Casado se fija en Castilla y León porque «encarna el proyecto nacional» del PP

El presidente nacional del PP, Pablo Casado, volvió a abrir ayer el curso político en Ávila, pero en unas condiciones más precarias que hace un año, cuando su formación, aunque en la oposición, era aún la fuerza política con mayor representación parlamentaria.

Ahora, un año después y tras unas elecciones generales y autonómicas que modificaron el panorama político, el que fuera diputado por Ávila entre 2011 y 2019 se presentó ante buena parte de la cúpula de su partido reconociendo lo «mucho» que en ese tiempo aprendió en el PP abulense y haciendo varios guiños a lo que representan los populares castellanos y leoneses para su organización.

En este sentido, y en presencia de su mano derecha, Teodoro García Egea, Casado afirmó que «Castilla y León encarna el proyecto nacional» del Partido Popular, que según dijo, surgió como una formación para «servir a España y a los españoles.

Este reconocimiento explícito se extendió a la calidad de los servicios públicos que presta el gobierno autonómico en materia de Sanidad, Educación o servicios sociales, si bien abogó por aplicar políticas que los hagan «sostenibles» y «eficientes».

Los elogios por parte del líder de los populares se extendieron igualmente a la labor realizada respecto a la política de pactos, aprovechando la presencia, no sólo del presiente de la Junta y del PP autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, sino también de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también muy vinculada familiarmente a la provincia de Ávila.

Por ello, Pablo Casado se felicitó de que «la cantera de Castilla y León siga funcionando», en referencia a Fernández Mañueco y a la «sotillana» Díaz Ayuso, dada su relación con Sotillo de la Adrada. Según dijo Casado, ambos dirigentes se han erigido en «el símbolo de lo que es capaz de hacer el PP» tras la ronda de negociaciones para conformar los ejecutivos autonómicos y locales, con un equipo negociador liderado por Teodoro García Egea, presente en el acto junto al senador por Segovia, Javier Maroto, Pablo Montesinos, Isabel García Tejerina…

«Muchos españoles descubrieron una formación -PP- moderada y centrista», apuntó el presidente del PP, en referencia a esas negociaciones que a su juicio demostraron que su formación «ocupa la centralidad, porque puede hablar a izquierda y derecha, sin renunciar a sus principios».

En sus elogios, se refirió a Fernández Mañueco y Díaz Ayuso como dos dirigentes que representan «un partido al que llegan nuevos valores y en el que se reivindican la experiencia y las canas». Previamente, ensalzó la «gran experiencia» del presidente de la Junta como alcalde de Salamanca y, previamente, en diferentes responsabilidades en el Gobierno autonómico.

En su intervención, Casado defendió que en un momento de «cambios, retos e incertidumbres», el Partido Popular es «la vacuna contra todo ello», después de haber «gestionado la nave en las peores tempestades».

En clave nacional, Casado reiteró su negativa a facilitar la investidura de Pedro Sánchez, al mismo tiempo que presentó a un partido preparado y «en condiciones para volver a liderar este país», ya que está «trabajando para cualquier posibilidad». Eso sí, volvió a insistir en la propuesta de «España Suma», realizando un juego de palabras, después de poner como ejemplo los gobiernos de coalición liderados por el PP en varias comunidades como Castilla y León: «Allá donde el PP ha sumado, España ha sumado».

Respecto a la posible repetición de Elecciones Generales, Pablo Casado insistió en que su partido no las quiere, pese a que «hay quien dice» que al PP le «pueden venir bien» o que «reforzarían» su papel, con un posible nuevo reparto de bloques; sin embargo, Casado afirmó que el PP es un partido «responsable».

En una supuesta nueva cita con las urnas, dijo estar «convencido» de que los votantes de centro y derecha que han visto que la «fragmentación» del voto «facilitó» un gobierno del PSOE, «no entenderían» que esta situación se repitiera, de ahí que ofreciera la posibilidad de poner en marcha esa plataforma a imagen y semejanza de Navarra Suma. Ante esa posible cita electoral, al inicio de su intervención vaticinó que «muy pronto» se convertirá en el «tercer abulense presidente del Gobierno de España», después de que el cebrereño Adolfo Suárez y José María Aznar lo consiguieran, tras iniciar, como él, su carrera política en la circunscripción de Ávila.