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Un manto de marmolinas y flores

Ponteareas se suma a la elaboración de la alfombra / Hay un pavo real, 14 medallones y un guiño a los cofrades / La Virgen no mira de reojo la obra en su procesión a la catedral

José Antonio González Gerbolés, ayer, en la plaza Mayor preparando el material para la elaboración del manto de la Virgen.-PHOTOGENIC / MIGUEL ÁNGEL SANTOS

Publicado por
Estibaliz Lera

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«Ilusión, cariño y mucho alma». Esos son los tres ingredientes para hacer una alfombra, según aseguró José Antonio González Gerbolés, el artista que lleva 15 años sorprendiendo a los vallisoletanos en el día de la Virgen de San Lorenzo.

Cada año suma una experiencia a su mochila vital. Y lo hace «con gusto» aunque haya que madrugar. El ritual comenzó a las dos de la madrugada, si bien detrás de cada trabajo se acumulan cientos de horas y desvelos para diseñar las plantillas, adquirir el material y tenerlo todo a punto. En esta ocasión, además de los voluntarios que empezaron a concentrarse sobre las siete de la mañana y procedían sobre todo de Viana de Cega y Castrodeza, estuvieron 16 miembros de la Asociación de Alfombristas do Corpus Christi de Ponteareas.

Los artistas gallegos se encargaron de la parte central del manto –unos 10 metros– en la que dibujaron un pavo real y lo adornaron con pétalos que trajeron de su tierra. El problema: el viento. Lo tuvieron en cuenta y utilizaron cola para fijar las flores. «Son maestros de maestros, llevan muchos años haciendo alfombras y recorriendo el mundo», explicó González Gerbolés, quien añadió que ya han mostrado su saber en muchas partes del mundo, entre ellas, Bruselas, Portugal y Roma, a las que se sumará «en unos meses» Japón. «Son profesionales. Lo mejor de España junto a los de Elche de la Sierra y La Orotava».

Ponteareas deja su sello en un tapiz de 200 metros en el que también hay 14 medallones, el escudo de Valladolid y un guiño a la Semana Santa vallisoletana, declarada de Interés Turístico Internacional. Los cofrades están presentes en el manto con una referencia al Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías, que Valladolid aspira a acoger en octubre de 2020 y que defenderá a final de año en Valencia.

González Gerbolés ha utilizado 3.500 kilos de marmolinas de colores, entre los que predomina el azul y el violeta. Y las manos de los voluntarios que madrugan mucho para dar ese regalo a la Virgen. Como novedad, adelantó el artista, Nuestra Señora de San Lorenzo no mira de reojo a la alfombra en su procesión hacia la catedral para la celebración de la homilía en su honor. La comitiva se desviará por la calle Santiago. Eso sí, a la vuelta, en su regreso al templo la pisará como es habitual y despertará la emoción de todos los presentes que, como recordó, suelen llevar bolsas para coger las marmolinas.

«Les digo que les doy nuevas, pero se quieren llevar las arenitas porque la patrona ha pasado por encima». Pone como ejemplo una mujer para la que las piedras son su principal amuleto, porque desde que las recoge su hija aprueba los exámenes. «No sé si es por la Virgen o porque estudia, pero tiene mucha fe y eso es muy bonito», subrayó.

José Antonio González Gerbolés es conocido por sus importantes artesanías y sus elaboraciones de mantos y tapices que cobran más importancia con el tiempo. El gusanillo por realizar este tipo de creaciones le picó cuando pasaba por un pueblo de Galicia, Burela, y vio uno de estos coloridos mantos. Le impresionó y quiso hacer una para su pueblo. El primero fue para San Roque. Luego ha hecho muchos más. Hasta 200. Entre todas ellas destaca tres: la que hizo al Papa Benedicto XVI para el Corpus de Roma, la de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Madrid y la del hermanamiento de la ciudad de Lecce.

Hoy se la juega, pero está feliz. No le importa porque hacer alfombra va «más allá de una afición». Es su vida y llega a tener hasta tres en el horno. Su imaginación es inagotable y siempre busca recursos nuevos para los cientos de personas que abarrotan el centro para disfrutar de este espectáculo.

Con esa humildad que le caracteriza, González Gerbolés resta importancia a lo que hace, ya que pone todo su corazón en que salga bien. Su preocupación es que el tapiz luzca espléndido para la Virgen. Los mantos no son los únicos trabajos con los que triunfa, también hace belenes, carrozas... Y aún le queda tiempo para ser alcalde de Castrodeza.

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