Diario de Valladolid

BALONCESTO / COPA COLEGIAL

Maristas entra en el Olimpo colegial

La férrea defensa planteada por los 'caimanes' para frenar a Enrique Gutiérrez, el gran pívot de los halcones de Peñalba y dominador de la competición, clave para sumar su primer estandarte / Rodrigo Calvo consigue el MVP del torneo en su tercera y última participación Colegial

Maristas La Inmaculada posa con su estandarte de campeón.

Maristas La Inmaculada posa con su estandarte de campeón.M. G. EGEA

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La final de este año de la Copa Colegial, se presentaba muy novedosa, tras años de dominio, ni Lourdes ni San Agustín protagonizaban el definitivo encuentro en categoría masculina. Los locales, caimanes de Maristas Inmaculada, equipo muy hecho, acostumbrado durante muchos años a jugar de manera coral, enfrente, los halcones de Peñalba, con la gran baza de tener en su roster al jugador más decisivo del torneo en los últimos años, Enrique Gutiérrez O´Callaghan.

El encuentro, al revés de los ocurrido en su semifinal, empezó muy de cara para Maristas Inmaculada, con dos dentelladas desde la línea de 6,75 del, a posteriori, MVP del torneo Rodrigo Calvo, subían los primeros seis puntos al casillero local. La defensa sobre el capitán de Peñalba, con dos hombres sobre él más un tercero que llegaba a la ayuda cuando recibía la bola, atenazaba el ataque de los suyos. Con O'Callaghan controlado, era Sancho Marijuan quien, liberado desde el exterior, tomaba las rendas de la anotación naranja devolviendo la jugada a Maristas con otros dos triples consecutivos.

Un momento de la final de la Copa Colegial entre Maristas y Peñalba en el abarrotado polideportivo de Maristas.

Un momento de la final de la Copa Colegial entre Maristas y Peñalba en el abarrotado polideportivo de Maristas.M. G. EGEA

Con 12-8 empezaba el segundo periodo y el cambio fue significativo. Gutiérrez conseguía zafarse de la cárcel a la que le sometían los defensores de Maristas consiguiendo levantar el vuelo en la faceta anotadora. El coach José Manuel Martínez también hacía los deberes y conseguía frenar al play maker local, tomando el relevo el otro Calvo en pista, Julio. Gracias a él, el sorpasso de Peñalba no fue demasiado grave, cerrándose la primera parte con un marcador de 25 a 28 que dejaba todo en el aire.

Tras la reanudación llegaron los minutos de mayor igualdad. Las canastas de los unos eran respondidas por las de los otros y Peñalba se apuntaba el parcial del cuarto por la mínima. Parecía increíble pero el desgaste por todo el partido en pista de Enrique Gutiérrez empezaba a hacer mella en el titán taronja. El fondo de armario de Maristas estaba dando resultados y el ataque de Peñalba perdía frescura por momentos.

Un momento de la final de la Copa Colegial entre Maristas y Peñalba en el abarrotado polideportivo de Maristas.

Un momento de la final de la Copa Colegial entre Maristas y Peñalba en el abarrotado polideportivo de Maristas.M. G. EGEA

El último asalto comenzaba con los visitantes cuatro puntos arriba en el marcador. El fuelle de los jugadores de Maristas se antojaba decisivo en la recta final del encuentro. Las gradas, que no habían dejado de animar un solo instante a sus equipos, lo daban todo en su particular duelo de canticos y vítores. A falta de poco más de tres minutos y con Maristas un punto por delante llegaron dos jugadas decisivas, una de la mano de Íñigo Álvarez y otra con Rodrigo Riñones como protagonista. En la primera Íñigo conseguía sacar una falta en ataque al conjunto rival, en la segunda, Rodrigo, con una penetración de raza a aro pasado que subía el 54-49 con el que se jugarían los dos últimos minutos de la final. 

La necesidad de anotar de Peñalba era imperiosa, los balones no llegaban a su center, marcado constantemente por tres y defensores rivales en estos instantes decisivos, y si lo hacían, eran auténticas patatas calientes que en bueno de enrique no podía defender. Maristas vislumbraba acariciaba la victoria y eso les daba un plus de gasolina, justo la que le faltaba a un Peñalba que llegaba al final con la luz de la reserva encendida desde hacía rato. Un último robo de balón a falta de 18 segundos y el estandarte ya tenía dueño. Los jugadores de Maristas consumieron los últimos segundos de partido al ritmo de una cuenta atrás desgranada por sus fieles seguidores.

Peñalba se queda a un paso del título en su segunda participación en la Copa Colegial, todo un éxito para estos chavales que nos han dejado momentos para la historia este año. Maristas Inmaculada consigue el estandarte por el que esta generación se lleva preparando tres años. El deporte no siempre es justo, pero la generación del 06 marcó en rojo la cita Colegial del 2024 y han conseguido su objetivo. Siguiente paso, representar a Valladolid junto a las chicas de San Agustín en la gran final nacional de mayo en el Student Experience de Pozuelo.

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