MPH colección arte contemporáneo
De Barradas a Díaz Caneja, un relato del cubismo
El Herreriano exhibe obras de Clavé, Gargallo, Torres-García o Palazuelo de sus propios fondos
Un hombre fotografía ‘Caballito japonés’, de Granell.-MIRIAM CHACÓN / ICAL
Calle de Barcelona, una de las obras más emblemáticas de la Colección Arte Contemporáneo, cumple 100 años. Desde ayer, el Museo Patio Herreriano celebra este aniversario de la mejor manera posible: exhibiendo en sus salas 6 y 7 medio centenar de obras de sus fondos, de una treintena de artistas, en una muestra que tiene en la obra de Rafael Barradas, la más antigua de todas las que atesora, su punto de partida: El Cubismo y sus derivaciones.
Y es que, como señalaron en la inauguración Beatriz Pastrana, coordinadora de exposiciones del MPH, y Juan González-Posada, responsable de exposiciones de la Fundación Municipal de Cultura, tanto el pintor de Montevideo como su paisano y amigo Joaquín Torres-García resultaron fundamentales para que el Cubismo, con su aire rupturista, cuajara en Barcelona, primero, y en Madrid, después y gracias en parte al interés de la Residencia de Estudiantes por la obra de Juan Gris, en aquellos primeros años veinte. «Los dos fueron de la mano. Sintetizaron distintas tendencias de las vanguardias europeas», subrayó la primera.
«El cubismo tiene múltiples caminos», advirtió Pastrana. Las obras de Ángel Ferrant, Pablo Gargallo, Julio González, Francisco Bores, Wifredo Lam, Pablo Palazuelo, Albert Ràfols-Casamada, Antoni Clavé, Sonia Delaunay y Juan Manuel Díaz Caneja dan fe de ello, de unas formas muy diversas de entender un movimiento que unas veces se aproximaba a una geometrización poco más que sugerida, y otras tendía hacia formas esenciales.
Por cierto que si Barradas inicia el relato sobre el Cubismo en las dos salas del Patio Herreriano, el artista palentino lo cierra con su Paisaje, un óleo sobre lienzo fechado en 1980 en el que interpreta la geografía castellana con sus planos de color ocres, grises y amarillos.
El cuerpo humano como objeto de representación –de ‘deconstrucción y construcción’, que diría Torres-García–, bodegones y unos paisajes en los que la urbe capta la atención de los artistas del siglo pasado son los ejes en torno a los que gira El Cubismo y sus derivaciones. Hasta el 1 de abril.