Diario de Valladolid

Fútbol

18 años de sonrisas y lágrimas

Carlos Suárez llegó en 2001 «para salvar al club» y se va casi dos décadas después con una gestión con luces y sombras pero dejando al equipo en Primera y con la deuda casi saneada

Carlos Suárez, con 33 años, llegó al club el 10 de mayo de 2001-E.M.

Carlos Suárez, con 33 años, llegó al club el 10 de mayo de 2001-E.M.

Publicado por
J. I. Fernández

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Carlos Suárez es historia en el Real Valladolid, y a partir de ahora también formará parte de ella. Tras 18 años en distintos puestos, ayer se puso fin a su relación pero con el sorprendente nombramiento como presidente de honor. En estas casi dos décadas el gallego tuvo que tomar muchas decisiones, algunas erróneas, otras acertadas. Con un legado deportivo bastante flojo pero con la sensación de que fue el hombre que llegó en el momento justo para salvar a una entidad que se iba al traste tras la nefasta gestión de Ignacio Lewin.

Suárez aterrizó en el Real Valladolid de la mano de las hermanas Saralegui el diez de mayo de 2001 con un club que se encontraba en la UVI. Los empleados llevaban meses sin cobrar y existía un importante riesgo de que el equipo desapareciese. Primero fue designado presidente por los accionistas, y se le encomendó la misión de lograr la subsistencia del club, algo que sí consiguió.

Diez años después, Suárez dio un paso adelante y se hizo con la mayoría accionarial por el precio de algo más de tres millones de euros. Una ridiculez si se compara por lo que posteriormente se vendió a Ronaldo. El gallego logró el 58,1% de las acciones del Real Valladolid. Suárez compró las acciones a las tres empresas con un mayor paquete empresarial en el club: Carteras e Inversiones Somosaguas (20%), Blancos S.L. (19,06%) y a Alda Beta S.L. (19,03 %). Algo que anunció en una rueda de prensa, donde estuvo acompañado por el entonces alcalde de la ciudad, Javier León de la Riva, y el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero. El ex jugador de baloncesto invirtió prácticamente todo su patrimonio y tuvo que pedir dinero en su entorno familiar.

La situación económica del club siempre ha sido nadar contracorriente. Hasta el punto de que en 2011 se entró en concurso de acreedores del que no se saldría en tres años. El club llegó a acumular una deuda de 72 millones de euros. Muchos acreedores como restaurantes, tiendas, empleados, exentrenadores, tuvieron que ver cómo su deuda o no era pagada o lo era en cantidades muy ínfimas. Por el camino también se quedó el famoso Valladolid Arena, un coloso con pies de arena, que nadie se llegó a creer.

Con la compra del club por parte de Ronaldo estaba claro que Suárez quedaba en un segundo plano. De primeras fue nombrado Consejero Delegado. El brasileño anunció el día de su presentación que el gallego seguiría en la estructura de la entidad ocupándose de la gestión de la misma. Sin embargo, a la hora de la verdad, se comprobó cómo esto no era así. Hasta el día de ayer donde se confirmó que la era Suárez acababa en Valladolid.

Unos colores blanquivioletas que casi le costaron la salud. La presión de los resultados le provocó una crisis de ansiedad que le hizo desaparecer del palco del estadio José Zorrilla por prescripción médica. Tanto en la gestión deportiva como la económica han estado teñidas de luces y sombras. La masa social le criticó siempre por la poca grandeza que quiso otorgar a un club histórico y por no hacer inversiones más importantes. Aunque desde el pasado mes de febrero tiene hasta una peña con su nombre en el barrio de La Rubia. Ayer toda la plantilla se quiso despedir del que ha sido su presidente durante varias temporadas.

El ‘hombre milagro’ llegó para un plazo de tres meses y al final se quedó durante 18 años. Lo que está claro es que deja (pese a que sus detractores piensen diferente) al club prácticamente saneado y en Primera. Sus dos ilusiones.

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