barcelona huyendo de la guerra, es el hombre que reflexiona sobre el papel de la mujer, sobre su figura infinita y circular que tantas veces reflejó en sus esculturas y que ahora traslada al público el actor Cándido de Castro, responsable de señalar el cariño que Lobo tenía por los dibujos de Platero que hizo para Juan Ramón Jiménez. La obra del escultor se funde en muchas ocasiones con la historia de la ciudad, una circunstancia que da pie para que los responsables de artes plásticas La Puerta de la Cabeza proyecten sobre los muros del castillo como llegó la obra de Lobo hasta el lugar que hoy ocupa en Zamora.

De forma ambigua, el escultor remata su propio relato y reconoce estar contento porque su obra «se oxide en esta tierra». La alegría le lleva a invitar a los espectadores a activar el sentido del gusto y probar tres preparaciones de coctelería inspiradas en su obra y su vida y oficiadas en directo por los responsables del Café Marlene. Menta y limón, chocolate negro con vodka picante y jengibre y chocolate blanco con fresa para beberse, también beberse, a Baltasar Lobo.

DATOS PRÁCTICOS

Representaciones: días 14, 15 y 16 a las 23 horas. Inicio en la plaza de la catedral de Zamora para recorrer el museo de Baltasar Lobo, los jardines del castillo y el interior de la fortaleza medieval.

Precio: 10 euros. Se puede adquirir en el Café Marlene y en la entrada del museo una hora antes.

Duración: 1 hora y 15 minutos.

Grupos máximos de 60 personas

DÓNDE CENAR

La representación se inicia a las 23 h. así que no está de más acercarse antes hasta algunos de los lugares de picoteo del entorno de la plaza Mayor y otros que se encuentran de camino al castillo, por ejemplo: Bar Lasal. C/ Los Herreros, 33. Taberna El Motín. C/ Carniceros, 2. Bar Depicoteo. C/ Rúa de los Notarios, 3.

En todos ellos, tapas preparadas al momento.

tracking