«El Diálogo Social actual está basado en el siglo XVIII»

Los autónomos representan el 22% del total de trabajadores en Castilla y León y, sin embargo, no tienen representación, ni voz, ni voto, en el Diálogo Social del que tanto presume Castilla y León y que congrega en una mesa por una parte a la Junta de Castilla y León y por otra a la patronal de los empresarios y a los dos sindicatos mayoritarios. No lo está y no quiere estarlo.

La razón esgrimida por el presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, es que el actual se trata de «un diálogo social basado en el siglo XVIII, no adaptado a la realidad social, donde sólo hablan patrones y obreros». Para Amor, es sin más «un diálogo laboral».

Entiende que para determinados aspectos laborales sean representantes de las empresas y representantes de los trabajadores quienes se sienten a negociar, pero no comparte que sean los interlocutores con la Administración para abordar otros asuntos del día a día.

«Cada uno tiene una concepción de lo que debe ser el Diálogo Social, argumentó, si bien, según expuso, es necesario «distinguir lo que es la negociación laboral del resto de cuestiones sociales». La mejor fórmula sería «construir un diálogo amplio y constructivo», propuso.

Lo que sí debería existir, en su opinión, es un «diálogo de la sociedad civil», donde estén representados aquellos que tienen algo que decir sobre un asunto concreto. «No es lógico que si se va a hablar de educación, no estén las universidades; no podemos hablar del mundo agrícola sin que estén los representantes del mundo agrario y ganadero, o las cooperativas, o las entidades del Tercer Sector como la ONCE, o los representantes de los autónomos...», expuso.

Para Amor, un diálogo de la sociedad no puede basarse exclusivamente en un juego a tres bandas: administración, trabajadores y empresa.

Como alternativa a esta fórmula, el máximo representante de los autónomos de ámbito nacional reclamó que «no se pongan puertas al campo». España necesita, a ojos de Amor, un Diálogo Social «amplio y diferente a los aspectos laborales que tienen que abordar sindicatos y patronal.

Recalcó que su organización no pide un puesto en esa mesa del Diálogo Social de Castilla y León. No, al menos, tal y como está planteado. No lo necesita, ya que, tal y como planteó, ATA «no puede quejarse del contacto fluido que hay con la Junta de Castilla y León, en cuanto a aspectos que tienen que ver con los autónomos, «faltaría más». En este punto recordó que la ley les da a las asociaciones de autónomos el poder para representarles y les otorga una posición jurídica para actuar en su nombre.