VALLADOLID
El cuidador que enfría el corazón
El Clínico es el único hospital de Castilla y León que proporciona una protección física y térmica antes del trasplante / Con el método tradicional se producen, por cercanía al hielo, temperaturas perjudiciales. Por E. Lera
A la vez que pasaban los días, se apagaban sus latidos. Su situación era terminal. De casa al hospital y del hospital a casa. En su corazón pasaba algo. Si no llegaba pronto un trasplante, los médicos le daban una semana de vida. El tiempo se agotaba y solo quedaba la esperanza. El corazón llegó. Lo envió un accidente de tráfico de una pareja de jóvenes.
El procedimiento fue el tradicional. El órgano voló en avión con las condiciones marcadas por los profesionales. Una de las partes fundamentales es mantener el corazón frío para que durante el transporte sufra lo menos posible y el metabolismo celular se reduzca debido al enfriamiento. Hasta la fecha se introducía en una solución protectora y se aplicaba hielo. Una opción barata y que funcionaba bien.
Sin embargo, todo evoluciona y en la actualidad los médicos disponen de sistemas de mantenimiento mucho más modernos en los que se introduce el corazón en una solución protectora y se monitoriza la temperatura tanto dentro del recipiente que contiene el órgano como fuera. Esto «aumenta la calidad de la preservación», ya que mediante una gráfica se pueden recoger datos en los distintos momentos del trasplante, como son la extracción, la salida del donante del hospital o el aterrizaje del avión.
Con este avance en mente, el Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Clínico Universitario de Valladolid decidió dar un paso al frente y se convirtió en el primer centro fuera de la Comunidad de Madrid –tras Puerta de Hierro y 12 de Octubre– en apostar por este método. Ya lo han utilizado en tres trasplantes.
«La temperatura del corazón y cómo este se vuelve a calentar nos preocupa mucho porque determina en gran medida su función, es decir, cómo se contraerá una vez implantado en el receptor», explica Juan Bustamante, responsable de este servicio, para, más tarde, añadir que si el corazón no se mantiene en buenas condiciones aparece el riesgo de que sufra lo que se denomina disfunción primaria del injerto, que consiste en que el corazón no se contrae y, por tanto, no es funcionalmente útil.
En este sentido, detalla que es «una complicación importante y grave» que se reduce «significativamente» con la incorporación de dispositivos como esta nevera. SherpaPak™ CTS –así se llama– es el primer dispositivo que proporciona en un entorno estéril un control de la temperatura y la presión para los corazones que se transportan entre quirófanos, lo que incrementa la probabilidad de éxito. «Está diseñado para ser fácil de usar en entornos de alto estrés».
stá basado en técnicas de preservación de frío mediante un «novedoso» sistema de suspensión del corazón que proporciona una protección física y térmica de la que antes no se disponía. «El corazón permanece suspendido por la aorta sin mantener contacto con ninguna superficie. Este hecho es muy importante dado que durante el transporte permanecerá entre 5 y 7 grados, lo que evitará daños», explica el jefe de servicio de Cirugía Cardíaca del Clínico.
Por tanto, en su opinión, este proyecto es innovador, ya que en todo el mundo unos 6.000 pacientes se someten a trasplantes de corazón cada año. En las últimas cinco décadas la tecnología del trasplante cardíaco y los sistemas de transporte se han mantenido sin cambios. Y lo han hecho con un sistema que no proporciona ni control de temperatura ni de presión.
Ahora, celebra Bustamante, se puede llevar a cabo con un dispositivo de un solo uso que está formado por un transportador para proporcionar una capa aislante al órgano; dos recipientes estériles de policarbonato transparente a prueba de fugas para garantizar que no entre ni salga líquido, y el material frío que asegura que las temperaturas se mantengan en un rango entre cuatro grados centígrados y ocho.
«Protege los corazones de las zonas de temperatura perjudiciales que por cercanía al hielo a veces se producen con el método tradicional», destaca antes de agregar que dispone de un sensor de temperatura inmerso en la solución de preservación del corazón, lo que hace posible conocer la temperatura exacta en cada momento y si el órgano estuvo bien protegido en el traslado.
¿Cómo? La herramienta que utiliza el Clínico de Valladolid monitoriza en tiempo real y almacena las temperaturas cada 30 segundos, a la vez que genera informes que se pueden descargar en un dispositivo móvil mediante tecnología bluetooth para una gestión de los datos y mejora el control de la calidad asistencial.
En esta línea, asegura que no supone una forma directa de ahorro, pero uno de los principales beneficios observados en la mayor parte de los centros del mundo es la disminución de la tasa de disfunción primaria del injerto que se acompaña de la necesidad de utilizar ECMO, una máquina externa que descarga al corazón de la sangre para ayudar a su recuperación.
Presume de que el Clínico es el tercer centro en España en usarlo y supone «un avance importante» en la asistencia. En la actualidad el perfil de pacientes que se trasplantan es «más complejo» y demanda no solo técnica quirúrgica y subespecialización sino una mejora de los distintos puntos de la intervención. Uno de ellos es el mantenimiento del órgano que durante cuatro horas permanece parado. Para ello, subraya que es necesario administrarle una solución fría a través de las arterias coronarias llamada cardioplejia, que lo que hace es pararlo y protegerlo, pero a la vez es fundamental mantener el corazón en una correcta temperatura.
Cuando no se dan todos esos factores, lo que se observa es que no se implanta bien. A veces no es recuperable y el paciente muere. Con el objetivo de disminuir la tasa de mortalidad, este equipo del Clínico estudió la opción de modificar algunas partes del protocolo de trasplante y una de ellas fue el mantenimiento de la temperatura del corazón.
En este camino y tras varias conversaciones con colegas europeos, dieron con este método que requiere la colaboración entre enfermería, anestesiología y cardiología. De hecho, van a seguir sumando avances para mejorar los resultados y tratar de forma más exitosa a los pacientes. Ya han empezado a colaborar con el registro Guardian liderado desde el Massachusetts General Hospital de Boston, lo que, tal y como señala, permitiría a este centro vallisoletano generar un importante volumen de conocimiento acerca del proceso de la donación y trasplante cardíaco.