FERIAS DE SAN LORENZO VALLADOLID 2024
Gerbolés, ante su "última alfombra" a la Virgen de San Lorenzo: "Tiene más amor que nunca"
El artista prepara su la que será su última obra con gran variedad de motivos y colores en honor a la virgen y a los vallisoletanos
En la madrugada del 8 de septiembre, mientras Valladolid duerme, la plaza Mayor se convierte en un escenario donde la historia y la tradición cobran vida. Allí, José Antonio González Gerbolés ofrece su obra; la alfombra floral en honor a la Virgen de San Lorenzo en las fiestas de Valladolid de 2024. Tiene lugar todos los años, y ya se ha convertido en algo representativo de la ciudad.
Durante sus 28 años de dedicación, Gerbolés ha comprendido cómo este trabajo se ha transformado en un acto de devoción y gratitud de los vallisoletanos. Sin embargo, una de las partes más interesantes es la emoción que sigue manteniendo el propio Gerbolés en la creación de la alfombra año tras año.
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«Cada año tengo más ilusión que el anterior por hacer algo para la patrona y para la ciudad. Pero este año más que ninguno porque se trata de la última vez que voy a hacer la parte ardua del trabajo. Por eso, se trata de un día muy especial para mí. Invito a todo el que quiera a colaborar. Hay hueco para todos».
Para él, la magia reside en el ampr con el que lo hace. La belleza de la alfombra no está solo en el arte, sino en saber que, tras un breve momento de gloria, desaparecerá, dejando en la memoria de todos los que la contemplan algo más profundo.
Gerbolés sorprende cada fiestas con nuevos diseños. Por ello no es fácil innovar e inspirarse en crear algo diferente. Así lo explica él mismo:
«Innovo cada año con nuevos motivos o colores aunque no es fácil. Sin embargo este año la novedad consiste en un fondo azul cielo en el que se plasmarán medallones y otras figuras junto con los colores naranja, blanco y amarillo».
El 8 de septiembre es una fecha que todos los vallisoletanos tienen señalada en su calendario, pero para José Antonio Gerbolés tiene un significado especial que va más allá de la festividad. «Es la última vez que hago la parte pesada de la alfombra. Al final se trata de un trabajo muy costoso. He pasado 4.150 kilos por la hormigonera y no puedo seguir haciéndolo. Sin embargo, voy a mantenerme en la retaguardia, no voy abandonar esta tarea todavía».
A pesar de las horas de trabajo y la presión que conlleva un proyecto de estas características, la tranquilidad a la hora de afrontar el reto es fundamental y, aunque ya lleva un puñado de años cumpliendo con esta labor, aun sigue disfrutando de su trabajo como el día que se anganchó de el en Galicia. Según ha explicado, vio una alfombra y desde ese momento se aficionó.
Por otro lado, las inclemencias del tiempo, ya sea en forma de lluvia o de viento, pueden arruinar el trabajo que tanto esfuerzo y dedicación ha llevado. Sin embargo, Gerbolés indica: «La lluvia y el viento no me preocupan, está ya todo previsto para que la alformbra no desluzca ni se estropee».
Él mismo ha creado infinidad de alfombras, pero hay algunas que, por razones personales o por la emoción del momento, han dejado una huella más profunda en su memoria.
«Hace 28 años hice mi primera alfombra en Viana de Cega. La gente lo valoró positivamente y eso me motivó a seguir haciendo más y seguiré al pie del cañón hasta que el cuerpo aguante haciendo alfombras por todo el mundo».
Por otro lado, el impacto que la creación de la alfombra es grande. No solo se trata de ejecutar un proyecto para la Virgen de San Lorenzo. Se trata de un acto en el tanto creyentes como no, se acercan para a observar el trabajo que tan cuidadosemante se ha elaborado.
Para Gerbolés, Valladolid y la Virgen de San Lorenzo expresan la fusión perfecta entre la cultura y el arte. Cada parte de la alfombra se ha colocado con esfuerzo y busca representar el amor que la ciudad le brinda a su patrona. Para él, lo más gratificante es ver a la gente disfrutar de su trabajo con emoción e ilusión. No le apena que le pisen la alfombra.
En cuanto al futuro de la alfombra, sugiere un taller que inicie a los más jóvenes en esta disciplina además de la colaboración de los padres.
Con cada año que pasa, José Antonio González Gerbolés sigue buscando su camino de colores y emoción, dejando una huella permanente en la ciudad de Valladolid.
Mientras sus manos continúen proporcionando vida a los materiales con los que construye la alfombra, que medirá unos 70 metros de longitud, su mensaje perdurará y servirá para recordar a todos que las tradiciones, aunque efímeras, tienen el poder de permanecer en el tiempo y en el interior de quienes las viven.