Diario de Valladolid

A bordo del coche del futuro

El Instituto Tecnológico de Castilla y Léon, con sede en Burgos, impulsa el proyecto Spectra, en el que participan ocho empresas y nueve grupos de investigación del país

Imagen de archivo del sistema de recarga de vehículos eléctricos ideada por el ITCL y Cobra.-RAÚL OCHOA

Imagen de archivo del sistema de recarga de vehículos eléctricos ideada por el ITCL y Cobra.-RAÚL OCHOA

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L. B.
Valladolid

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Caminar hacia la movilidad del futuro es casi una obsesión para el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL), de ahí que sea uno de los centros de investigación que atesora mayor conocimiento en este ámbito. La recarga de vehículos eléctricos, y todas las tecnologías asociadas, es precisamente uno de sus «puntos fuertes» reconoce su máximo responsable, José María Vela, consciente de que este empeño no está acompasado de la realidad del mercado.

Todo llegará, debe pensar. Y entonces, el ITCL estará preparado gracias a los avances de su grupo de investigación de Electrónica Aplicada e Inteligencia Artificial.

Suyos son los proyectos de recarga en grandes instalaciones, de la mano de ACS, y de gestión de la demanda eléctrica en aparcamientos, desarrollado con Fagor y Electra Aduriz. Y suya también la idea que propició el ambicioso trabajo al que se sumaron sin dudar ocho grandes empresas y una decena de grupos de investigación de todo el país: el proyecto Spectra.

Esta iniciativa, financiada por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y un plazo de duración de cuatro años (de 2015 a 2019), tiene como propósito diseñar un vehículo altamente eficiente, conectado con las infraestructuras gracias a las tecnologías y los nuevos materiales empleados, «contribuyendo así a una movilidad más ecológica en la ciudad del futuro», relata la presentación. Nanofibras, grafeno, cerámicas, nuevos tipos de baterías, sensores, estructuras ultraligeras y el uso del big data lo harán posible.

Vela no oculta su entusiasmo y subraya la implicación de firmas como Ayesa, Grupo Antolín, FAE, Jofemar, Sofitec, Exide, Fagor, Noxium, además de profesionales de varias universidades, en un consorcio puntero.

«La intención es dar forma a un prototipo en el que todos los elementos estén enfocados a dar soluciones reales a los problemas de movilidad», explica. «Se trata de potenciar la cadena de valor nacional en el ámbito de automoción, infraestructura eléctrica asociada y soluciones de conectividad que permita adquirir capacidades y tecnologías diferenciales de alto valor añadido, mejorando el posicionamiento internacional y la competitividad para mercados exigentes», añade al respecto el documento que detalla los retos de Spectra en la web del ITCL.

En concreto, el papel que desempeña el centro burgalés en este consorcio es el de crear junto a Ayesa -empresa que lidera el proyecto- el diseño de los algoritmos inteligentes que proporcionen las citadas soluciones, así como crear «interfaces estandarizados para el consumo y la explotación en la ciudad del futuro para la aplicación en vehículos conectados». Además, junto a Sofitec se encargará del desarrollo de carrocerías ultraligeras. También con Fagor trabajará en la optimización energética, sin olvidar el reconocimiento de patrones de carga en las instalaciones eléctricas de baja tensión.

Una vez traducido a la realidad el coche del futuro, la apuesta del consorcio pasa por lanzarlo al mercado con éxito. Esa es la meta pues «la investigación que desarrollamos siempre tiene la intención de ser útil para la sociedad», apostilla Vela.

I+D, en la senda de la recuperación

La crisis suprimía en la región las ayudas públicas directas para I+D. «Desde 2011 no ha habido ninguna convocatoria», lamenta el director gerente del ITCL, José María Vela.

Rendirse no era una opción y el centro de investigación ha optado por buscar otros recursos -que ha encontrado en gran medida fuera de la Comunidad- y crear sinergias con otras entidades públicas y privadas -como es el caso del proyecto Spectra-, con la aspiración de al menos mantenerse: «Esto no es una cadena de producción, aquí trabajamos en proyectos de generación de conocimiento que llevan años y las pérdidas en este sentido son irrecuperables».

De ahí que hayan peleado por no dar ni un paso atrás. No solo lo han logrado si no que el balance de 2015 apunta a una leve tendencia al alza, tanto en proyectos como en difusión y facturación. En concreto, la memoria de actividad indica que el crecimiento ronda el 18%. Parece mucho «pero venimos de años malos», recuerda Vela con rapidez.

El año pasado el ITCL inició 40 nuevos proyectos de I+D y 97 de servicios tecnológicos avanzados. Su actividad se distribuye en tres áreas fundamentales de investigación. A saber: las tecnologías energéticas, el diseño electrónico y la inteligencia artificial y la simulación: realidad virtual y aumentada.

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