JUNTA DE GOBIERNO
Marqués de la Ensenada: de la okupación a hotel de cuatro estrellas
La Junta de Gobierno Local autoriza la licencia de obras para la reforma del establecimiento, que contará con 55 habitaciones

Antiguo hotel Marqués de la Ensenada en una imagen de archivo.
Luz verde a la licencia de obras que permitirá la rehabilitación integral del antiguo Marqués de la Ensenada. Situado en la avenida de Gijón, este testigo del pasado vallisoletano se transformará en un establecimiento hotelero de cuatro estrellas, con una capacidad de 55 habitaciones.
La decisión, adoptada en la Junta de Gobierno Local de este martes, abarca tanto el proyecto básico como el de ejecución, despejando el camino para una intervención esperada en una edificación con profundas raíces en la memoria colectiva de la ciudad. Sus orígenes se hunden en el aprovechamiento industrial del Canal de Castilla, cuya ingeniería hidráulica, vital para la antigua fábrica de harinas que originalmente ocupó el solar, discurre todavía hoy bajo la estructura principal, a escasos metros de entregar sus aguas al río Pisuerga, junto al histórico puente Mayor.
Este pasado dio paso a una primera gran metamorfosis entre los años 2006 y 2008. Una intensa y completa rehabilitación transformó la harinera en un hotel de la máxima categoría, cinco estrellas, que operó como tal hasta que cesó su actividad en 2016. Desde entonces, el edificio ha permanecido cerrado, aunque su uso catastral oficial sigue siendo el hotelero para la totalidad de su configuración.

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La ficha técnica refleja una parcela con una superficie gráfica de 909 metros cuadrados, sobre la que se levanta una construcción de 3.341 metros cuadrados de superficie construida. Esta se distribuye verticalmente en planta sótano, planta baja, primera, segunda y un aprovechamiento bajo la cubierta.
Pese a la considerable inversión realizada en la adaptación de uso industrial a hotelero hace más de tres lustros, que dotó al inmueble de materiales e instalaciones de notable calidad y diseño contemporáneo para la época, el periodo de inactividad ha pasado factura. El edificio fue víctima del "abandono y la ocupación". Esta situación derivó en un proceso de expolio, focalizado en elementos valiosos para su venta como chatarra, como el cableado y otros materiales constructivos, además de la sustracción de mobiliario. El estado actual evidencia una "acusada degradación", especialmente visible en los aparatos sanitarios tanto de las antiguas habitaciones como de las que fueron zonas comunes, según informa el Ayuntamiento de Valladolid en una nota de prensa.
Frente a este panorama, el proyecto que ahora recibe luz verde se presenta como una iniciativa de recuperación y revitalización. Su objetivo fundamental es restaurar el uso hotelero para el que fue adaptado, pero introduciendo una recalibración estratégica. La propuesta contempla un programa con un número superior de unidades de alojamiento, fijado en 55, ajustando la categoría a cuatro estrellas. Esta modificación, según se detalla en la justificación del proyecto, se considera esencial para asegurar la viabilidad económica de la futura explotación, entendiendo que esta sostenibilidad es, a su vez, la garantía más sólida para la preservación material del edificio a largo plazo.
Para alcanzar esta mayor densidad de habitaciones, la reconfiguración espacial juega un papel clave. El diseño prevé destinar áreas que anteriormente funcionaban como zonas comunes en la planta baja y la planta primera a la creación de nuevos alojamientos. Esta redistribución interna, sumada a otras intervenciones de menor calado sobre la estructura preexistente, es la que permitirá alcanzar la cifra de 55 habitaciones.