Diario de Valladolid

La cifra de jóvenes que dejan las aulas para trabajar se duplica en tres años

Hay 6.000 menores de 19 años con empleo en la región y en 2016 eran 4.700 / La hostelería y reparto sustituyen a la construcción / Son empleos «precarios y de disponibilidad total», según CCOO

EL MUNDO

La hostelería, el comercio y la paquetería son los empleos de los jóvenes.-RAÚL OCHOA

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MARTA CASADO BURGOS
Valladolid

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En los tiempos de la burbuja muchos cambiaron el pupitre y los libros por el tajo y, después, se convirtieron en personas con difícil inserción al no contar con formación. El fenómeno se denominó generación perdida y, con la lección de la crisis aprendida, se abogó por no volver a repetir este y otros fenómenos. Pero más de una década después esta migración de estudiantes a trabajadores jóvenes en empleos sin cualificación vuelve a repetirse.

Los jóvenes dejan los estudios para engordar las listas de contratos de hostelería, reparto de mercancías o comercio. «Empiezan con la idea de compaginar trabajos y estudios, pero acaban dejando de estudiar por un empleo a corto plazo que apenas les da para pagar sus gastos donde no tienen estabilidad ni perspectivas», explica la responsable de Juventud en CCOO Burgos, Henar Paredes. Las estadísticas ponen número a esta realidad. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), el número de jóvenes menores de 19 años ocupados en Castilla y León asciende a 6.000, supone doblar la cifra de ocupados entre 16 y 19 años en 2016 que alcanzaron los 3.000 castellanos y leoneses. La variación interanual refleja un incremento de 1.300 más en un año. En cuanto a jóvenes dispuestos a trabajar han crecido en 1.100 en un año y se situó en la EPA del primer trimestre en 9.900 jóvenes. El mínimo de menores de 19 años activos se registró en 2017 con 7.000 jóvenes.

Lo que en principio podría ser una buena noticia, crece la empleabilidad entre los jóvenes, el fenómeno tiene otra cara. «El dinero inmediato, tener para sus gastos es a lo que aspiran, pero, no nos engañemos, llegan a minijobs que, con suerte, suponen ingresos de 800 euros, pero les descabalga de la formación y, en el entorno de digitalización e industria 4.0 quedarán apartados del acceso a esos puestos con proyección y estables», señala Paredes. Lamenta que «si sigue la tónica en el futuro habrá gente muy formada con gran capacidad y gente que no tenga ningún tipo de especialización, acabaremos con el término medio».

Salario escaso

Desde los sindicatos alertan que estos jóvenes abandonan su futuro por «empleos precarios, con disponibilidad 24 horas, con contrataciones por horas o temporales, y con ingresos bajos que, además, precarizan al resto». La cifra de contratación del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) refleja que en una década se han doblado los contratos en menores de 25 años. Han pasado de 10.455 en mayo de 2009 a 21.057 el pasado mes de mayo. Pero de todos los contratos suscritos este año entre los trabajadores más jóvenes, el 94,7% son temporales, principalmente la modalidad por obra o servicio y por circunstancias de la producción.

Los ingresos tampoco son muy altos. «Empleos con poca cualificación y temporales obliga a estar siempre pendiente, con total disponibilidad, o compaginar con extras de camarero». Así los menores de 18 años, según la estadística del Mercado del Trabajo de la Agencia Tributaria relativa a 2017, último dato disponible, los trabajadores castellanos y leoneses menores de 18 años ganaron 1.347 euros de media al año. Una cuantía que habla de la alta temporalidad y trabajos por horas. El salario sube a los 6.534 euros al año para quienes están en la franja de edad entre 18 y 25 años, accediendo a puestos con algún tipo de formación.

Entender un contrato

Y «por ser mano de obra barata y sin ataduras y con pocos conocimientos de sus derechos laborales son interesantes para puestos no cualificados», destaca Henar Paredes. De esta manera el paro sigue bajando en este colectivo. La estadística mensual del SEPE refleja que, durante el mes de junio, estaban inscritos en el paro 11.102 jóvenes menores de 25 años. La cifra se ha reducido a la mitad en los últimos diez años ya que en 2009 había 21.450 menores de 25 años en las listas del paro y ha bajado un 5,6% en un año.

«Ahora mismo en verano es el momento en el que muchos jóvenes enganchan con su primera experiencia laboral durante un mes o mes y pico cubriendo vacaciones en grandes fábricas, hostelería, guías o en supermercados», explica Henar Paredes para quien el reto está en que no abandonen prematuramente los estudios.

Ante esta situación, desde CCOO tratan de acercarse a los más jóvenes a través de la Federación de Enseñanza. «Solemos dar charlas en los institutos para explicar que no todo es tan bonito, hacerles ver la realidad». Otras acciones consisten en trabajar, a través de las agrupaciones juveniles de centros de Formación Profesional y universidades, para analizar la actualidad laboral de los más jóvenes. Este año se han abordado algunos aspectos como la figura de falso autónomo, extendida a propósito de la presencia de empresas de reparto como Globo y Delivero; Cómo interpretar una nómina; y cómo establecer el cálculo de un finiquito. «Lo habitual es que se acerquen a nosotros muy pocos, quien lo hace es porque tiene inquietud sobre su nómina, pero desconocen si perciben lo correcto, en qué convenio están e incluso en qué sector. Están muy perdidos».

Por ello, el área de Juventud de CCOO y el Forem incluye acciones con este colectivo dentro de su actividad diaria. También se editan guías para discernir las diferentes modalidades de contratación a las que pueden acceder, las tipologías de empresas como los servicios outsourcing con empresas de servicio que «precarizan un poco más el trabajo». «Tenemos que hacer ver a estos chicos y chicas la realidad para evitar que en un futuro no muy corto una gran parte de esta población quede fuera del mercado laboral por falta de formación y capacitación digital», puntualiza Paredes.

1.207 contratos de prácticas y 399 de formación

Sindicatos y patronal, en el marco del Diálogo Social de Castilla y León, han elaborado un borrador que «unifica diferentes criterios de la Formación para el empleo que esperamos que no se vea afectado por los cambios políticos en la administración y se publique como orden en septiembre», explica Henar Paredes. Con este documento se propone unificar criterios como las acreditaciones de los contratos de Formación que permiten dar el salto al mercado laboral con todas las garantías. «No había una regulación concreta sobre las condiciones que acreditaban la formación y en cada provincia se avenían a una lectura de la norma con lo que este borrador aporta uniformidad de criterios para obtener el título y poder reconocerlo», señala.

Por otro lado, desde las fuerzas sindicales miran con lupa esta contratación. «Nos preocupan mucho las prácticas no curriculares, que no se circunscriben al acuerdo entre empresa y centro formativo, y la duración de los contratos de formación», explican. De esta manera «abusos hay y hubo, pero cada vez está más controlado porque no nos podemos permitir becarios con más de 30 años», concluyen. Los resquicios permiten que una persona pueda encadenar cinco años de contratos de prácticas y formación desde que obtuvo su titulación.

En Castilla y León se han registrado hasta el mes de mayo 1.207 contratos de prácticas y 399 de formación. De ellos la mayoría son para menores de 25 años (619 de los primeros y 237 de los segundos) pero también hay 38 contratos de prácticas y 85 de formación en mayores de 45 años.

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