Diario de Valladolid

El asesinato de sor Inés es un «hecho puntual» en una zona «tranquila»

La misionera burgalesa convivía en Nola con 12 compañeras de su congregación /Asuntos Exteriores permanece en contacto con la ONU para «hacer un seguimiento de la investigación»

Inés Nieves Sancho, burgalesa de nacimiento y con nacionalidad francesa, impartía clases de costura a mujeres en la República Centroafricana.-ECB

Inés Nieves Sancho, burgalesa de nacimiento y con nacionalidad francesa, impartía clases de costura a mujeres en la República Centroafricana.-ECB

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D. SANTAMARÍA / M. MARTÍNEZ BURGOS
Valladolid

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En agosto hubiese cumplido 77 años, convivía con otras 12 misioneras de diferentes edades de la congregación francesa de las Hijas de Jesús de Masaac Seran y se llamaba Blanca Nieves antes de tomar los hábitos. La hermana Inés Nieves Sancho llevaba más de un cuarto de siglo ayudando a mujeres, la mayoría «encintas», en Nola (República Centroafricana). Su cuerpo apareció decapitado y mutilado durante la tarde-noche del domingo en el aula donde impartía clases de costura. El hallazgo estremeció a sus compañeras, muchas de ellas oriundas del país. Desarrollan su labor en un escenario de pobreza extrema y conflictos armados, pero su asesinato ha sido un «hecho puntual» para el que no estaban preparadas porque se trata de una zona «bastante tranquila», explica una compañera de congregación en Nola.

«Cuando estás donde llueven balas, tienes probabilidades de que alguna te alcance. Creo que es lo que le ha ocurrido a la hermana Inés». El obispo auxiliar de Bangassou, Jesús Ruiz Molina, opina que lo más probable es que fuese salvajemente atacada por «uno de esos grupos armados» que se niegan a respetar el último acuerdo de paz en Jartum (Sudán) a principios de febrero. También burgalés y testigo directo de una guerra que ya ha dejado en torno a 1,2 millones de desplazados. Parece la opción más probable porque el conflicto parece estar «mejorando». No obstante, según fuentes de la Diócesis de Burgos, tampoco descarta un posible intento de saqueo o un rito satánico porque «abundan mucho por aquí».

También cabría la posibilidad, tal y como apuntaba L’Observatore Romano al adelantar la noticia, que Sancho hubiese sido víctima de la «vil práctica del comercio de órganos humanos». Se trata, según recoge el rotativo vaticano, de una barbaridad extendida en Camerún no solo por cuestiones de dinero, sino también por un «anhelo de fortuna»por parte de padres para con sus hijos. Lo que parece evidente, al menos para el periódico italiano, es que los autores de este sanguinario crimen quisieron dejar el cuerpo de la misionara en un «lugar simbólico», ya que fue secuestrada durante la noche en su habitación y trasladada al aula en el que impartía clases de costura.

El cura burgalés conoció personalmente a Sancho el año pasado. Apenas tuvieron tiempo de intercambiar unas palabras. Lo justo para saber que eran paisanos y que la monja llevaba 27 años ayudando a mujeres -la mayoría «encintas»- que tratan de sobrevivir en un país en el que «la pobreza se ha desatado»por culpa de la segunda guerra civil que se inició en 2013. No en vano, a raíz del acuerdo de paz la situación estaba «bastante más tranquila» y « no había mucha violencia». Sin embargo, Ruiz Molina era consciente de su «situación de riesgo».

Pese a la tranquilidad aparente en Nola, el obispo auxiliar de Bangassou recordó que en que en su Diócesis «todavía hay tres parroquias que están bajo las armas». El caso más grave tuvo lugar el pasado 31 de diciembre, cuando una comunidad de 20.000 habitantes fue totalmente arrasada. Aún así, se muestra «optimista» porque salvo en esos focos concretos y en las «periferias», tanto la población civil como los religiosos desplegados en el país «podemos circular con un poco de tranquilidad» porque «no hay tanta violencia como antes».

Fuentes consultadas por este periódico precisaron que Inés Nieves Sancho, nacida en Burgos el 22 de agosto de 1942, emigró cuando era «muy joven» a Francia junto a su familia. Allí tiene una hermana que reside en Tolouse y que no siguió sus pasos. Las dos poseen la doble nacionalidad

Ahora, el Ministerio de Asuntos Exteriores mantiene contacto con la misión de las Naciones Unidas en La República Centroafricana (Minusca) con el objetivo de «hacer un seguimiento de la investigación». Desgraciadamente, «por el momento se desconoce tanto a los autores del asesinato como el motivo».

Nada más conocer la noticia del asesinato de Inés Nieves Sancho, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó a través de Twitter su «pésame y cariño» tanto a los familiares de la misionera como a los de Fernando Hernando. Por su parte, el Papa Francisco condenó el ataque hacia una religiosa que «ha dado la vida por Jesús al servicio de los más pobres».

2 ataques mortales en una semana

El trágico final Inés Nieves Sancho se suma al asesinato, la semana pasada en Burkina Faso, del misionero salesiano Fernando Hernández (60 años), oriundo de la localidad salmantina de Ledesma. En este caso, fue un «antiguo cocinero, empleado de la obra durante siete años y que había sido despedido hace dos meses», quien acabó con la vida del religioso tras atacarla con un arma blanca. Además, la propia orden confirmó que su compañero, el también salesiano Germain Plakoo-Mlapa, «recibió heridas de gravedad».

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