La Universidad de Valladolid impulsa el lavado de cara de la Hospedería del Colegio Mayor

Lavado de cara para la Hospedería del Colegio Mayor Santa Cruz. La Universidad de Valladolid ha adjudicado las obras de restauración de su fachada a la empresa Patrimonio Global S.L. por un importe de 191.550,61 euros, con un plazo de ejecución de tres meses.

«La fachada de la Hospedería del Colegio Mayor Santa Cruz presenta un aspecto de cierta suciedad, fundamentalmente debida a la contaminación atmosférica y a la circulación de vehículos por la calzada adyacente, así como un deterioro notable de sus paramentos de piedra y ladrillo, por lo que se plantea una actuación fundamentalmente de limpieza de estos paramentos, con unas pequeñas intervenciones de consolidación en las jambas de los huecos que han perdido alguna zona del recercado de yeso en la planta superior. Se plantea la sustitución de las carpinterías de planta primera, modernas pero muy deterioradas, además de una limpieza y protección de las rejerías de forja existentes», recoge la memoria del proyecto de intervención.

El documento también contempla la actuación en su portada, con un deterioro «mayor» y con «peligro de desprendimiento de materiales». «Junto con la limpieza de todos sus elementos se propone la restauración de la puerta de acceso, la recuperación de algunos vivos en las molduras de la puerta y la consolidación y restauración del frontispicio, así como una recuperación no mimética de los elementos desaparecidos del escudo que permita la lectura del mismo», apuntan. También se apunta al jardín y la acera contigua a la fachada, rebajando niveles y facilitando la accesibilidad con una pequeña rampa.

Fundado por el cardenal Pedro González de Mendoza en tiempos de los Reyes Católicos, en 1486, el Colegio Mayor Santa Cruz es el segundo más antiguo en España por detrás del de Salamanca, que data de 1401. Su Hospedería se creó en 1588. El edificio de la Hospedería del Colegio Santa Cruz fue contratado el 26 de julio de 1675, y se levantó con sobriedad formal y ausencia ornamental, limitada al escudo del Cardenal Mendoza sobre la portada principal. Fue diseñado por Antonio del Solar y ejecutado por Francisco de la Torre.

La fachada, según se recoge en la memoria, más allá de intervenciones puntuales no ha tenido ninguna intervención sobre la totalidad de la misma desde la construcción del edificio. Conserva, por lo tanto, el aparejo y morteros originales. La huella del paso del tiempo se hace visible en la pérdida de algunos ladrillos o en los huecos en los paños de mampostería por la pérdida de argamasa, por ejemplo. La espadaña que corona la portada, que contiene el escudo del Cardenal Mendoza y que se corona por tres pirámides sobre el frontón, es la parte más afectada. Es este el elemento que presenta mayor afectación de toda la fachada, con adornos perdidos, roturas y una evidente falta de «legibilidad» en el escudo del fundador del Colegio Mayor.

«La imagen actual de la fachada está muy desvirtuada debido a su alteración y las sucesivas reparaciones que ha sufrido. El resultado es la pérdida de importancia del uso del mortero en juntas como elemento ornamental y en cierta medida también ha disminuido la relevancia del ladrillo pese a ser ambos elementos esenciales en el concepto original de esta fábrica mixta», se advierte en el estudio patológico del edificio, en el que se constata la presencia de agentes contaminantes, así como de morteros de reparación que provocan la aceleración del deterioro por lo que han de ser retirados, filtraciones de agua y humedades. También recoge la pérdida de Mortero en el interior de las fábricas del muro.

«La piedra del escudo y portada requiere una restauración urgente ante la gran cantidad de fragmentos que están a punto de desprenderse y la duda sobre la estabilidad de algunas piezas de gran entidad como la corona del escudo», advierte el restaurador Carlos Sanz Velasco en el documento, en el que se insta a recuperar una inscripción pintada en el dintel de la puerta de acceso.

En su conclusión, el especialista considera «inaplazable» abordar los trabajos, consolidando algunos «elementos que están a punto de desprenderse», «neutralizando mecanismos de alteración activos», recuperando «elementos originales que se conservan ocultos» y retirando «añadidos en sucesivas reparaciones» que «comprometen la conservación del material de la fachada».