BALONCESTO / LEB-ORO
El Real Valladolid Baloncesto hunde al transatlántico Estudiantes
El equipo de Paco García se agarra a la magia del imbatible Pisuerga para noquear a uno de los grandes favoritos al ascenso (81-75)
Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo. Ni miedo escénico ante otro pabellón Pisuerga lleno hasta la bandera ni miedo ante un rival no con uno sino dos fondos de armarios.
Poco, nada, importó la baja de una de las torres del Real Valladolid, Kabasele, de paisano mordiéndose las uñas en el banquillo antes de ser operado.
El temor o cuanto menos respeto inicial por el poderío interior y exterior del Estudiantes, el rival que le apeó en los playoffs de la pasada campaña, pronto quedó equilibrado con esa magia que desprende el pabellón Pisuerga y que le hace esta campaña imbatible.
Con ese viento de cola, positivo, el UEMC Real Valladolid Baloncesto, lejos muy lejos de la imagen quebradiza que ofrece lejos de casa, suplo plantear el partido con una exquisitez absoluta, con defensas cambiantes, hasta con una zona-press 2-2-1, apoyado siempre en la fortaleza que transmite un jugador como Puidet, en muchas ocasiones anónimo de cara a canasta pero tremendamente necesario de medio campo hacia atrás.
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¿Quién dijo miedo? El que no cree en la magia nunca la encontrará. Y el Real Valladolid creyó desde el principio, incluso de antes del partido cuando en el entrenamiento matutino sobre el tablero de Pisuerga sus tiros encontraban aro con suma facilidad. Ese fue posiblemente el primer síntoma de que el triunfo sobre el todopoderoso Estudiantes podía ser posible. Y no bajo el mando de un jugador sino bajo la batuta de un equipo coral en el que cada uno jugó su papel, pequeño como Mazaira o Kovacevic, ayer desdibujado y perdido, o grande como el de un Sergio de la Fuente, más gladiador que nunca, que en sus pulsos a todo o nada, salió vencedor para enseñar el camino de la victoria a su equipo.
Belemene asumió de inicio, sin miedo y con algo de fortuna el liderazgo anotador del equipo antes de vestirse de ‘Superman’ defensivo para secar a la batería de ‘unos’ estudiantiles. Con el corazón en un puño y con intercambio de golpes en un intenso e igualado primer cuarto (21-20), el UEMC se hizo con las riendas del encuentro aprovechando la impotencia de Javi Rodríguez a los mandos de su transatlántico (29-22 tras una falta técnica).
Pero quedaba mucha batalla ya que estudiantes despertaría de la mano del ex, Leimanis y de un Larsen al que quizás nadie fue capaz de seguirle. La balanza volvió a equilibrarse con idas y venidas del UEMC, con quintetos quizás descompensados pero con un Sergio de la Fuente que en plena anarquía impidió que Estudiantes entrara con ventaja en el último cuarto (57-55).
Los últimos diez minutos no hicieron sino poner tres estrellas al partido con acelerón de los locales (62-55) a través del ‘divide y vencerás’ y reacción inmediata (65-67). Con cuatro minutos por jugarse el trabajo impagable de Puidet atrás y la puntería de Gantt ejercieron de puntilla final a un Estudiantes que decía adiós a la victoria a minuto y medio para el final (78-69) y que tuvo que contentarse con salvar el average particular (81-70 en Madrid).