Diario de Valladolid

FÚTBOL SALA

Vuelta a los orígenes en Suiza

El vallisoletano Luis Alberto Rodríguez, después de media vida dedicada a este deporte en la ciudad, coordinará un proyecto de cantera en un Cantón de Ginebra

Publicado por
J. I. Fernández

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Del Centro Cultural a Suiza . El fútbol sala siempre ha formado parte del ADN de los colegios. Esas pistas de cemento donde los escolares se forjaban para dar el paso a los polideportivos. Así es cómo surgió la pasión de Luis Alberto Rodríguez por este deporte. En el patio del Centro Cultural comenzó a compartir tanto enseñanzas como aprendizajes. Formó parte de una generación que marcó una época en el desarrollo del fútbol sala vallisoletano y en la que por encima de buenos resultados deportivos que se repetían año tras año, sirvió para crear un vínculo del que es imposible desprenderse.

En el  patio del colegio de  la calle García Goldáraz se juntaba el baloncesto con Nacho Coque , el balonmano con Fernando Herrero o el atletismo con Javi Yustos y donde los éxitos deportivos iban cayendo uno tras otro.Tras conseguir la titulación oficial de Primer Nivel, Luis Alberto Rodríguez, con 18 años, empezó a colaborar también en otro referente de la educación y el deporte vallisoletanos, el colegio El Pilar donde estuvo 10 años  trabajando al lado de una de las personas que mejor recuerdo guarda, Javier Hernando ‘Don Ja’ .

 

«El proyecto es muy ilusionaste y me retrotrae a mis orígenes trabajando con las categorías inferiores»

 

 

Con el paso del tiempo, formó y coordinó la sección de fútbol sala de la U.D.C Sur de la mano del  doctor Luquero.  Posteriormente Chema Rodríguez  pensó en él y le confió formar y dirigir al segundo equipo de la Universidad de Valladolid. Un último paso por Arroyo La Flecha antes de dar un giro total a su vida y empezar a recorrer Europa, un poco por diversión, un poco por profesión.

«Durante este tiempo he vivido y trabajado en Portugal, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Suiza… muchas vivencias y experiencias inolvidables y aunque el fútbol sala en la mayoría de estos países es casi un desconocido, lo he disfrutado desde otras vertientes», apuntó. Especialmente desde el lado informativo, ya que colabora con diferentes  medios de comunicación lo que le ha permitido codearse con Usain Bolt, Federer, Nadal o Juan Mata

Ahora, establecido definitivamente en Ginebra desde hace ya 12 otoños y después de casi 20 sin pisar una cancha, este año vuelve a los orígenes. «Siempre he tenido el gusanillo de volver a entrenar, pero las circunstancias nunca han sido propicias, incluso hubo algún contacto con  UEFA que finalmente no cuajó, hasta que este verano, un poco por casualidad, entramos en contacto con el Futsal Club Charmilles, el único club exclusivamente de fútbol sala que existe en Suiza». Un club de barrio, como a él le gusta,  en el que todo el mundo echa una mano. 

«El proyecto es muy ilusionaste y me retrotrae a mis orígenes, ya que por un lado, el objetivo principal es desarrollar nuestra escuela en la que contamos con alrededor de 60 niños y niñas de entre 5 y 13 años, implementar  el fútbol sala en el Cantón de Ginebra, impulsar la creación de ligas de categorías inferiores, que no existen en todo el país, desarrollar también el femenino, y todo ello sin olvidar al primer equipo que yo entreno», explica.  

 

«Guardo grandes recuerdos del patio del colegio donde coincidíamos con baloncesto, balonmano y atletismo»

 

Un primer equipo que por el momento compite en la segunda  división suiza y cuyo objetivo es ascender este mismo año. Dispone de  jugadores con orígenes de medio mundo, entre los que destaca el internacional guineano Mohamadou Tamanaté . «Me recuerda a mi época entrenando infantiles, pero los entrenamientos hasta ahora son de una calidad e intensidad que ya ni recordaba. Una delicia». El objetivo del club a corto y medio plazo es que sus integrantes jueguen exclusivamente a fútbol sala y que este primer equipo sea el espejo en el que mirarse esos chavales de la escuela, aunque de momento todo está frenado por el COVID .

 

«Me doy cuenta de la suerte que tenemos en Valladolid en infraestructuras e implicación  de las autoridades y gente»

 

Desde Suiza hace comparaciones con su ciudad. «Me doy cuenta de la suerte que tenemos en Valladolid en cuanto a infraestructuras e implicación tanto de las autoridades como de la gente anónima de club. Aquí es muy difícil disponer de un polideportivo o una cancha cerrada con las mínimas condiciones, de hecho, nuestros entrenamientos son en los gimnasios de los colegios con unas medidas bastante reducidas. Incluso para organizar los partidos oficiales hay muchas dificultades. Y  jugar al aire libre, ¡ni se lo imaginan cuando les digo que en Valladolid hace tanto frío como en Ginebra», concluye el coordinador vallisoletano. 

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