Diario de Valladolid

El colectivo médico se posiciona en contra de la creación de la especialidad de urgencias y emergencias

Creen el sistema sanitario es muy cambiante y los desafíos se basan en la pandemia de enfermedades crónicas no transmisibles y el incremento de pacientes complejos con pluripatología

-Antonio Heredia

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ICAL

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Un total de seis sociedades científicas que representan un colectivo de 50.000 especialistas médicos, equivalente a más del 40 profesionales que forman parte del Servicio Nacional de Salud, suscribieron hoy un comunicado conjunto en el que se posicionan en contra de la especialidad de urgencias y emergencias. En este sentido señalaron que la decisión política tomada la semana pasada en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados favorable al reconocimiento de esta medida se basa en “la falta de criterio y justificación científica”.

La declaración está suscrita por las sociedades españolas de Medicina Interna (SEMI); Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC); Médicos de Atención Primaria (Semergen); Médicos Generales y de Familia (SEMG); Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyud) y Cardiología (SEC). El colectivo fundamenta su oposición a la creación de la especialidad de urgencias y emergencias en el que el sistema sanitario está en continua trasformación y todos los expertos coinciden “en que la pandemia de enfermedades crónicas no transmisibles y el imparable incremento de pacientes crónicos complejos con pluripatología representan los principales desafíos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios públicos de los países desarrollados”.

Por ello creen que el Sistema Nacional de Salud deberá adaptarse a corto plazo a las nuevas necesidades asistenciales marcadas por estos cambios en el patrón epidemiológico (cronicidad, pluripatología) y demográfico (envejecimiento). “Consideramos que establecer un sistema asistencial más fragmentado con la creación de nuevas especialidades va contra la construcción de un sistema centrado en las necesidades del paciente, orientado a dar a cada uno de ellos la atención personalizada, integradora y en longitudinalidad que este pudiera precisar”, explicaron

Además, apuntaron que la atención de urgencia se entiende como una atención integral y continua que se presta por atención primaria y hospitalaria, y por los servicios y dispositivos específicamente dedicados a la atención urgente. “Y cualquiera de esos ámbitos, que van desde el domicilio del paciente hasta el hospital, pasando por la urgencia extrahospitalaria, forman parte del ámbito natural de trabajo del médico de familia”, aclararon.

En otro punto se refirieron a que la patología que se atiende en Urgencias, así como toda la patología urgente es enormemente variada. “No sólo es patología aguda sino también crónica y por ello, los profesionales de los servicios de urgencias deben tener un perfil generalista para poder dar respuesta adecuada a los problemas generales de los pacientes. Debe resaltarse que sólo el 10-12 por ciento de los pacientes atendidos precisan de ingreso hospitalario siendo el resto derivados a su domicilio, o con recomendación de seguimiento ambulatorio”, aseveraron.

Asimismo señalaron que “no es cierto” que existan deficiencias en la calidad de la atención prestada en los servicios de urgencias y que la falta de una especialidad de Urgencias comprometa dicha asistencia, “al ser un alto grado de capacitación de los profesionales que actualmente atienden dichos servicios, los cuales en su práctica totalidad son médicos especialistas vía MIR, mayoritariamente de Medicina Familiar y Comunitaria y Medicina Interna pero también de Cuidados Intensivos y de otras especialidades que tienen una amplia formación para atender cualquier patología urgente”.

A su vez, explicaron que el hecho de que los médicos en formación (MIR) deban asumir una parte importante de la carga asistencial no es un escenario particular de los servicios de urgencias, “sino que es una situación común en cualquier servicio hospitalario, siendo un hecho en sí mismo que no debe considerarse negativo, siempre que el trabajo del médico residente esté debidamente supervisado y no haya ajustes de plantilla”.

Perfiles legales

Por otro lado, las sociedades médicas indicaron que no existe un problema de reconocimiento legal de los profesionales que trabajan en Urgencias. “La administración contrata profesionales según perfiles y, en este caso, prácticamente todas las comunidades priorizan los perfiles de las especialidades más generalistas. Es la administración sanitaria quien debe dar el respaldo legal y definir la titulación para desempeñar la actividad en éste ámbito”, sostuvieron.

Igualmente, puntualizaron que la aparición de una nueva especialidad no resolvería ninguno de los problemas actuales que son de índole organizativa y no competencial. “De hecho, estimamos que su creación reforzará un modelo asistencial fragmentado que es insostenible en el tiempo”, dijeron, al tiempo que manifestaron que la patología urgente “es competencia de todas las especialidades tanto médicas como quirúrgicas, y por tanto no se puede renunciar a ella, siendo además independiente del lugar en el que desarrolle su actividad”.

En esta línea los médicos públicos afirmaron que la propuesta de un área de capacitación especializada (ACE) en Urgencias da una respuesta mucho más coherente a las necesidades sociales actuales, así como a los requerimientos organizativos de los servicios sanitarios, e incluso a las propias necesidades personales de los profesionales. “En este sentido, apoyamos sin reservas la necesidad de reconocimiento a los profesionales que trabajan en los servicios de urgencias y la importancia de estructurar la futura formación de estos profesionales”, arguyeron.

Finalmente, consideraron que el trabajo en Urgencias se desarrolla bajo un elevado nivel de presión que conlleva un notable desgaste profesional. “La ACE en Urgencias representa un modelo más flexible que facilita la movilidad de los médicos en diferentes ámbitos asistenciales (urgencias, atención primaria, o servicios hospitalarios como medicina interna), con las consiguientes ventajas tanto para los profesionales como para la propia organización sanitaria”, concluyeron.

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