Triunfo en las trincheras

El Comercial Ulsa se agarró en Hospitalet a la única cuerda que sigue llevando a la disputa de los playoffs de ascenso. La inesperada derrota de la pasada jornada a manos del colista Albacete dejó al equio tocado en su línea de flotación.. Tocado pero nop hundido porque la victioria de ayer, sin color alguno ante uno de los equipos que luchan por la permanencia en la LEB-Plata, sirve para seguir enchufado a la vida, aunque por lo visto ayer. de manera asistida.

Los vallisoletanos sufrieron lo indecible para poder sacar un partido marcado or el elevado estado de ansiedad de ambos equipos. Uno porque perder significaba decir adios a los playoffs. El otro porque perder suponía meterse en problemas a falta de solo dos jornadas para el final de Liga.

Los vallisoletanos mandaron en el marcador durante prácticamente todo el choque (solo una vez se puso por delante el Hospitalet, respondiendo de forma inmediata los vallisoletanos con un 0-6). Pero su dominio tuvo siempre el freno de mano echado. Sus tres jugadores más resolutivos tuvieron una guerra ante el aro rival con unos porcentajes de acierto ridículos (1 de 11 Graham-Bell; 5 de 18 Sergio de la Fuente; y 5 de 15 Wade-Chatman). Ante esta tesitura, condenado al ostracismo Davichu Ortega, con Miguel González de nuevo desconectado pese a que sañió titular, y sin la aparición de un actor secundario como Astilleros, ayer muy poco productivo, al Comercial Ulsa tan solo le quedó la esperanza de que su rival no estuviera fino. Dicho y hecho. Porque los vallisoletanos, pese a sus pésimos porcentajes, su mal bloqueo de rebote (16 rechaces cedidos) y sus 16 perdidas de balón, mandó en el electrónico de Hospitalet de forma clara hasta el descanso.

Después, nervios y sufrimiento, mucho sufrimiento, en un partido jugado desde las trincheras, como refleja el pobre marcador final (54-56).

PACO GARCÍA . «Vinimos a ganar y ganamos para seguir vivos. Perder habría sido decir adiós a la temporada. Pese a nuestro mal partido lo sacamos adelante. Nuestro juego fue horroroso, estuvimos maniatados, con muchios nervios».