Diario de Valladolid

Ejercicios de fuerza y resistencia para dejar de temblar

Investigadores del Ibiomed aplican un programa de fuerza en pacientes mayores con párkinson que presentan falta de movilidad.

Beatriz Barragán, María Encina Gutiérrez y Luis Santos, impulsores del programa para enfermos de párkinson.-EL MUNDO

Beatriz Barragán, María Encina Gutiérrez y Luis Santos, impulsores del programa para enfermos de párkinson.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Causa temblor, rigidez y problemas de equilibrio. El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa que tiene más incidencia en la población mundial después del alzhéimer. La mayoría de los casos se producen en personas de más de 65 años, pero no se puede afirmar que sea una enfermedad exclusiva de la gente mayor: el 15 % de los enfermos diagnosticados tiene entre 45 y 65 años, mientras que otro 15 % es menor de 45 años.

En muchas ocasiones empieza con un trastorno del ánimo y es la propia depresión la que provoca la lentitud motora y mental, aunque esta depresión mejora considerablemente con los fármacos a diferencia de la que conlleva síntomas psicóticos. Por tanto, los pacientes con esta dolencia conviven durante años, incluso décadas gracias a las terapias disponibles.

Los profesores Vicente Rodríguez y Luis Santos, adscritos al grupo de investigación de Envejecimiento, Neurociencia, Salud y Desarrollo del Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León, han aplicado un programa de fuerza en pacientes con esta dolencia que presentan acinesia –falta de movilidad– y rigidez –dificultad para realizar movimientos pasivos–. El artículo ha sido publicado en la revista European Journal of Physical and Rehabilitation Medicine, que en la actualidad cuenta con un índice de impacto de 1,827 (JCR).

La propuesta consiste en seis ejercicios: flexión y extensión de rodilla en banco, press de banca, polea al pecho y polea tras la nuca y ejercicio de dorsal. 18 pacientes de la Asociación Parkinson Bierzo y 23 de la Asociación Parkinson Asturias fueron sometidos al programa de resistencia progresiva, que se desarrolló en el gimnasio ifitness de la capital berciana. «Todos se encontraban en los estadios 1 y 2 de la escala de Hoehn y Yard», apuntan Rodríguez y Santos.

Tras la intervención se observaron mejoras en el equilibrio, la marcha y la calidad de vida. Además, la percepción del esfuerzo que los pacientes relatan cuando han realizado estos ejercicios es calificada como de ligeros esfuerzos, lo que muestra que es un trabajo que pueden llevar a cabo sin sensación de fatiga, sostienen los profesores, antes de añadir el hecho de que los pacientes compartieran las instalaciones durante las sesiones con los usuarios del gimnasio fue, sin duda, una de las partes más beneficiosas de la iniciativa, ya que el ambiente de trabajo funcional fue «muy positivo».

«Respecto al bloqueo, la dificultad para moverse que los pacientes describen como ‘tener los pies pegados al suelo’ no se observaron mejoras», destacan. Sin embargo, los profesores están orgullosos porque es la primera vez que se utiliza un programa fuerza / resistencia en personas mayores con una patología neurológica como es el párkinson. Su diferencia con otros equipos que trabajan en la misma línea es, tal y como sostienen, centrarse en cuál es la carga ideal de los ejercicios de fuerza que pueden hacer mejorar a los enfermos, sin excederse.

En este sentido, Rodríguez y Santos recalcan que la principal diferencia con sus competidores es mostrar una serie de ejercicios de resistencia progresiva muy sencillos, que pueden implementarse en pacientes con las características descritas para mejorar el equilibrio y la marcha. Es necesario, eso sí, puntualizan, la supervisión por parte de un fisioterapeuta que pueda realizar una valoración previa que determine cuáles son las cargas necesarias e ir progresivamente incrementándolas mediante revisiones posteriores. «La Asociación Parkinson Bierzo tiene a Beatriz Barragán que ha coordinado el estudio y que conoce profundamente el método», exponen.

El proyecto arrancó en el año 2015 y surgió porque la entonces Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de León en el campus de Ponferrada tenía una larga tradición de colaboración con la Asociación Parkinson Bierzo. El investigador Luis Santos, que por aquellos años estaba en la Universidad de Oviedo, se puso en contacto con Vicente Rodríguez, investigador del área de Fisioterapia de la Universidad de León, que hasta ese momento había llevado a cabo dicho colaboración con la Asociación. Y así surgió la idea de implementar actividades de tratamiento científicas en esta asociación, que siempre está abierta al avance, la innovación y el trabajo colaborativo, relatan los investigadores del Ibiomed.

Respecto a las ventajas, señalan que es un protocolo «fácil y sencillo» que puede mejorar la clínica o, al menos, retardar la aparición de algunas de sus complicaciones como las caídas. A esto se une, en su opinión, la mejora de la calidad de vida, la marcha y el equilibrio, lo que se traducirá en menos lesiones y, en consecuencia, en «un ahorro importante» para la Seguridad Social.

Su idea es seguir desarrollando proyectos de investigación con pacientes de la enfermedad de Parkinson, dirigidos, sobre todo, a mitigar los aspectos motores de la misma. Cabe recordar estos trastornos se deben a la pérdida de células del cerebro responsables de la producción de dopamina, un neurotransmisor que actúa como un mensajero entre las diferentes células del cerebro involucradas en el control del movimiento.

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