Diario de Valladolid

El hombre que tiró por la ventana a una niña «oía voces», según sus padres

Insiste en alegar enajenación / «Soy un enviado de la luz», declaró

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Redacción de Valladolid
Valladolid

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Los padres de Daniel Montaño, el presunto asesino de la bebé burgalesa Alicia tras arrojarla desde un primer piso en Vitoria, en 2016, aseguraron ayer que su hijo «oía voces» y que sus «delirios» se acrecentaron durante los meses previos al trágico suceso. Por su parte, una ex pareja del joven lo definió como un «chico normal» pese a que en ocasiones «se le iba la olla» y tenía «problemas con el sexo» porque era «insaciable».

La determinación del estado psicológico de Montaño puede ser determinante dado que la defensa alega que cuando lanzó a la bebé por la ventana de su piso estaba «enajenado». Sin embargo, Gabriela, la madre de la pequeña, declaró que la mató porque no accedió a mantener relaciones sexuales con él.

La madre de la pequeña Alicia se encontraba el día de los hechos en el piso de Vitoria en el que residía el joven después de que él la invitara junto a su hija a pasar la noche.

Durante la sesión de ayer, tal y como recoge Europa Press, la ex pareja de Montaño relató un episodio en el que el acusado, después de haber tomado unas cuatro copas y fumado marihuana, la joven, regresó junto a ella a su vivienda, donde «se volvió loco». La joven, de nombre Isone, detalló que, en un momento dado, Montaño empezó a chillar que «se le había metido el diablo» mientras empezaba a arrastrarse por el suelo, con la mirada «perdida». Aunque trató de ayudarlo y le dijo que si podía hacer por él, Isone acabó por irse del piso porque sintió «miedo».

«El sabía que tenía un problema en el aspecto sexual, no se saciaba nunca», manifestó antes de indicar que decidió acabar con la relación cuando observó que Montaño almacenaba en su ordenador «infinidad» de vídeos en los que aparecía practicando sexo con numerosas mujeres. Por otra parte, manifestó que aunque bebía alcohol y fumaba marihuana, su consumo de estas sustancias no era «excesivo» y que se trataba de una persona que «adoraba a los niños».

«El Salvador»

Por otro lado, sus padres lo definieron como una persona «muy reservada» que, ya desde niño, decía que «oía voces». También afirmaron que sufrió acoso por parte de algunos compañeros de colegio. Incluso su padre apuntó que «sospecha» de que pudo sufrir abusos sexuales en un campamento pese a que nunca pudo confirmarlo. Por esos motivos, han explicado que en varias ocasiones trataron de llevarlo al psicólogo, pero que como su hijo siempre se negó a ello. En la misma línea que su ex pareja, destacaron que en los meses previos empezó a expresar «ideas incoherentes». Por ejemplo, una noche a finales de 2015, Montaño llamó por teléfono a su padre para decirle que era un «enviado de luz» y que una voz le llamaba a «hacer el bien», pero que existía una «fuerza diabólica» que lo perseguía.

Finalmente, una amiga sevillana del acusado coincidió en que en los meses previos a la madrugada en la que acabó con la vida de la bebé, Montaño experimentó un «cambio» y empezó a tener un comportamiento «extraño», con afirmaciones en las que decía que «recibía señales de que tenía una misión» y que era «el salvador» y «una especie de Mesías». La joven también corroboró que el presunto asesino consumía alcohol y cannabis de forma esporádica, si bien recalcó que empezó a «emparanoiarse» en algunas ocasiones, por lo que le definió como un «enfermo mental».

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