La vivienda tutelada de Nava se retrasa hasta finales de 2020

La vivienda tutelada de Nava del Rey –la tercera proyectada por la Diputación de Valladolid en la provincia para personas con discapacidad intelectual– no entrará en servicio hasta finales del próximo año debido a los retrasos que acumula su construcción pues, aunque su apertura estaba prevista para este mismo verano, sólo se han construido los esqueleto.

El retraso inicial en la licitación por la entrada en vigor de la nueva normativa de contratación pública, la posterior aparición de bodegas en el subsuelo y el actual ‘parón’ por parte de la empresa adjudicataria de las obras son las principales causas de la demora, según explicaron tanto el diputado de Servicios Sociales, David Esteban, como la alcaldesa de la localidad, Blanca Martín.

De hecho, aunque este año estaba prevista la última ‘inyección’ económica por parte de la institución provincial para finiquitar el proyecto, con una cuantía de 52.000 euros para la compra de mobiliario y para la adquisición de equipamiento, dicha partida no se hará efectiva hasta que el Ayuntamiento de Nava del Rey justifique los 160.000 euros de inversión consignados en 2018 para la construcción de la vivienda. Los plazos, por tanto, se alargan.

Gracias a una reciente modificación en el convenio rubricado entre ambas administraciones, aprobada en el pleno de la Diputación del pasado 6 de septiembre, la fecha para acreditar la realización de las obras se amplía hasta el 19 de marzo de 2019, con posibilidad de una nueva prórroga de seis meses.

Es decir, la justificación del grueso de la inversión podría dilatarse hasta septiembre del próximo año y después habría que acondicionar el interior de la residencia, por lo que Diputación y Ayuntamiento no confían en que la nueva vivienda tutelada abra sus puertas hasta finales de 2020, pese a que ya tendría que estar en funcionamiento.

Una vez construido y amueblado el edificio, cuya inversión global asciende a 262.000 euros –incluyendo los gastos de redacción del proyecto y la primera fase de las obras– prestará servicio a ocho usuarios con discapacidad intelectual de la zona sur de la provincia, para que puedan desenvolverse en su día a día de manera independiente –acompañados las 24 horas por cuidadores– con el objetivo de favorecer su autonomía personal.

Será la tercera de la provincia vallisoletana, junto a las que ya funcionan en Villalón de Campos (norte) y Peñafiel (este) –con ocho usuarios cada una– y permitirá complementar la cobertura asistencial a todo el territorio provincial.

De hecho, hace una década que se impulsó la primera, la de Tierra de Campos, y ya en ese momento se barajaba la opción de Nava del Rey, pero el Ayuntamiento no contaba con el terreno municipal necesario para su construcción. Fue en mayo de 2015 cuando la Diputación anunció que se llevaría a cabo en la localidad sureña y, en 2017, el Consistorio navarrés compró los terrenos en la plaza del Castillo para comenzar el proyecto.

Un año después, en junio de 2018, salieron a licitación las obras y, aunque el plazo estimado para construir las dependencias era de cuatro meses, la aparición de bodegas subterráneas dilató las previsiones. Subsanadas las primeras dificultades, la alcaldesa de Nava del Rey confirmó que ya ha finalizado la cimentación pero que las obras están paralizadas sin que la empresa contratada haya justificado las razones.

Desde hace aproximadamente dos meses, calculó la regidora, no se están ejecutando los trabajos y, pese a que el Ayuntamiento está tratando de ponerse en contacto con el encargado de la obra, no consiguen hablar directamente con él. «La empresa nos está dando largas», explicó Blanca Martín, en referencia a las ‘excusas’ que les trasladan como explicación a la tardanza en la reanudación de las obras después de haber alegado un mes de paréntesis por las vacaciones estivales.

DISTRIBUCIÓN

La vivienda tutelada de Nava del Rey se distribuye en un sótano, una planta a pie de calle y otra en altura, con un total de 423 metros cuadrados de superficie. En el sótano están previstos los espacios relacionados con instalaciones, así como la lavandería; en la planta baja los habitáculos comunes, como el salón comedor, la cocina, un baño y dos dormitorios; y en la primera planta otros cinco dormitorios, un despacho, un baño y un aseo –todos ellos adaptados–.

El despacho y una de las habitaciones se reservan para el descanso del personal de apoyo directo, todas las plantas estarán comunicadas por ascensor y contarán con un patio al aire libre, según se detallaba en el pliego de condiciones elaborado por los servicios de la Diputación cuando sacó a licitación los trabajos.

Cuando abra sus puertas, la oferta para personas con discapacidad intelectual que tengan un «alto grado de autonomía y pocas necesidades de apoyo» ascenderá a 24 plazas.