Diario de Valladolid

Claves de seguridad

Los vallisoletanos Esaú Sánchez, Cristina Muélledes y Joseba Aramayo se gradúan en Israel como instructores expertos en esta técnica de defensa personal por la KMG

EsaúSánchez, Cristina Muélledes y Joseba Aramayo posan con sus diplomas.-J. M. LOSTAU

EsaúSánchez, Cristina Muélledes y Joseba Aramayo posan con sus diplomas.-J. M. LOSTAU

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Guillermo Sanz

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El estratega chino Sun Tzu aseguraba en ‘El arte de la guerra’ que la mejor defensa es un buen ataque. Tal vez así fue durante siglos. Sin embargo, en ocasiones el tiempo moja el papel y sirve nuevos capítulos escritos por personas capaces de cuestionar lo establecido. Entre ellos, tres vallisoletanos: Esaú Sánchez, Cristina Muélledes y Joseba Aramayo, que rebaten cada semana a Tzu para firmar la tesis de que la mejor defensa es... una buena defensa; un dogma para el krav maga, disciplina de la que son oficialmente expertos.

Los tres instructores de este sistema de defensa personal con raíces hebreas (es usado por las fuerzas de seguridad israelíes) se graduaron el pasado mes a los pies de los Altos de Golán, de donde volvieron con el diploma de expertos acreditado por la KMG (Krav Maga Global) en la maleta. Esaú lo hizo con el nivel 3, siendo la única persona en España con esta acreditación, y sus compañeros con el nivel 1, un honor que comparten con tres personas en España.

Durante diez días de campamento aprendieron y repasaron todas las técnicas que trabaja el krav maga. Desde el golpeo al desarme, pasando por los dos contra uno o defensas de todo tipo. Todo ello antes de enfrentarse a un duro examen de nueve horas con breves paradas para beber agua o tomar frutos secos donde tuvieron que poner en práctica todo lo aprendido. Los tres demostraron ser alumnos aplicados.

El más avanzado en el camino que siguen Joseba y Cristina es Esaú. El instructor compitió en boxeo y kickboxing (donde quedó campeón de España) antes de descubrir por un alumno el krav maga. «El primer día lo pasé muy mal. Me había pegado mucho, pero no había sentido una estrangulación. Cuando empiezas a entrenar y ves si funciona o no... engancha», confiesa el instructor que ejerce en el CDO, en Arroyo de la Encomienda y en la comisaría, donde enseña técnicas de defensa a la Policía Nacional. Esaú no puso la primera piedra del krav maga en Valladolid, pero ha sabido construir su propio palacio, en el que algunos alumnos como Joseba Aramayo o Cristina Muélledes han tomado el camino de la enseñanza.

«Llevábamos dos o tres años entrenando con él y nos dijo que nos veía para ser instructores», explica Aramayo, que convirtió su hobbie en su segundo trabajo (entrena en Olimpia, Budokan y Kanazawa). Una revelación que también sintió Muélledes, la primera mujer en tener el título de instructora y la única graduada como experta. «Empecé a hacer defensa personal femenina. Tengo una amiga que tuvo un incidente y empecé a concienciarme de que era importante. En 2014 le dije que tenía ganas de ser instructora para animar a otras mujeres a descubrir la defensa personal», confiesa la entrenadora del CDO La Almendrera y del Mythos de Parquesol.

El krav maga, como explica Esaú, permite «quedarte tranquilo ante una situación de peligro». Aunque ninguno de los tres han tenido que llevar las técnicas a la vida real, algunos de sus alumnos sí que han salido airosos de una situación de peligro. «Un alumno mío recibió una amenaza de cuchillo cuando sacaba a pasear al perro y le salió como lo practicamos en clase. Es un orgullo que se pudiera zafar de ello», explica Joseba Aramayo, aunque el primer mandamiento del krav es «evitar el conflicto», recuerda Esaú.

Valladolid es la capital del krav maga, siendo la provincia de España con más instructores acreditados (6). Todos ellos tienen que reciclarse casi diariamente (entrenando entre ellos, a través de cursos en España u online) para adaptar sus clases a los nuevos peligros: «La misma amenaza no es igual ahora que hace diez años. Se estudia y se busca la forma más rápida. Ahora se enfatiza más en desarmar y salir corriendo», explica Cristina. Entrenamientos que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte. La llave de la seguridad está en los gimnasios, donde vive una disciplina útil para hombres, mujeres, niños y profesionales de la seguridad que encuentran en sus instructores un pasaje hacia la seguridad.

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