El Real Valladolid Baloncesto, dos meses sin cobrar por problemas de tesorería

De nuevo marejada a fuerte marejada en el basket de élite de la ciudad. A la más que delicada situación deportiva del UEMC Real Valladolid Baloncesto, antepenúltimo en la clasificación de la Primera FEB y por tanto en posiciones de descenso, se une las dudas que genera su economía, marcada por su alarmante falta de tesoreria.

Años después de la desaparición del antiguo club CB Valladolid estrangulado por las deudas y que dio lugar por vía de urgencia al actual CB Ciudad de Valladolid pese a que se denomine Real Valladolid Baloncesto, los impagos vuelven a llamar a su puerta.

La primera plantilla lleva dos meses sin cobrar. A jugadores y cuerpo técnico se les debe a día de hoy las mensualidades de enero y febrero. A pesar de la inestabilidad que esto puede acarrear en el rendimiento del equipo, desde el club se asegura que «no tiene nada que ver tesorería con presupuesto y contabilidad». Son palabras del director general del Real Valladolid Baloncesto, Enrique Peral, que asegura que «el presupuesto de la presente temporada está asegurado y no se desviará ni un céntimo».

Un mensaje que lleva cuanto menos a la duda no solo por el número de entradas y salidas, de rescisiones y de nuevos contratos, sino por la llegada del último pasajero en subirse al barco blanquivioleta y adelantado por este periódico en la edición de ayer, el sudafricano Samkelo Cele, un refuerzo desconocido y de urgencia que ayude a cambiar la dinámica a la deriva a la que se encamina el equipo y... el club.

¿Y cómo se explica esto? Enrique Peral, como Don Erre que erre, vuelve a jurar y perjurar que el control presupuestario es máximo. «Llevamos un control férreo para que nuestra economía sea estable. La deuda no ha crecido ni crecerá esta temporada. Las entradas y salidas se han ejecutado siguiendo un plan y haciendo encaje de bolillos para no desviarnos absolutamente nada del presupuesto trazado. La salida de Egekeze en diciembre no tuvo un repuesto que ahora, con el nuevo jugador Samkelo Cele, sí podemos hacer con el dinero que tenemos. Necesitábamos temporizar el gasto y lo hemos hecho», asevera muy seguro.

Enrique Peral, que reconoce a este periódico el débito de las nóminas a los jugadores, insiste en que el club necesita que lleguen los pagos pactados con las instituciones. El Ayuntamiento de Valladolid porta 170.000 euros al club de basket y, según reconoce el director general Enrique Peral, la Diputación, a través de Alimentos de Valladolid, 90.000 euros, que todavía no han satisfecho. Sin embargo este periódico ha podido saber que la aportación de Alimentos de Valladolid no estaba renovada ni firmada. El club lo ha dado por hecho y ahora se escuda en ello y  todo hace entrever que tendrá un desfase de 45.000 euros (la mitad porque las subvenciones de la Diputación son anuales y correspondería al primer trimestre de 2025) dejando sin efecto los otros 45.000 del segundo semestre de 2025, que corresponderían a la campaña 2025-2026.

Y mientras el club sigue a la espera que se pueda solucionar, como adelantó este periódico, su conversión en Sociedad Anónima Deportiva, una vía que tiene complicaciones legales porque las subvenciones municipales son a club deportivos y no a Sociedades Anónimas, sigue a la espera del ‘so’ o del ‘arre’, varada en tierra de nadie.

Y mientras, de puntillas y sin hacer ruido, se anuncia la incorporación de Samkelo Cele. Un exterior sudafricano, otro exterior.

«Un jugador que está en crecimiento, que quería dar el paso a venir con nosotros a que se le viera en Europa, porque yo creo que está preparado para unas grandes ligas. Un jugador que nos va a aportar muchísima energía, de unos por unos, que tira bien con los pies parados, que tampoco se le puede dejar solo tirando y que nos va a dar mucho atrás defensivamente. Yo lo que quería era tener más manejadores que no generadores», indica de Samkelo Cele Iñaki Martín, su principal valedor, a un jugador que viene de Burundi. Sí, Burundi.