«Los cazadores somos los que damos de comer y beber a los animales»

Jorge, Carlos y Valentín recuerdan cómo vivieron la sequía del año pasado en El Bierzo (León). «Dábamos agua a los jabalíes para que no se murieran. Los cazadores somos los que damos de comer y beber a los animales», comenta Valentín, que considera que los monteros son «los más interesados» en que haya un elevado número de animales.

Carlos asegura que él siembra cereal para que los animales estén alimentados; y valora que sean los cazadores quienes limpien los montes. «Nosotros los vamos a usar tres meses al año, el resto de la gente se beneficia y los puede usar todo el año». Los bercianos no son los únicos que han viajado cientos de kilómetros hasta la capital vallisoletana para mostrar su rechazo a la decisión judicial de anular cautelarmente la caza.

A las banderas de El Bierzo se suman pancartas y carteles de burgaleses, palentinos y vallisoletanos. Sobre las cabezas ondea incluso una enseña de Asturias. Los más de dos mil cazadores se concentran frente a la sede de las Cortes contra la «contaminación» del «animalismo radical» de la judicatura y los intereses políticos. Además de los propios cazadores, que se ven privados de su afición, los principales afectados por la anulación del decreto de la caza son los pueblos, denuncian los monteros. «Las juntas vecinales y los ayuntamientos no reciben el dinero de los cotos y no tendrán ingresos para poner una fuente o arreglar el asfaltado», explica Carlos entre una maraña de gritos, canciones y caracolas.

Frente a las puertas de las Cortes de Castilla y León, dos movilizaciones se encuentran. Aun lado, los cazadores de toda la Comunidad, que piden respeto para su afición. Al otro, los funcionarios de UGT contra los recortes y reclamando las 35 horas semanales. Las consignas de unos y otros se entrecruzan, lo que provoca una algarabía de la que hasta los curiosos huyen después de unos minutos.

Hay incluso algún momento de tensión cuando algunos de UGT suben el volumen de su música, intensifican el ruido de las vuvucelas y ocupan el espacio en el que protestan los cazadores, que reclaman respeto. La Policía Nacional tiene que intervenir durante unos minutos para apaciguar el ambiente y que cada colectivo ejerza su derecho.

Los monteros insisten en sus reivindicaciones. «Queremos que haya una ley y se blinde la caza. Y que nos dejen en paz, al que no le guste, que no mire», sentencia José Miguel, burgalés. A su lado, José Luis ve positivo que haya un control por parte de la Junta de Castilla y León «para poder seguir cazando».

Samuel es agricultor en Valladolid y considera que la caza es «una forma de vida» que cuida también de la naturaleza y los animales con comederos y bebederos; pero explica que es necesario tener un control para evitar los accidentes de tráfico. Sin embargo, exige al Gobierno autonómico que tenga los registros y censos necesarios. «Es una vergüenza que los documentos no estén actualizados cuando a los cotos nos obligan a elaborar un plan cinegético cada cinco años».

Carmelo también es partidario de que se elaboren más estudios si la Justicia lo considera conveniente. «Igual tenían que haberlos hecho hace unos años», indica. Sin embargo, el presidente del Club de galgos Copa Palencia critica que esta anulación cautelar deje a los cazadores «en casa». «Tenemos que dejar de cazar injustamente y queremos que se solucione», sentencia.

Unos y otros son conscientes de que las elecciones están a la vuelta de la esquina y por eso reclaman que se les escuche durante toda la legislatura y no solo meses antes de su cita con las urnas.