Viaje histórico a la morada de los Austrias

Si es difícil, y arriesgado, elegir cuál es la joya por excelencia de los edificios históricos de Valladolid, resulta al menos más fácil determinar el edificio que representa la vinculación de la ciudad con la Corona. En ese apartado no hay duda:el Palacio Real es el icono por excelencia, tanto, que la actual plaza de San Pablo donde se ubica, se denominaba en el siglo XVII ‘Plaza de los Palacios’.

Sin olvidar que fue alojamiento de los reyes Carlos V y Felipe II y residencia oficial, durante cinco años, entre 1601 y 1606, de los monarcas Felipe III, Felipe IVy toda su Corte, hecho único en la Historia de España que convirtió a Valladolid en Capital del Reino.

Y si añadimos a esta solera regia, una construcción única, obra clave del manierismo español y que conserva un alto porcentaje de estructuras originales, como el patio principal, la conclusión es que nos encontramos ante uno de los edificios más trascendentes de los últimos cinco siglos de historia de la ciudad.

Para fortuna de los vallisoletanos y de los visitantes de la capital del Pisuerga, el Palacio Real es visitable y además con pase gratuito. Los que no lo hayan visitado aún deben saber que en San Pablo les espera un viaje en el tiempo hacia el esplendor de los Austrias que les dejará huella. Las visitas guiadas, previa llamada de reserva al teléfono 983 327302, se realizan los miércoles a mediodía y duran aproximadamente una hora y media.

La historia del Palacio Real arranca en 1522 cuando el comendador mayor de León y secretario y secretario del emperador Carlos V, Francisco de los Cobos, decidió edificar una casa acorde a su destacado rango. Para ello, encomendó el proyecto a Luis de Vega, arquitecto de la Corona. El comienzo de las obras de Palacio de los Cobos, precursor del Palacio Real, se produjo a mediados de 1523.

En 1526 Luis de Vega daba cuenta a Cobos de la «buena marcha» de las obras y en 1527 ya estaba concluida buena parte del edificio. Una certeza avalada por el lecho de que el emperador Carlos V se hospedó en el Palacio en torno al 21 de mayo de aquel año y fechas siguientes, para asistir al nacimiento y bautismo de su hijo Felipe II que vino al mundo en el Palacio de Pimentel (hoy sede de la Diputación) y que en años posteriores también fue huésped del Palacio en sus visitas a Valladolid.

Los historiadores dan como fecha definitiva de fin de obras del Palacio de Francisco de los Cobos el año 1535. Desde esta fecha hasta 1600 se mantuvo en manos de su herederos hasta que en 1600 los compra el Duque de Lerma. Seis meses después, se produce una nueva transacción a favor de Felipe III que no solo lo adquiere sino de que decide trasladar la Corte a Valladolid por consejo de su valido. En ese momento, en 1601, se convierte en Palacio Real. Y el 8 de abril de 1605, en los aposentos del Palacio, nace el futuro rey Felipe IV. En aquella época el recinto incorporaba espacios que ya no existen como la iglesia del convento de San Diego en el que la reina doña Margarita asistía a misa.

La llegada del Monarca supuso una revolución social y económica para la ciudad, con un crecimiento espectacular de ciudadanos de forma que , en apenas dos años, Valladolid pasó de unos 30.000 vecinos a superar los 70.000 habitantes, una cifra ilustrativa si tenemos en cuenta que Madrid, sufrió una fuerte caída de 80.000 a 23.000 habitantes y un empobrecimiento general.

El regreso de los reyes a Madrid en 1606 no supuso la pérdida de la categoría regia del Palacio. Sin embargo, a partir de entonces, tanto el edificio como la ciudad experimentaron un lento declive. Lo mismo sucedió con otros edificios reales como el Palacio de la Ribera de la Huerta del Rey, o el salón principal o ‘de saraos’ ubicado en el solar de lo que fue el Colegio El Salvador.

El Palacio Real rebaja su actividad original y comienza a recibir diferentes funciones. Así, a mediados del siglo XVIII cede alguna de sus habitaciones a la Academia Geográfico-Histórica de los Caballeros Voluntarios.

Desde 1876 pasa a manos del Ejército y se establece la Capitanía General de Castilla la Vieja cuya evolución y reorganización en 1940 quedará establecida como Capitanía General de la séptima Región Militar. En 1987 al unificarse la séptima con la octava, se traslada a La Coruña y permanece en el palacio el Mando Regional Noroeste, al tiempo que se crea en Valladolid la 2ª Jefatura de la Región. En 1997 pasa a ser sede del Mando de Apoyo Logístico Regional y desde 2005 es sede de la Cuarta Subinspección General de Ejército.