Diario de Valladolid

La estrella leonesa que guía los «universos»

Elena Ferreras es la directora comercial global en España del grupo editorial Condé Nast, que incluye las ediciones impresas y digitales de revistas tan importantes como Vogue, Glamour, Vanity Fair y Traveler. Es una apasionada de la moda, la belleza y el lujo

Elena Ferreras, nueva directora comercial global en España de Condé Nast.-E. M.

Elena Ferreras, nueva directora comercial global en España de Condé Nast.-E. M.

Publicado por
Estibaliz Lera

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Cada uno de sus gestos interroga con atención y curiosidad. Explica como hace su trabajo en un sector que cambia a pasos agigantados. La leonesa Elena Ferreras estudió Ciencias de la Información en la San Pablo CEU de Madrid. En el último año de periodismo hizo la diplomatura de Relaciones Públicas en el Instituto de Técnicas Especializadas y cuando terminó realizó el máster de Gestión Comercial y Marketing en ESIC.

Mientras estudiaba la carrera, hizo prácticas en La Crónica de León como redactora. «Allí aprendí muchísimo», reconoce para, a renglón seguido, añadir que fue «duro» porque era joven y mientras sus amigas se iban de veraneo, ella se quedaba trabajando. No obstante, admite que fue un tiempo estupendo y muy productivo.

Los comienzos en el mundo laboral fueron en Madrid gracias a la bolsa de trabajo del máster. Empezó en el departamento de marketing de una mensajería. De allí a la revista Fragancias y Cosméticos.

En esta cabecera vivió una de las anécdotas que más han marcado su vida profesional. «En una presentación me senté al lado del propietario de una cadena de productos de perfumería. Estuvimos charlando y me comentó que de vez en cuando iba a León porque tenía clientes y que siempre recordaba una tienda muy pequeña de un pueblo y a la señora que allí estaba. Casualidades de la vida, era mi abuela y mi pueblo. ¡Increíble!», rememora muy emocionada a pesar de los años.

A los dos años de estar en esta publicación Condé Nast compró la cabecera y le hicieron una oferta. «Fue un sueño. Era el grupo editorial soñado por cualquier periodista apasionado por el lujo, la moda, belleza y estilo de vida». Y es que engloba a revistas de la talla de Vogue, Glamour, Vanity Fair, GQ, AD y Traveler.

Su siguiente conquista fue la dirección comercial de MMModa. En 2002 le propusieron formar parte del lanzamiento de Glamour como directora comercial. «Fue una auténtica revolución en el mundo editorial: la primera revista de moda y belleza femenina en formato pocket, con una propuesta de contenidos totalmente diferencial y fresca. No había ninguna otra revista que se le pareciese en el mercado español», cuenta Ferreras, quien agrega que vendieron 800.000 ejemplares del primer número. Hoy en día, confirma que sigue liderando en ventas el mercado de revistas femeninas en el país.

El año 2011 le puso otro reto en sus manos: asumir la dirección comercial de SModa, el suplemento de los sábados del periódico El País. Presume de que lograron revitalizar el mercado de los suplementos. La leonesa había plantado muchas semillas con trabajo y esfuerzo y ya estaba recogiendo sus frutos. Todo lo que tocaba lo convertía en éxito.

Su «gran oportunidad» llegó en septiembre de 2015. ¿Quieres ocupar la dirección comercial de Vogue? El sí fue inmediato. Y las razones, múltiples. Iba a ser la locomotora de la estrategia comercial de la revista más importante de moda de España. Cuando se subió al tren, la web de Vogue batía récords con cinco millones de usuarios y redes sociales que alcanzaban también los cinco millones de seguidores.

No era su último desafío. Ni mucho menos. A principios de enero asumió el reto de los retos: la dirección comercial de todos los títulos del grupo. «Una tarea emocionante en un momento en el que las nuevas tecnologías están creciendo y Condé Nast está a la vanguardia», celebra la leonesa.

Su día a día es trepidante. Se levanta a las seis y media de la mañana. Lleva a su hijo a la ruta del autobús y a las 8:30 horas está en la oficina. La agenda está repleta de reuniones con las marcas colaboradoras, con los equipos de las distintas revistas, etc. «Estamos siempre alerta de todo, de nuevas oportunidades de negocio, de nuevas vías de ventas y sobre todo queremos que tanto las marcas que apuestan por nosotros como nuestros lectores estén satisfechos y orgullosos de nosotros».

