Diario de Valladolid

EXPLOSIÓN EN BURGOS LA INVESTIGACIÓN SIGUE ABIERTA

«Lo más importante era coger al niño y marcharme porque había una fuga»

A Eugenia, una de las primeras testigos del siniestro, todavía se le pone la «piel de gallina» al recordarlo

Dos operarios recuperon ayer la línea telefónica.-R. G. OCHOA

Dos operarios recuperon ayer la línea telefónica.-R. G. OCHOA

Publicado por
Diego Santamaría

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Lo primero que pensó Eugenia cuando escuchó el estruendo fue que se trataba de «un accidente, un coche que se habría empotrado contra una casa o una farola». Ni ella ni César, el instalador de gas que apenas llevaba 15 minutos en su domicilio (número 87 del bloque de enfrente) imaginaban lo que se encontrarían al salir a la calle. La mujer, incapaz de dar crédito a lo sucedido, tuvo claro que «lo más importante era coger al niño y marcharme porque había una fuga». Fue César quien dio la voz de alarma. Ella, pese al shock inicial, no dudó ni un instante en irse lo más «lejos» posible mientras el joven operario «quería ir a cerrar la llave para protegernos».

20 minutos después, aún temblando, avisó a Bogdan, su marido, de la explosión. Eugenia tuvo claro que todos los allí presentes corrían peligro y que el siniestro podría haber desembocado en una «catástrofe», pues con una mínima chispa «explotamos todos». Sin embargo, varios de sus vecinos se mantuvieron frente a los escombros del 46 de la segunda manzana «haciendo fotos y grabando» hasta que «llegó la Policía y les echaron a todos».

«Fue un susto impresionante», rememoraba ayer Bogdan, consciente de la suerte que ha corrido el vecindario. No solo porque la fuga se detuvo a tiempo, sino por el hecho de que la explosión tuvo lugar a una hora en la que nadie transitaba frente a esa casa. Y es que más allá de la impresión que genera un suceso de tal magnitud, la pareja subraya que numerosos vecinos y niños -entre ellos su hijo- se reúnen y juegan en esas mismas calles de la barriada que ayer coparon la atención mediática de todo el país. «Somos famosos por desgracia», bromeaba Eugenia sin olvidar en ningún momento que «gracias a Dios no nos ha pasado nada».

De puertas hacia dentro, su domicilio no sufrió daño alguno pese a su cercanía con el inmueble siniestrado. Eso sí, aunque en «ningún momento» les cortaron el gas y la luz, su línea telefónica también se vio afectada por la explosión. Tampoco les importa demasiado. Lo importante es que no hubo que lamentar víctimas mortales. A Eugenia todavía se le pone la «piel de gallina» cuando habla de lo ocurrido. Bogdan, por su parte, aprovechaba ayer para agradecer el trabajo de la Policía y de los bomberos, que se personaron «al instante» en el lugar de los hechos.

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