BALONCESTO
La conversión en SAD del Real Valladolid Baloncesto, empantanada
El club de baloncesto a la espera de un informe del Ayuntamiento que le permita seguir recibiendo las subvenciones tras la conversión / Si no hay luz verde le obligaría a replantearse ser SAD con lo que tendría el problema añadido de no poder quitar la deuda / Recibe 170.000 euros anuales del Ayuntamiento

Imagen del palco de Pisuerga durante el último derbi entre el UEMC Real Valladolid Baloncesto y el Tizona de Burgos.
Dicen que a perro flaco, todo son pulgas. Y el UEMC Real Valladolid Baloncesto en estos momentos es un club escuálido y demacrado, primero por lo que le pueda salpicar del club de fútbol, con una relación totalmente residual, y segundo por su pobre, por no decir paupérrima situación deportiva. Atrás, casi en el olvido, quedan sus valientes o más bien osados pensamientos de liberalización y crecimiento. De quitarse las ataduras a un Real Valladolid que casi sin querer se quitó del medio al no querer formar parte de la sociedad, del accionariado al que quería llegar con la conversión en Sociedad Anónima Deportiva, y con un convenio ya firmado no solo de mínimos y casi famélico lejos del que se pretendía para poder llamar a la anhelada y casi olvidada puerta de la ACB.
Viendo la patética situación en la que se encuentra el Real Valladolid CF, sin pies ni cabeza, con la venta del club encima de la mesa, el Real Valladolid Baloncesto ha intentado buscarse la vida para poder sobrevivir en un futuro inmediato ante una hipotética desvinculación definitiva con el club de fútbol. Y lo ha hecho con el ‘regalito’, la herencia de un director general, Enrique Peral, al que este año está sujeto y atado a su presupuesto, no como el ejercicio anterior. Ante esta tesitura y con los números del club, ordenados, sí, pero teñidos de color rojizo, no rojo brillante, una de sus vías de escape, del todo razonable, era la conversión en Sociedad Anónima Deportiva. Una fórmula ligada a la creación de una Fundación que serviría, cuanto menos, no solo para sobrevivir, sino para lavar la deuda existente arrastrada y que ha ido poco a poco creciendo para acabar molestando no solo en la confección de la primera plantilla sino en el día a día.
Meses después de su anuncio, la anhelada conversión en Sociedad Anónima Deportiva, sigue siendo no solo una incógnita sino una quimera. Porque los avances en una conversión que se iba producir coincidiendo primero con el inicio de temporada y luego antes de final de año (2024) parece empantanada. Y todo porque el club que preside Lorenzo Alonso sigue a la espera del informe del gabinete jurídico del Ayuntamiento que dé luz verde a poder recibir subvenciones siendo una SAD, algo que actualmente no es posible.
A la espera de ese informe o autorización especial’, el Real Valladolid Baloncesto se encuentra varado en tierra de nadie sin poder avanzar. Un dato lo explica todo. El Real Valladolid CF SADestá excluido de las subvenciones del Ayuntamiento que otorga anualmente a los clubes de elite. Tiene un convenio a parte firmado años atrás.

Deportes
"El Real Valladolid Baloncesto será Sociedad Anónima Deportiva antes de final de año"
Guillermo Velasco
Si el Ayuntamiento no modifica su actual normativa el Real Valladolid Baloncesto se vería obligado a replantearse a conversión en SAD pese a tener ya mucho camino andado. Y es que sin la alianza real, no virtual, del fútbol, la realidad del Real Valladolid Baloncesto, al menos en la actualidad, es que no puede permitirse el lujo de perder 170.000 euros por campaña del Ayuntamiento. La pescadilla que se muerde la cola porque sin SAD, la deuda del club sigue creciendo o cuanto menos no mengua, algo vital para sobrevivir.