Diario de Valladolid

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Un oasis urbano en la meca del lujo

Tres estudiantes de la UVA diseñan 242 viviendas en Dubái, proyectadas con criterios de sostenibilidad en unas condiciones climáticas extremas / Han ganado el primer premio del Concurso de Isover Multi-Comfort House.

Paulino Poveda, Alejandra Gómez y Santiago Rodríguez en las instalaciones de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valladolid.-J. M. LOSTAU

Paulino Poveda, Alejandra Gómez y Santiago Rodríguez en las instalaciones de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valladolid.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Estibaliz Lera

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Las torres de viento son testimonios de un pasado reciente, cuando no existía el aire acondicionado y Dubái era un pequeño puerto pesquero. Su función era muy clara: aprovechar el aire que a cierta altura es más fresco que a ras de suelo y reconducirlo a las casas creando corrientes. Una fórmula muy peculiar para refrescar las estancias que escondía un mensaje revelador: a mayor número de torres, mayor poder económico del propietario de la vivienda. El descubrimiento del petróleo cambió el rumbo de las calles y de sus habitantes. El lujo y los rascacielos inacabables tomaron las zonas más modernas de la ciudad. Aun así el corazón de la ciudad bombea con su arquitectura tradicional.

Con esta última idea en mente, los estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Valladolid (UVA) Alejandra Gómez, Paulino Poveda y Santiago Rodríguez han diseñado un oasis urbano, creando un clima propio dentro del edificio, en el que los usuarios puedan relacionarse y realizar actividades al aire libre con una atmósfera menos calurosa, evitando estar en el exterior en verano, cuando el calor reverbera incluso tras el último rayo de sol. Se trata de un proyecto de 242 viviendas, proyectadas con criterios de sostenibilidad en unas condiciones climáticas particularmente extremas, que les ha valido el primer premio de la fase nacional del Concurso de Isover Multi-Comfort House.

Su idea parte de una construcción típica de la arquitectura del lugar, creando un gran complejo de cinco torres. Así, éstas se basan en un núcleo central de hormigón que funciona como torre del viento. A ese núcleo se unen las viviendas de una manera muy flexible. El primer punto fue diseñar las casas. Para ello, tomaron como referencia un palacio típico árabe, distribuido a través del patio central al que se le adosan diferentes estancias. De esta manera, en sus casas el elemento central es el salón, al que se le acoplan distintos módulos: habitación, cocina, baño y una zona polivalente, explican antes de dejar claro que siguiendo este esquema los usuarios pueden crear su vivienda a su gusto.

Además, han utilizado madera, basándose en un estilo tradicional que combina madera y cañizo. «El sistema modular ha sido creado partiendo de una cuadrícula de un metro por un metro para hacerlo más flexible. Los muebles también están diseñados siguiendo el mismo patrón. Se forman cuatro tipos básicos de distribución en función del usuario que pueden variar según las necesidades de la familia. Y a la vez cada planta de la torre es distinta a la anterior según la colocación de las viviendas, lo que permite generar terrazas y sombras», exponen los estudiantes de la UVA.

Esta torre se viste de una doble piel exterior: una celosía y un muro cortina con jardineras en cada planta. Según apuntan, este recubrimiento tiene como referente la sala de los Reyes de la Alhambra de Granada, y se crea partiendo de un cuadrado que gira, se introduce en el interior, se vuelve a girar, se añade un elemento vertical, y luego otro horizontal. Tras intersecar los lados, se forma un patrón que con un determinado desfase crea piezas de celosía que se repiten y se giran. En el interior de las viviendas, esta celosía proporciona sombra y privacidad, con unos espacios muy abiertos durante el día debido a los paneles correderos, que pueden permanecer cerrados durante la noche, detallan Alejandra Gómez, Paulino Poveda y Santiago Rodríguez.

Otro aspecto que no han pasado por alto en su proyecto son las zonas verdes, que las introducen en bandejas intermedias en las plataformas públicas inferiores, en la cubierta para aumentar su inercia térmica y en las jardineras del perímetro exterior colocadas en cada piso con plantas que trepan a través de la celosía. «Estas bandejas intermedias se van intercalando cada cuatro plantas con un perímetro variable, creando zonas verdes comunes y generando grandes aleros que proporcionan sombra. La vegetación ha sido escogida de acuerdo al clima extremo y con especies autóctonas que requieren poco mantenimiento», puntualizan para, a continuación, añadir que la masa vegetal contribuye al descenso del ruido en el interior del edificio, ya que las plantas son muy buenos absorbentes acústicos. Así, afirman, se han generado distintos espacios en los que la gente puede reunirse, charlar, pasear, e incluso zonas en las que se puede cultivar con huertos ecológicos.

Cuentan que los aspectos que llamaron la atención del jurado del concurso fueron, en primer lugar, el respeto por la cultura y, en segundo, la originalidad de las viviendas y su buena distribución. Y es que la parcela, situada en la ría de Dubái, en un área denominada Dubai Festival City no estaba vacía. En concreto, había dos grandes navíos sin uso que este equipo vallisoletano decidió conservar. Para ello, recortaron las plataformas sin llegar a tocarlos y los conectaron con estos espacios a través de pasarelas.

Además, comentan que está en proceso de construcción una biblioteca, por lo que utilizaron este sistema de plataformas para enlazar ambos proyectos y generan un paseo a lo largo de la ribera con un carril bici. Tanto los espacios de agua como las piezas polivalentes están diseñados siguiendo un patrón regular. «Un barco constituiría el Centro Comercial Isowind y el otro el Museo de la Astillería. Aprovechamos la estructura de vigas de los barcos, apoyamos sobre ellas los espacios comerciales y de museo, de tal manera que en estos espacios conviven agua, vegetación, usuarios y el alma del lugar», sentencian.

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