Las estrellas de Zorrilla
El Valladolid sigue lanzado (1-0) y mira a Europa tras derrotar al Huesca con un golazo de Alcaraz a balón parado / Tras el descanso da un paso atrás para defender la renta pero no pasa apuros
Semedo se lanza al suelo en su afán de evitar la internada de Nacho.-PABLO REQUEJO
Las figuras de la denominada ‘Liga de las Estrellas’ están en Zorrilla. Son los jugadores del Valladolid, que en Primera División siguen ofreciendo el fútbol de alto nivel que exhibieron en Segunda tras el cambio de entrenador. El Pucela no ha notado este salto de categoría. Mantiene el guión que le convirtió en el gran protagonista de la categoría de Plata y sigue pasando por encima de sus rivales. Es un equipo ambicioso que siempre sale a ganar, sea en Zorrilla o a domicilio, toca bien el balón, lo mueve con buen criterio y también sabe sufrir cuando es el adversario quien trata de acercarse a su área.
Todo eso se vio frente al Huesca. En el primer tiempo le encerró en su área y apenas le dio opciones para que se presentara ante la portería de Masip. Consiguió un golazo al transformar Alcaraz una falta cerca de la frontal y parecía tener el partido encarrilado tras marcar Leo Suárez a centro de Nacho pero Mateu Lahoz lo invalidó por fuera de juego del lateral zurdo, como le indicó su compañero Alberola Rojas al frente del VAR.
Después llegaron los peores momentos del encuentro para el Valladolid. Leo Franco dejó inicialmente en el banquillo a Gallar y Cucho Hernández y cuando se decidió a darles entrada en los minutos 56 y 63 respectivamente cambió el panorama. Los pupilos de Sergio González cedieron balón y terreno. Achuchaba el Huesca aunque sin crear peligro, pero el temor a encajar un gol alteró la mentalidad de los blanquivioleta. Enfrente estaba un equipo que lucha por salir de la zona de descenso pero no era cuestión de repasar la clasificación porque el panorama era muy diferente al del primer tiempo. Los jugadores del Valladolid pensaron que era mejor cerrar al rival los accesos al área antes que buscar el gol de la tranquilidad.
El Valladolid elaboró bien el juego en el primer tiempo, se adueñó pronto del centro del campo y Alcaraz y Míchel buscaron huecos por las bandas y por el centro. Los ataques por el flanco izquierdo llevan mayor peligro con las incorporaciones de Nacho, magnífico cada vez que supera en el sprint a su marcador. Eso ocurre casi siempre y el lateral le pega al balón con una maestría extraordinaria en sus centros al área. Es una jugada que se repite de continuo. Donde pone el ojo pone el balón. Nacho ejerce de extremo cuando el Valladolid ataca y los defensas del Huesca se vieron desbordados una y otra vez.
El Valladolid seguía dando avisos. Alcaraz lanzó fuera una falta y Cop remató alto en boca de gol. El tercer intento se transformó en el 1-0. Dio la impresión de que Alcaraz le pegó al balón con un guante y no con la bota. La ejecución de la falta cometida por Semedo en la frontal fue exquisita. El balón salvó la barrera visitante y se coló junto a la escuadra derecha de la portería de Jovanovic, que hizo la estatua. Esos goles de falta que dan brillo a los ojos de los aficionados y que la pasada temporada llevaban la firma de Hervías, tienen ahora otro protagonista, Alcaraz. Ayer lo había intentado con anterioridad y a la segunda acertó.
Cop y Moyano pudieron sentenciar el partido tras el descaso. El delantero falló solo ante Jovanovic y el lateral derecho lo intentó con un remate de semivolea. El Valladolid buscaba el segundo gol hasta que los cambios en el Huesca y la presencia en el campo de futbolistas como Gallar y Cucho, que de forma sorprendente habían estado de inicio en el banquillo, dieron paso a otro partido.
Pero el Valladolid también sabe defenderse y sólo se llevó un par de sustos, primero con un remate de Semedo que mandó el balón por encima del larguero y casi al final del partido con un cabezazo de Longo que salió desviado. Sergio también movió el banquillo y tras quitar a Ünal y a Toni el Valladolid acabó actuando con un 5-4-1 al pedir Cop el cambio en el minuto 83 por unas molestias. El míster bajó a Antoñito al lateral, formó con tres centrales y dejó a Leo Suárez más adelantado.
El Valladolid superó una nueva prueba. La baja de Óscar Plano obliga a Sergio a buscar alternativas y el resultado es satisfactorio. El míster trata de mantener el equilibrio en todas las líneas y el gran beneficiado a nivel particular es Leo Suárez, que aprovecha cada oportunidad. Marcó el empate frente al Celta cuando sólo llevaba dos minutos en el césped, sentenció al Villarreal con un golazo y ayer fue de nuevo uno de los mejores. En este Pucela que mira a Europa -séptimo a dos puntos de zona europea- todos juegan bien.
