Tragos férreos para controlar la tensión

No hay milagros, pero cuando se trata de mantener la salud a raya, cualquier ayuda es poca. Hay alimentos que ganan años a la vida. Una dieta saludable tiene muchos beneficios, no sólo tener un cuerpo increíble, sino también prevenir enfermedades crónicas como la obesidad o la diabetes. Comer más frutas y verduras orgánicas y menos carnes y alimentos procesados es una práctica eficaz para mejorar el funcionamiento de los sistemas del organismo.

Bocados que contienen los nutrientes necesarios para estar más sanos y recorrer el camino del envejecimiento equipados de la mejor forma posible. Una carrera que todavía no se puede frenar, en la que, aparte de alimentos para recargar los depósitos de energía, se necesitan bebidas. Una que no sólo calma la sed sino que da una mayor y mejor esperanza de vida es Beylina, compuesta a base de zumo de melón, prácticamente en su totalidad, con una pequeña proporción de puré de plátano y espirulina, un alga considerada un superalimento.

Las autoras de este producto son cinco estudiantes de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de León (ULE). Patricia López, Elena Monje, Raquel Robles, Eva Rodríguez y María José Zapico decidieron en el marco de una de las asignaturas del último año de carrera crear este peculiar refresco que, en su opinión, es muy innovador por varios motivos. En primer lugar, por el hecho de que es muy difícil encontrar en el mercado zumo de melón como tal y, en segundo, porque es el primer alimento industrializado que incorpora la espirulina.

El tratamiento de Beylina se realiza mediante altas presiones hidrostáticas, lo que no sólo asegura la inocuidad sino que mantiene las propiedades sensoriales de las materias primas. En este punto, señalan que tras conseguir la receta que más se ajustaba a lo que querían que los consumidores probaran, decidieron cambiar la pasteurización con calor por un tratamiento por altas presiones, el cual pudieron llevar a cabo gracias a la Universidad de León. «Este sistema da al producto final un dulce y marcado sabor a melón con un toque a plátano y una viscosidad en boca líquida y suave similar a la del agua o la leche».

Además de sus cualidades funcionales y de su tratamiento, es una bebida sin ningún tipo de conservante y apta para muchos públicos como veganos o vegetarianos. De igual manera, posee el doble de proteínas que los zumos que existen actualmente en el mercado y un bajísimo contenido en grasas, haciéndolo así un producto ideal para deportistas, exponen las creadoras. Sin embargo, matizan que no es recomendable su consumo por niños ni en grandes cantidades, ya que sólo se busca su funcionalidad.

Sus cualidades no se quedan ahí. Posee componentes fisiológicos que complementan su aporte nutricional y que representan un beneficio extra para la salud de las personas. Es rica en vitamina C, lo que favorece la absorción del hierro, ideal para personas con problemas de anemia, y un alto contenido en potasio, perfecto también para aquellos que tienen la tensión alta. No cuenta con colorantes ni edulcorantes.

Además, añaden que existen diversos estudios que demuestran que la espirulina ayuda a reducir el colesterol. «Nosotras no podemos indicar que nuestra bebida tenga ese efecto, porque requeriría estudios específicos de la misma, pero cabe la posibilidad de que cumpla esta función, siendo por tanto la primera bebida no láctea con dichas características», expresan muy emocionadas por su creación.

En este sentido, Monje apunta que es el primer producto a base de frutas que incorpora un alga en su composición, dándole cualidades que ninguno de sus competidores directos en el mercado posee, como su alto contenido proteico o su contenido en potasio. Asimismo, al no poseer aditivos en la composición también la hace una bebida bastante especial, puesto que es difícil encontrar en el mercado productos sin ningún tipo de aditivo, apostilla esta graduada que en la actualidad trabaja de becaria en Mondelez International.

Valores añadidos sobran, pero resaltan su funcionalidad para la anemia y los problemas de tensión, así como sus posibles efectos beneficiosos sobre el colesterol. Por otra parte, el hecho de que se trata de una bebida saludable con un sabor dulce a melón, muy refrescante y agradable, al contrario que otras bebidas depurativas cuyo gusto no es tan delicioso, subrayan.

En la actualidad Beylina ya cuenta con el premio nacional ACTA/CL al Desarrollo de Nuevos Productos Alimenticios 2017. En el concurso se realizó una cata del producto con su envase y tratamiento definitivo, en el que quedó tercero y tuvo «gran acogida» entre los presentes. La ilusión de las estudiantes de la ULE sería que mediante el proyecto de comercialización que está llevando a cabo Inventos Eureka, la bebida pudiese comenzar a ser fabricada a gran escala y el público la pudiese encontrar en los supermercados próximamente, ya que les encantaría observar la reacción de los consumidores ante ella así como sus efectos beneficiosos.