Diario de Valladolid

TOMÁTELO EN SERIE

'The Witcher': Netflix juega con espadas y brujería

La serie se basa en las obras de la saga de Geralt de Rivia escritas por el autor polaco Andrzej Sapkowski

Henry Cavill, en una imagen promocional de ’The Witcher’-

Henry Cavill, en una imagen promocional de ’The Witcher’-

Publicado por
ERNEST ALÓS
Valladolid

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Netflix ha lanzado sobre la mesa una carta ganadora. The Witcher, la serie protagonizada por el brujo cazador de monstruos Geralt de Rivia (Henry Cavill, Superman), cuenta con un colchón de seguidores cautivo: los compradores de las 40 millones de copias vendidas en todo el mundo de los tres videojuegos de la franquicia. Tiene material de sobras, y de categoría, para encadenar varias temporadas (la segunda ya está confirmada) en los siete libros escritos por el escritor polaco Andrzej Sapkowski, editados en España por Alamut. Y no oculta la ambición de que El Continentese convierta en su Westeros. ¿Pero son comparables The Witcher y Juego de Tronos? (Spoiler: piensen más bien en El señor de los anillos con Conan el Bárbaro en el lugar de Aragorn).

Antes que nada, una introducción sobre qué sucede en ese Continente: en estas tierras pobladas por enanos, medianos y ninfas del bosque, y colonizadas posteriormente por elfos, hace unos siglos llegaron los humanos. Tras una conquista con ribetes genocidas, los no humanos quedan recluidos en regiones apartadas o sometidos como parias. Un evento, la Conjunción de las Esferas, complica las cosas poblando esas tierras de monstruos variados: desde vampiros y lobisomes a arañas gigantes o diversas variedades de seres con aspecto pútrido que cortan, muerden y hurgan en las partes blandas. Los reinos de los hombres tienen su propio problema, un imperio fanatizado y expansivo que avanza desde el sur. Y para mantener el caos a raya, dos gremios, nutridos de niños con ciertas potencialidades arrancados de sus familias y convertidos en torturados mutantes: los hechiceros con poderes mágicos y los brujos entrenados para convertirse en mercenarios expertos en control de plagas monstruosas, con algún conjuro básico y, sobre todo, espadas. De acero para los seres pensantes, de plata para los demás. Tres niños perdidos se convierten en los protagonistas de la serie: Geralt de Rivia, un brujo de melena blanca, Yennefer, una hechicera atractiva y con malas pulgas, y Ciri, una princesa huérfana a la que deben localizar y proteger, con poderes que inicialmente parecen ser solo un rugido huracanado pero sobre la que pesan augurios de mayor porte.

Sin las bazas de 'Juego de Tronos'

¿Suena más friki que Juego de Tronos? Sí, indiscutiblemente. Y aquí viene el primer obstáculo para que la frase promocional (El Juego de Tronos de Netflix) se haga realidad en términos de audiencia o fenómeno social (la práctica de lanzar la serie de una tacada tampoco ayuda). No cuenta con las bazas de la serie de HBO para atraer a un público general reticente a la fantasía heroica (una saga que sobre un fondo fantástico reciclaba modelos convencionales de las narrativas de familias mafiosas o dinastías empresariales enfrentadas; vamos, de El Padrino a Dallas, sin olvidar la guerra de las rosas pasada por Shakespeare). Y la primera temporada de The Witcher, basada en los cuentos de los dos primeros libros de Sapkowski (El último deseo y La espada del destino), no ofrece una narración lineal, sino diversas líneas temporales que el espectador debe encajar hasta que finalmente confluyen. A su favor, precisamente que el precedente de HBO eliminó prejuicios en torno al género fantástico. O el trío protagonista, con un Cavill carismático (recomendación: escuchar su voz grave en VO) y unas Ana Chalotra (Yennefer) y Freya Allan (Ciri) intensas.

En cuanto se anunció el proyecto, varios temores sobrevolaron sobre él. Para los lectores de los libros, que se limitase a ser una adaptación de los videojuegos, con mucha esgrima (la hay) y algo de carne trémula (la hay también, aunque más en línea Eyes wide shut) y nada más. Peligro conjurado: la creadora de la serie, Lauren Schmidt Hissrich (Daredevil', The Umbrella Academy) ha sido razonablemente fiel a los libros. Y el muy gruñón Sapkowski, implicado como consultor, en lugar de gritar como hace cada vez que se le habla del videojuego (mientras pone la mano; acaba de renovar la licencia), aprueba. Aunque su intervención, dice, se ha limitado a asegurarse de que Ed Sheeran no salga cantando, o cosas así. Bueno, mejor no hablemos de cómo canta el bardo que acompaña a Geralt. Para el jugón, el temor era que la ambientación o los personajes no se identificasen con los del videojuego, y parece que Cavill ha cumplido con creces. Para el público general, que la producción fuese una serie B estilo Las crónicas de Shannara, y tampoco es el caso. Aunque los dragones

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