Respecto a la manera de trabajar, apunta que la rapidez se ha instalado en la vida y hay que ser «muy exigente» y cumplir objetivos. Y lo hace, asegura, gracias a su equipo. Cada una de las cabeceras es un «universo», es decir, cuenta con una directora comercial. Ese «universo» engloba papel, digital, redes sociales y eventos.

La labor de cada una de las manos que sostienen estos «universos» son cruciales, sobre todo, la segunda de a bordo de Vogue. Y es que Elena Ferreras sigue siendo su directora comercial. Para no perderse ni un detalle cuenta con dos ojos muy talentosos, una subdirectora que lleva el día a día y le ayuda con la revista. «Vogue es un título maravilloso, la revista pionera del lujo y la moda en el mundo, con 127 años de antigüedad. En España cumplimos el año pasado 30 años», alaba.

Pero no es el único tesoro que tiene Condé Nast. Tal y como detalla, el grupo editorial tiene seis títulos que lideran cada sector: Vogue y Glamour como revistas femeninas de moda y belleza; GQ para el público masculino; Traveler, la «mejor revista de viajes»; AD diseño y decoración, y Vanity Fair, estilo de vida. «Si por algo se caracteriza Condé Nast es el lujo en cada detalle, la pasión de sus empleados a la hora de crear los contenidos más exigentes y el compromiso hacia los lectores y los clientes. No podríamos vivir sin ninguno de ellos», resume.

Sus pasos son firmes y seguros. Todo lo afronta con mucha ilusión y estudiando las nuevas oportunidades de negocio. Apasionada de la moda, la belleza y el lujo, la leonesa desde su empresa accede a los mejores fotógrafos del mundo, modelos y celebrities. Una estrella que habla desde la humildad: «Nos queda mucho por hacer. Amamos a nuestros lectores; ellos son exigentes y les tenemos que seguir sorprendiendo, enamorando y emocionando».

En esta línea, incide en que las marcas son «imprescindibles». Por ello, quieren que cumplan sus objetivos, que vendan mucho y para ello tienen que crear los mejores contenidos.

Otra de sus líneas de trabajo es actuar como agencia creativa, ya que, según explica, son especialistas en crear los mejores contenidos en todos los sectores que dominan: moda, lujo, belleza, decoración y viajes, además de distribuirlos en las diferentes plataformas –papel, web, social media, etc.–.

Ferreras tiene claro que en el momento actual es «crucial» comunicar más y mejor. «Nuestros estándares de calidad siempre son los más altos del mercado; entendiendo la calidad en su sentido más amplio; rigor, belleza y acceso por una parte, pero también innovación en formatos y excelencia tecnológica».

Los eventos son otro de los puntos fuertes del grupo editorial. El año pasado celebraron el 30 aniversario de Vogue. De hecho, admite que vivió un momento muy especial cuando les recibió su Majestad la Reina. Pero no todo van a ser buenos momentos. Los más amargos fueron en 2008. «Todo se paralizó y fue una época realmente dura. Las marcas no vendían, con lo cual no invertían, estaba todo parado», rememora. No obstante, tira de ese positivismo que la caracteriza y afirma que esa etapa sirvió para aprender y transformar la compañía en lo que es ahora.

La leonesa deja claro que «nunca» se ha sentido menos valorada por el hecho de ser mujer. Todo lo contrario. Además, celebra que en la compañía el 80% sean mujeres que, además, ocupan muchos puestos de responsabilidad.

El consejo que daría a cualquier estudiante de periodismo o de publicidad es que haga muchas prácticas, y que coja cualquier trabajo. «De todos se aprende. No sólo hay que coger lo que te gusta cuando empiezas a trabajar. Yo empecé en una mensajería, trabajando en algo que no me gustaba y muchas horas. Fue una experiencia dura, pero gracias a ella conseguí entrar en Condé Nast. Así que tuve mi recompensa», relata.

Su jornada laboral suele acabar sobre las ocho de la tarde. A partir de ese momento desconecta y todos los minutos son para su marido y su hijo. El tiempo libre le dedica a estar con su gente, caminar, y sobre todo viajar en familia. A pesar del estrés, Elena Ferreras es feliz en el sector en el que se encuentra. Le apasiona, lo ve de otra manera y trata de llevarlo lo mejor posible.

Cuando necesita una desconexión total se marcha a su tierra. Allí se «olvida del mundo» y disfruta de sus padres. Aprovecha las vacaciones de verano, Semana Santa, Navidad y algunos puentes para resetearse y volver a empezar. Su rutina madrileña sigue.

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