Diario de Valladolid

BALONCESTO | LEB ORO

...Y al cuarto día se levantó

El Carramimbre, tras el varapalo de la Copa Princesa, revive y saca adelante ganando el letal duelo ante Palma, pese a jugar con fuego

Frank Bartley se levanta en suspensión ante el punteo del ‘gigante’ del B the travel Band Palma, Stainbrock. J. M. LOSTAU

Frank Bartley se levanta en suspensión ante el punteo del ‘gigante’ del B the travel Band Palma, Stainbrock. J. M. LOSTAU

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Dice un proverbio chino que caer está permitido, levantarse es obligatorio. Y el Carramimbe, este Carramimbre logró levantarse tras haber caído de forma cruel en su    peor partido del año en la Copa Princesa hace cuatro días. Un triunfo determinante ante el tercer clasificado, B The Travel Band Palma, al que además le gana el average particular al imponerse por ocho puntos (74-66) cuando en las islas cayó tras una prórroga por siete puntos (87-80).

El partido de ayer suponía toda una reválida para el conjunto de Hugo López. Enfrente tenía a un rival, con el mayor presupuesto de la categoría, que pujaba también  por ese primer puesto que lleva al ascenso directo. Y con la ‘maldita’ gripe comunitaria olvidada y superada que condicionó al equipo con dos derrotas consecutivas (en Melilla y ante Delteco en la Copa Princesa), el Carramimbre se levantó para dejar claro, muy claro, que el primer puesto que ahora ostenta, no es fruto de la casualidad. Ni mucho menos. Este Carramimbre quiere ser carne de ACB y en su primera defensa del liderato ayer en un partido trascendental, sacó su orgullo para sacar el partido adelante y mantener a raya a su máximo perseguidor Delteco Gipuzkoa. 

El Carramimbre ganó, sí, pero lo hizo jugando con fuego, una situación que cuanto menos le debe llevar a la reflexión. Primero con esos cambios sistemáticos, erre que erre, en los que sigue confiando su entrenador y debilita claramente al equipo para dar vida a su rival. Y como prueba basta el simple botón del 11-2 de salida, con los ‘cinco magníficos’ en cancha que dio paso a un 11-11 con parada obligada de Hugo López con tiempo muerto. Su rotación, posiblemente para cuidar a los suyos, dejó a la segunda unidad en campo, la misma que curiosamente como si de un pacto se tratara, tuvo Palma. Pero la batería de Palma pareció, en un perfecto ejercicio de negación a querer llevarse el partido, tener mejores mimbres para pujar por la victoria.

Pero el fuego con el que bien pudo quemarse, otra vez, el Carramimbre, ardió en el abuso en los lanzamientos de perímetro. Con un Federico desdibujado, errático y totalmente desconocido (0 puntos en 19 minutos), el equipo de Hugo se contagió, se volvió a contagiar con la enfermedad del triple, la que le llevó muy posiblemente a entregar la Copa Princesa a Gipuzkoa cuatro días antes. El balón quemaba en las manos y el abuso del lanzamiento de tres puntos le llevó hasta los 32 intentos, solo cinco menos que los probados de dos puntos. El paupérrimo porcentaje (6 aciertos para un 18% total) lo dice todo para explicar que el Carramimbre, bien pudo matar el partido antes obligándose a la tortura del sufrimiento hasta los compases finales.

El dominio en el rebote de ataque (16 capturas, 7 de ellas en el primer acto) ejercieron de flotador para un Carramimbre en el que pareció reivindicarse (hasta que le dejaron) Granado. Palma volvió a la vida curiosamente con su último pasajero. La entrada de su duodécimo jugador, José María González, hizo daño en la ‘pintura’ para apretar el marcador en los momentos de ansiedad de un Carramimbre que no pudo ni supo matar el partido. Dos triples del ‘olvidado’ Bropleh, añadieron picante al partido. El 66-64 a cuatro minutos para el final encendió la luz de alarma en los vallisoletanos que seguían probando desde fuera. Afortunadamente tres penetraciones de Bartley, Mackenzie, dos tiros libres de Aboubacar un tiro postrero de Leimanis pusieron el definitivo 74-66 en el marcador y evitaron el incendio.

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