Diario de Valladolid

Valladolid no cabe en el Zorrilla

Por primera vez en sus casi 90 años de historia encadenará el próximo sábado tres llenos consecutivos / Entradas agotadas en cuatro horas y colas de espera desde la madrugada

Colas en las puertas del estadio José Zorrilla para conseguir las entradas para el partido del próximo sábado.-EL MUNDO

Colas en las puertas del estadio José Zorrilla para conseguir las entradas para el partido del próximo sábado.-EL MUNDO

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Despertares. El fútbol, la magia del fútbol, hechiza a una ciudad entera entregada y volcada, por fin, con «su» Real Valladolid. Es el despertar de una ciudad que se ha echado a la calle coincidiendo con la meteórica recuperación del equipo en el tramo final de temporada. La llegada de Sergio González al banquillo blanquivioleta ha ejercido de espoleta y campanilla para un equipo que ha logrado recuperar la fiebre por el fútbol, prácticamente desaparecida desde que el equipo bajara a Segunda División hace cuatro años.

La ciudad, como hiciera en vísperas del último partido de Liga ante el Osasuna y la pasada semana ante el Sporting, vuelve a responder a la llamada del Real Valladolid. Y lo hace al toque de corneta saliendo la ciudad entera a la calle en busca de una codiciada entrada. Valladolid no cabe en el Zorrilla. Por tercera vez y de forma consecutiva, algo que no ha sucedido en el club a lo largo de la historia, colgará el cartel de no hay billetes. Colas interminables en el estadio; colas interminables en el Centro tanto en la calle Santiago como en la calle Mantería; colas interminables en Río Shopping en busca del preciado tesoro, una entrada para ver el partido de vuelta entre el Real Valladolid y el Numancia por una plaza en Primera.

Desde las cinco de la madrugada hubo aficionados que hicieron guardia al pie de las taquillas del estadio o en las tiendas de Hummel y Justo Muñoz para asegurarse una entrada. Solo los abonados tuvieron la oportunidad de cazar una o dos entradas para sus allegados. El público en general ni siquiera tuvo la oportunidad de hacer cola. La fidelidad a unos colores tuvo ese premio aunque se tuviera que hacer colas de cuatro y cinco horas.

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