Los roscones artesanos más buscados de Valladolid
Las pastelerías de la ciudad del Pisuerga viven una Navidad con un aumento generalizado de las ventas y encargos de este tradicional dulce del día de Reyes que «une a la gente en torno a la mesa»
Los roscones artesanos atrapan a los vallisoletanos. Se aproxima una de las fechas más destacadas de las fiestas navideñas para mayores y pequeños, el día de los Reyes Magos, y con él la degustación del tradicional roscón de Reyes. Durante los últimos años ha crecido la demanda de la versión artesanal de este famoso dulce elaborado a base masa pesada fermentada y horneada dulce, con sabor a cítricos y agua de azahar, y decorado con almendras, fruta escarchada y azúcar; que «une a la gente en torno a la mesa»
«Cada vez va habiendo más encargos para el día cinco y el día seis de enero» apunta Rafael Mesonero de la Confitería Vitín, quien además es el presidente de la Asociación de Confiteros de Valladolid. «Todavía no ha empezado lo gordo de las ventas, pero se va adelantando un poco la campaña de roscones con encargos para el día de Nochebuena o el día de fin de año».
En comparación con las Navidades anteriores «creo que este año se va a ver un poquito más de aumento, pues porque cada vez la gente se va concienciando más de la calidad del roscón artesano que no lleva ninguna química especial como puedan llevar los industriales para que aguante mucho más tiempo. Es cien por cien natural», añade.
Desde su confitería que suma 50 años en el Paseo del Hospital Militar esta «pastelería especializada en productos artesanos y productos para celíacos», según indican en su página web, cuenta con obrador propio, situado en la misma tienda donde elaboran sus roscones sin relleno o con relleno de nata, crema y trufa, además de otros productos típicos de estas fechas como turrones artesanos de diversos tipos y mazapán.
Por su parte, la confitería fundada por Audomaro Valles también ve que el «fenómeno de los roscones artesanos va cada vez a más» en la ciudad. «Hemos empezado hace nada la campaña, pero había muchísimas ganas ya el día de Nochevieja con la gente que venía a comprar dulces porque prácticamente todo el mundo nos preguntaba ‘oye, ¿cuándo empezáis con los roscones?’. Parece que hay mucha expectativa y se está vendiendo bastante bien. Otras tradiciones se van perdiendo, el tema del fenómeno de los roscones, yo creo que cada año va a más», apunta Cristina Valles.
Desde las cuatro tiendas de Maro Vallés ubicadas en la plaza de Poniente, calle Mantería, plaza de las Brígidas y la calle Manuel Silvela en Parquesol venden sus roscones en tres tamaños sin rellenar y el relleno de nata. «También ofrecemos tarrinas de nata, trufa y crema, para que la gente se pueda llevar el clásico y rellenarlo al gusto de cada comensal», explica.
Pasando por la Plaza Fuente Dorada se encuentra la bombonería El Bombón, que abrió sus puertas en pleno corazón de la ciudad hace 95 años. Aquí elaboran un roscón sin relleno y relleno de nata o crema «que, prácticamente, lleva doce horas su trabajo. Desde que empezamos a hacer la esponja, amasamos, boleamos, reposa, formamos, reposa, fermenta, enfría y ya va tienda. Es un proceso muy largo, muy cuidado, con una materia prima de calidad, que no tiene nada que ver con lo que puedes encontrar en grandes superficies», apunta Inés Hernández.
«Sin duda, el roscón es una de las tradiciones que está más arraigada en España con respecto al dulce y que la gente espera con mucha más ansia. Es algo muy de familia. La gente queda a merendar después de la cabalgata o los niños lo ponen antes de irse a dormir para los Reyes Magos. Entonces, es un dulce que une mucho a la gente en torno a la mesa», incide.
En el caso de la pastelería Belaria ofrecen dos variedades de este bollo elaborado con una masa dulce y decorado con fruta escarchada, la tradicional sin relleno y otra rellena de nata montada. Esta pastelería familiar convertida en una empresa con más de 20 trabajadores inició su historia hace 25 años y «ahora, con las tres tiendas, hemos incrementado un 35% las previsiones de ventas en roscones, y estamos a toda marcha, con un montón de gente trabajando sin parar», aseguran.
«Durante estas fechas incrementamos la plantilla casi un cien por cien en el obrador e intentar que no falte de nada en las tiendas y en general, la campaña navideña ha ido bien, estamos muy contentos y ahora toca el coletazo final con nuestros roscones que son especiales porque son de los pocos de Valladolid que lleva una masa de mazapán que hacemos principalmente, almendra y azúcar».
Siguiendo por el centro, la pastelería Julián Arranz ubicada en la calle Lencería, la confitería ofrece entre sus variedades cuatro tipos de relleno, de crema pastelera con vainilla de Madagascar, de trufa de chocolate negro 70%, de crema de chocolate negro 64% y avellana, o de nata, además del tradicional bollo sin relleno.
Desde este establecimiento Charo apunta que tienen una «buena previsión» de esta campaña del roscón de Reyes. «Hay bastantes reservas ya», que calcula que representarán el 50% de las ventas totales de este dulce y se sitúan en los valores del año anterior.