Diario de Valladolid

PERSONAJES ÚNICOS/ JESÚS F. RODRÍGUEZ ARAGÓN

El docente del almacenamiento

Este profesor de Salamanca ha sido nombrado Ingeniero Informático del año / Compagina su día a día en las clases con su trabajo en la empresa neozelandesa MEGA / Sostiene que tardar en adaptarse a la investigación y la innovación será llegar tarde a la nueva era.

El profesor Jesús F. Rodríguez Aragón.-ENRIQUE CARRASCAL

El profesor Jesús F. Rodríguez Aragón.-ENRIQUE CARRASCAL

Publicado por
Estibaliz Lera

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El gusanillo de la informática se le despertó en la infancia. Recuerda a su padre utilizar aplicaciones para calcular el gasto de la gasolina del coche, pintar gráficas de consumo histórico... Poco a poco, sin darse cuenta, fue enamorándose de la automatización de procesos, los cálculos y la programación. Jesús F. Rodríguez Aragón ama su trabajo. Y lo hace porque para él es una ventana abierta al mundo. Su día a día no se basa en manejar lenguajes formales, sino en crear procesos, productos, plataformas y herramientas útiles para el desarrollo, la innovación y la evolución. «Es una profesión muy bella». 

Por este motivo, decidió estudiar Ingeniería Informática en la Universidad de Salamanca (Usal). El broche a su carrera lo puso un proyecto relacionado con la inteligencia artificial dentro del grupo de investigación de Robótica y Sociedad. A partir de ese momento puso encima de la mesa las diferentes salidas profesionales en las que quería centrar su vida a pesar de contar con un contrato de investigación con este equipo. Recibió una oferta de trabajo de IBM en Madrid como experto SOA, hizo las maletas y estuvo un año trabajando en proyectos en el Ministerio de Administraciones Públicas y en la DGT. La investigación llamó de nuevo a su corazón. Abandonó su vida en la capital de España y regresó a su Salamanca natal para cursar el máster en Sistemas Inteligentes. En 2009 logró un contrato de investigación de cuatro años de la Junta de Castilla y León y la Unión Europea para realizar el doctorado. Se especializó en inteligencia artificial, robótica y visión artificial.

Tras ponerse el birrete doctoral le ofrecieron trabajar como freelance para la empresa neozelandesa MEGA de la mano de Javier Serrano. Al tiempo fundó junto con tres socios Techtrid, una empresa que, entre otras cosas, firma un contrato de filialidad con MEGA en España, además de tener otros proyectos. Cierra en 2016, momento en el que comienza a funcionar MEGA Cloud Services, filial dentro del grupo empresarial multinacional de MEGA. «Techtrid dio ganancias desde su primer día hasta el último, demostrando que empresas de servicios en esta Comunidad son viables y rentables», asegura Rodríguez Aragón.

Desde 2013 compatibiliza su trabajo en MEGA con el de profesor asociado en la Universidad de Salamanca, adscrito al grado de Ingeniería Informática de la Facultad de Ciencias, dando la docencia de las asignaturas de Ingeniería de Software, Inteligencia Artificial y Robótica. Además, el próximo curso colaborará con el máster universitario en Inteligencia de Negocio y Big Data en Entornos Seguros de la Universidad de Burgos, Universidad de León y la Universidad de Valladolid.

La oficina de MEGA en Salamanca gestiona, dirige e implementa de forma completamente autónoma las aplicaciones móviles de Android, iOS y UWP (Universal Windows Platform), el cliente de sincronización MEGAsync para Windows, Mac y Linux, el cliente en modo comando y el core tecnológico de almacenamiento y de chat y videollamadas. Por otra parte, participa con un desarrollador en el cliente web y con cinco técnicos en el departamento de soporte.

El informático salmantino presume de que MEGA es una multinacional líder en el sector del almacenamiento y comunicaciones seguras. Cuenta con 110 millones de usuarios –suma 100.000 usuarios a diario–, más de 42 billones de ficheros almacenados, picos de tráfico de 440 Gbps, operaciones globales 24/7, traducido a 48 idiomas. Logros que tienen una base humana: 70 empleados, de los cuales casi 30 están en España.

Su principal diferencia con sus competidores es, tal y como explica, que no existe la posibilidad de conocer el contenido de ningún fichero almacenado en la plataforma, puesto que cada uno de ellos es cifrado y descifrado en el dispositivo del usuario. Para ello, MEGA publica el código de todas sus aplicaciones de forma que éste pueda ser auditado por expertos en seguridad que efectivamente acrediten esa seguridad.

Pasos que hacen que el día a día de Jesús F. Rodríguez Aragón sea diferente. Y pasos que también han logrado que este salmantino se consagre como el mejor ingeniero informático de 2018 por el Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Castilla y León.

Preguntado por la situación de la investigación y la innovación en Castilla y León, sostiene que ha sufrido «un cambio radical» en los últimos años. En el ámbito tecnológico dice que se ha virado hacia una investigación cercana a la producción. «La innovación busca ahora la creación de herramientas útiles para la sociedad y, por lo tanto, la colaboración entre diversos grupos de investigación multidisciplinares, la participación de empresas privadas y la participación de diferentes instituciones se torna en fundamental para la consecución de proyectos», expone.

En su opinión, tardar en adaptarse a este nuevo concepto en el mundo de la innovación y la investigación será llegar tarde a un nueva era. «Creo que todavía queda mucho camino por andar y muchas estructuras que inmovilizar para que de verdad podamos hablar de un futuro alentador», sostiene el salmantino para, a continuación, destacar que hay que seguir trabajando para fijar empresas de calidad en Castilla y León, que sumen proyectos de investigación e innovación y en concienciar de la necesidad de colaboración entre las diferentes instituciones autonómicas, nacionales e internacionales.

Es claro a la hora de criticar la falta de apoyos de las administraciones públicas. Para este profesor de la Usal, es «un debe tremendo», ya que los profesionales están «condenados» a una maleta, un coche y una autovía, cuando no un avión, para poder trabajar de lo que han estudiado. No obstante, pone de ejemplo el Parque Científico, que les ayudó «muchísimo» en sus inicios. «Es hora de que las administraciones e instituciones ayuden a los emprendedores a sembrar en su tierra, en Castilla y León, para luego recoger lo plantado. Esto generará seguro un tejido empresarial que beneficiará a medio-largo plazo a la Comunidad».

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