Locura por la Copa en León y Miranda

Cultural y Mirandés mantienen enhiesto en pabellón de Castilla y León en la Copa del Rey, eliminado con toda justicia su representante en la máxima categoría, el Real Valladolid. El equipo leonés, de Segunda B, eliminó al Atlético de Madrid y se medirá en octavos al Valencia el miércoles a partir de las siete. El burgalés, de Segunda, apeó al Celta y se las verá con el Sevilla, también a partido único, el jueves desde las nueve.

No hay gesta sin sufrimiento, ni gloria sin esperanza. Siempre hay esperanza. Y por eso, en un Reino de León que no dejaba de frotarse los ojos, el sueño se tornó realidad y la vida, aunque por un rato, volvió a ser maravillosa para una parroquia culturalista entregada a los suyos, activa como pocas veces se la vio. Pocos quisieron perderse el premio copero frente al Atlético de Madrid tiñendo de color blanco y púrpura unas gradas que en los últimos tiempos se han acostumbrado a recibir a un grande casi cada año. Solo su presencia justificaba todo. Pero los de José Manuel Aira se empaparon de los vítores y, contra todo mal augurio, creyeron.

La fiesta había comenzado mucho antes de las 21.00. En el palco, Enrique Cerezo contemplaba lo que es capaz de sentir un aficionado de la Cultural por su escudo. Daba igual quién manejase la pelota ni si Correa lo ponía todo cuesta arriba a la hora de partido. Ayer hasta el último parroquiano sentía que sus oraciones, esta vez sí, quizá fuesen escuchadas.

Y lo fueron. El ‘¡Sí se puede!’ era un clamor a falta de diez minutos para el final. Algo se notaba en el ambiente. El viento del norte, portería ya para la historia, iba a soplar. Con el alma encogida, los aplausos al héroe Giffard se tornaron en locura cuando Castañeda, casi en el alambre, empalaba un balón regalando una vida extra a los suyos que terminó por encender a los seguidores. Y ya en la prórroga -bendito minuto 107- el estallido final. Sergio Benito obraba el milagro. David tumbaba a Goliat, Aira se comía al Cholo. El León se merendó al oso. Ahora llegará el Valencia. Que el murciélago tampoco se fíe.

En Miranda la emoción desbordó a una ciudad que ya sabe lo que es jugar una semifinal de Copa, cuando cayó ante el Athletic en la temporada 11-12. Anduva revivirá una nueva noche mágica como la de hace tan solo cuatro años. El Sevilla vuelve a cruzarse en el camino de los rojillos en la Copa del Rey, aunque en esta ocasión, una ronda antes, en los octavos de final. Tras sellar su pase hace dos días ante el Celta, un nuevo equipo de primera división visitará Miranda de Ebro.

La competición copera no cesa y en tan solo unas semanas se conocerán los dos finalistas de un torneo en el que el Mirandés quiere llegar tan lejos como sea posible. Tras necesitar de tres prórrogas para superar al Coruxo, al UCAM y al Celta, la exigencia continúa aumentando, enfrentando a los mirandesistas con equipos de superior categoría. Los sevillistas, cuartos en La Liga y primeros de su grupo en la Europa League, llegan a esta ronda tras apear al Levante por 3-1. En las anteriores eliminatorias habían ganado al Bergantiños (0-1) y al Escobedo (0-5), ambos de Tercera División.

Anduva está preparado para más noches mágicas después de que en el minuto 114, Antonio Sánchez marcase el gol definitivo que eliminó al conjunto vigués de Primera División. El equipo de Miranda confirma de esta forma su excepcional temporada, asentado en Segunda pese a ser un recién ascendido.