Diario de Valladolid

concierto en la catedral el 6 de julio, con el órgano allen de tubos digitalizados

La seo alumbra a Haendel, Mozart y Bach con 400 velas

Con la organista Pilar Cabrera, Sonia Santoyo y los jóvenes Lorenzo Reckling y Claudia Lorenzo

Una imagen de uno de los conciertos en la seo vallisoletana.-E.PRESS

Una imagen de uno de los conciertos en la seo vallisoletana.-E.PRESS

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Julio Tovar
Valladolid

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La Catedral de Valladolid acoge este sábado, 6 de agosto, su ‘Gran concierto de verano a la luz de las velas’, en una velada iluminada por los casi 400 cirios depositados en una docena de candelabros. Será a partir de las 21.00 horas.

Una ambientación de otra época –más allá de las pantallas en las que se proyectarán imágenes de paisajes de Castilla y León o del propio concierto gracias a las cámaras ubicadas en el órgano– para envolver las partituras de Bach, que resonará en la seo con el Quia respexit humilitatem, del Magnificat BWV 243 y Gloria a Dios en las alturas; Haendel, con Rejoice greatly, O daughter of Zion, del oratorio El Mesías; Mozart, con Laudate Dominum; Lloyd Weber, con Pie Jesu; Pietro Mascagni, con un Ave María; o Denis Bédard, de quien podrán escucharse por primera vez en España algunos de sus Salmos.

«Es algo único poder escuchar a autores contemporáneos poco conocidos con la misma luz que pudo contemplar Felipe II en su día, un momento inolvidable. Es un programa muy bonito, con preciosas melodías de autores contemporáneos... Hay que escucharlo, porque con palabras no se puede explicar», celebró ayer en declaraciones a este diario Michael Reckling responsable de una iniciativa que tuvo en 2006 su primera edición, con la llegada a la seo de un órgano Allen de 19.000 tubos digitalizados, en cuya consola aguardan para salir las notas pregrabadas de un órgano clásico, otro barroco, otro inglés y otro francés romántico. Espera reunir a 300 personas en este segundo concierto del año.

Una vez más, acompañando a la soprano Sonia Santoyo, Pilar Cabrera se sentará frente al órgano; también lo hará su hijo Lorenzo Reckling, que debutó en 2009 cuando apenas contaba con cinco años, que interpretará la Sonata Op. 49 Nº2 de Beethoven. También actuará Claudia Lorenzo, voz blanca, con

La nuit, una pieza de Bruno Coulais de Los chicos del coro–.

A pesar de que la catedral celebra cuatro conciertos al año en torno a su órgano Allen, estos parecen tener más predicamento fuera de Valladolid. «El sábado contaremos con gente de Jeréz de la Frontera, por ejemplo. El 60% del aforo suele ocuparlo público llegado desde otros lugares de España.

Hay que pensar que durante el resto del año, los sábados y los domingos hay muchos turistas que descubren nuestro órgano y nos ve tocar, porque la consola está abajo, y eso les despierta el interés por venir a escucharlo en estos conciertos. Hay 7.000 personas que nos han dejado sus correos para recibir información», advirtió Reckling.

52 conciertos

El del próximo sábado será el concierto número 52 celebrado en la catedral a la luz de las velas con el órgano Allen. Reckling, consciente de que «hay puristas» que reniegan del instrumento –la catedral tiene un órgano de tubos de 1928, construido por Aquilino Amezua y Leocadio Galdós–, defiende su valía: «Cuando vinieron desde EEUU los técnicos para instalar el órgano alucinaron de la acústica de la catedral.

El órgano tiene un registro que, dicho en broma, permite tocar como un pulpo, acoplando en un solo teclado los de los cuatro órganos que tiene registrados, para resonar en los cuatro balcones del templo. Eso se puede hacer por la tecnología.

A Pilar y a mí nos gustaría poder tocar en un órgano de tubos, pero cuando no hay dinero hay que organizarse: el Allen, en tubos, costaría tres millones de euros y tardaría seis años en construirse, probablemente; éste se construyó en seis meses y costó una décima parte», concluyó Reckling.

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