Diario de Valladolid

A la puerta del paraíso

Un gozalo de Waldo en una primera parte soberbia de los locales derrota al Athletic y coloca al Pucela de nuevo fuera del descenso

El entrenador Sergio se abraza a Nacho mientras Olivas (izquierda) y Plano saludan a la afición tras la victoria.-J.M. LOSTAU

El entrenador Sergio se abraza a Nacho mientras Olivas (izquierda) y Plano saludan a la afición tras la victoria.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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La lucha por la supervivencia del Real Valladolid ha dejado de pertenecer al apartado de Deportes para constituirse en un documental de Naturaleza. Lo suyo es más de Rodríguez de la Fuente o el National Geographic que de las últimas páginas de los periódicos.

El guion de su documental hablaría sobre la persistencia de un equipo llamado al fracaso por la falta de dinero, de una plantilla sin machos alfa que marquen diferencias y de árbitros que dan a los depredadores los colmillos que arrancan a sus presas. Por si la lucha no fuese suficientemente desigual.

El episodio está a punto de finalizar y quien parecía primer bocado de la Liga, como un conejito peludo, sigue vivo. Y no sólo respira, sino que está a punto de ponerse a salvo de garras y dientes ajenos. Rayo y Huesca no pueden decir lo mismo. Ya han sido devorados por el descenso. Y el Girona se ha metido en el otro puesto que supone la pérdida de categoría, tras su derrota con el Getafe y la victoria blanquivioleta ante el Athletic Club. El Pucela depende de sí mismo y ve la proyección desde fuera.

Algo tiene de épico este equipo que nunca se rinde. Jugará mejor o peor, hará partidos malos junto a otros que rozan la excelencia, pero jamás ha perdido la cara a la Liga.

Como ayer. La victoria se cimentó en un partido muy competido y serio, con una primera parte primorosa y una segunda en la que perdió gas y control del juego, hasta el punto de que el Athletic gozó de claras ocasiones para el empate. Pudo llegar, pero no lo hizo.

El partido será recordado por el gol de Waldo. No sólo por su importancia y por ser el único de la tarde, sino por su ejecución. Fue un obús que se coló por toda la escuadra, después de 40 metros de conducción de balón desde campo propio sorteando rivales y un recorte hacia dentro que dejó clavada a la zaga vasca. Se puede recorrer medio mundo, hasta Ecuador incluso, para intentar resolver los problemas. Pero hay veces que la solución está en casa. Como en El Alquimista.

La entrada local al partido fue apabullante. El Real Valladolid, con su once ya forjado en el último mes, fue intenso, vertical y dinámico. Se llevaba los balones divididos y hacía daño por ambas bandas, con buenos envíos también en profundidad por el medio. Waldo de cabeza y Ünal, por duplicado, pudieron estrenar el marcador en los ocho primeros minutos. Los de Sergio eran un vendaval. El pacense dio una pase de la muerte demasiado fuerte antes de ejecutar su obra maestra en el minuto 20. Herrerín sólo pudo certificar con la mirada el tanto, ante la pasividad de sus compañeros.

Apenas hubo más en la primera parte. Muniain dio el único susto al cabecear solo, entre los centrales, un balón que se fue arriba.

Era el aviso de lo que vendría en la segunda mitad. Entre el cansancio y el miedo a perder la ventaja de los locales, más el obligado cambio de un visitante que apenas fue nada en la primera mitad, la segunda se escribió como tantas veces esta temporada. Lo bueno es que registró un final diferente.

El Pucela se fue parapetando cada vez más atrás y el Athletic metió experiencia y ataque en el césped, con Raúl García, Aduriz e Ibai. Los dos primeros gozaron de las grandes ocasiones para los bilbaínos, en un final de monólogo vasco. Un cabezazo del ex pucelano se fue al poste y la vaselina del ex atlético obligó a Masip a realizar un escorzo. Lo que otras veces entró, esta vez se quedó fuera. No sólo hay esperanza. Sobre todo hay vida.

Paz en el palco de Zorrilla

Diálogo fluido entre Puente y Ronaldo. Se esperaba el primer contacto entre el alcalde Óscar Puente y el presidente blanquivioleta, Ronaldo Nazário, tras las palabras de su ayudante David Espinar sobre la posibilidad de levantar un estadio fuera de Valladolid y la consideración de «chantaje» que le merecía a Puente. Se desconoce qué se dijeron en privado, pero en público se les vio dialogantes, sonrientes y sin tensión alguna en el palco del José Zorrilla.

Desde el club no se ha vuelto a sacar el asunto del estadio, un tiro en el pie ante todo lo que hay en juego. El consistorio está dispuesto a invertir en la medida que pueda.

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