Diario de Valladolid

BALONCESTO

Una vallisoletana entra en la historia de Incarnate World

Celia García Paunero, hija del entrenador del Comercial Ulsa Paco García, bate el record de la universidad americana de la NCAA con 24 rebotes en un mismo partido

La vallisoletana Celia García lanza durante un partido esta temporada con las Cardinals.-EL MUNDO

La vallisoletana Celia García lanza durante un partido esta temporada con las Cardinals.-EL MUNDO

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Es difícil de explicar la progresión y los espectaculares números que esta firmando Celia García Paunero en su último año de universidad en Estados Unidos. Esta vallisoletana que se vio obligada siendo niña a forjar su formación como jugadora agarrada a la maleta de su padre, Paco García, entrenador profesional de baloncesto, ve como la gloria le viene de repente como si de un hechizo se tratase. Y lo hace en Estados Unidos, lejos de casa, lejos de su entorno familiar, y no en España donde completó su último año júnior en las filas de UVa-Ponce sin llegar a mostrar su verdadero potencial. El notable bagaje a su paso por la NJCAA en Otero Junior College, en Colorado, le le valió para elegir universidad con una beca de dos años y completar su carrera académica y enrolarse en las Incarnate World de San Antonio de la NCAA (División 1). Y entonces llegó su verdadera explosión, en su segundo año, escribiendo casi cada jornada un capítulo de la historia de su universidad para brillar con luz propia en una competición que reúne a las mejores jugadoras del vivero o antesala a la WNBA, el codiciado baloncesto profesional.

Tras un inicio de temporada espectacular que le valió a Celia García ser nominada en dos ocasiones como la mejor española en la NCAA, el techo de esta vallisoletana de gran corazón no parece tener límites y prueba de ello es que parece empeñada en derribar el muro de la lógica. Su última hazaña digna de mención ha sido entrar en la historia de Incarnate World batiendo el récord de rebotes en un mismo partido. Celia García firmó en la victoria de su equipo ante Southeastern Louisiana 24 puntos, 24 rebotes, 4 asistencias, 4 robos de balón y 5 tapones, lo que supuso su décimo doble-doble (dobles figuras en dos apartados estadísticos) de la temporada. Pero fueron los 24 rebotes capturados lo que llevaron a la vallisoletana a entrar en la historia de las Cardinals, superando en dos rechaces la anterior marca que databa de hace 26 años cuando Stephane Wiatrek puso la cota en 22 rebotes.

Celia García relata para DIARIO DE VALLADOLID - EL MUNDO posiblemente una de sus noches más especiales desde que está jugando en Estados Unidos y que le valió para ser designadea mejor jugadora de la semana. «Fue una noche mágica. El equipo estuvo fenomenal y fuimos capaces de llevarnos la victoria. En cuanto a entrar en la historia de la Universidad, sin duda, fue un momento inolvidable. En el último cuarto uno de mis entrenadores ayudantes se acercó y me comentó que estaba a un rebote del récord. No me lo podía creer. En la siguiente jugada cogí un rebote defensivo y todo el banquillo se levanto para celebrarlo. Fue muy emocionante. Al final del partido la gente me pedía fotos y autógrafos. Todo lo que estoy viviendo es un sueño».

Los números que está acreditando Celia García en las Cardinals de Incarnate World en la que es su última temporada en la universidad, donde se licenciará en Psicología Deportiva, obligan a dirigir la mirada hacia al futuro. Lo que antes era algo totalmente utópico como era poder acceder al baloncesto profesional americano WNBA comienza, cuanto menos a cuestionarse. ¿Por qué no? Lidera su conferencia con 10,5 rebotes por partido y es tercera en anotación (17,8). A nivel nacional es la 18ª en rebotes y la 9ª en dobles-dobles. Ella, como siempre, se muestra prudente a la hora de hablar de la WNBA, palabras mayores. ¿La WNBA? Soñar es gratis y... por qué no? Los números están ahí. Pero por ahora mi prioridad está en ayudar a mi equipo a sumar victorias. Nos quedan todavía por jugar diez partidos», indica la jugadora vallisoletana, sin duda con los genes ganadores heredados de sus padres Paco García y Ana Paunero.

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