Diario de Valladolid

Pedro Herrero | Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento

«En el Ayuntamiento de Valladolid hay una actitud bastante autoritaria de Carnero y bastante sumisa de Vox»

Critica no sólo el «escaqueo» de Carnero por irse al Senado, sino que advierte de que la número dos del alcalde, Mercedes Cantalapiedra, «tampoco está» porque se dedica al Congreso

Entrevista a Pedro Herrero en las oficinas del Grupo Socialista en el Ayuntamiento. -PHOTOGENIC

Entrevista a Pedro Herrero en las oficinas del Grupo Socialista en el Ayuntamiento. -PHOTOGENIC

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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De verbo afilado, Pedro Herrero afronta la vuelta al duro banco de la oposición sin pensar en la próxima cita electoral a la alcaldía. 2027 está muy lejos todavía, un mundo en política, y duda, incluso, de que Jesús Julio Carnero siga como regidor para entonces. Sabe que  serán cuatro años de pico y pala, de una travesía cuyo final es incierto, pero cree tener un as:  ser oposición, pero además ejercerla con rigor. Algo que, asegura, no le gusta nada a Carnero.

Pregunta.- ¿El Gobierno se ha precipitado al desistir del centro de refugiados o era evidente que el Ayuntamiento no quería hacerlo?.

Respuesta.- Bueno, yo creo que lo que ha pasado está clarísimo. La anterior corporación se pronunció en el pleno sobre esta cuestión y no hubo ningún voto en contra. Entonces se firmó una cesión en precario de la parcela, sabiendo que en unos meses había que confirmar las intenciones  de firmar o no la  cesión definitiva de ese espacio. El señor Carnero sabía desde el primer día que tenía una fecha para poder responder. Como ha visto que ha habido algo de contestación vecinal, como ocurre en todos los sitios, se ha asustado y ha dicho quita, quita,  no me voy a meter en esto y a ver si ese cáliz pasa de mis labios  y no tengo que catarlo. El Gobierno ha visto que los plazos, al ser  un proyecto europeo, se iban a agotar y obviamente ha dicho oiga, mire, no se puede estar jugando con esto.  Si tú tienes la voluntad política, automáticamente levantas la mano y dices espere, espere.  Esto es como lo del polideportivo de la Victoria. ¿Que no cabe  en la parcela?  Dos llamadas y se busca otra parcela. Esto es exactamente lo mismo, pero no hay voluntad política.

P.- El Ayuntamiento puede decir, y es verdad, que no se ha negado.

R.- Pero tampoco han dicho que sí.   ¿De verdad es una decisión tan difícil de tomar?  Es una cuestión de cobardía del señor Carnero porque no se atreve  a  decir que no quiere el centro porque lo ve como una amenaza electoral. Es una falta de valentía política importante.  Cuando se hace un hospital no se pregunta a los vecinos si les parece bien o mal. Un centro  de acogida internacional es como un hospital.

P.-   Pero ¿no es lógico que se pregunte a los vecinos?

R.-  Casi 50 colectivos sociales, incluido el Arzobispado, estaban a favor.  No es un asunto de carácter político ni partidista, sino un asunto humanitario de derecho internacional, incluso de caridad.

P.-   Ya se rechazó un centro de Cruz Roja y ahora uno  de refugiados. ¿Es Valladolid una ciudad insolidaria?

 R.- Bueno, si juzgamos por lo que decimos  de nosotros mismos, los vallisoletanos somos muy, muy solidarios. Por lo menos yo es lo que escucho los discursos, incluidos los del señor Carnero, y habla mucho de esto. Cuando es la marcha contra el cáncer somos la  ciudad que más gente mueve. Lo que pasa es que aquí no estamos hablando de la teoría, estamos hablando de la práctica. No estamos hablando de ser caritativos sólo de boquilla. Estamos hablando de personas que se han quedado sin casa en sus países, que tenían una vida tan confortable como la que podamos tener nosotros aquí y que necesitan  ayuda, un refugio. Tienen derecho al asilo. 

P.-   Vox no quería el centro de refugiados, pero el PP siempre mantuvo una postura más ambigua. ¿Vox ha ganado la partida? 

R.-   La partida la ha perdido claramente Valladolid, una ciudad que presume de ser cuna de los derechos humanos. Lo que veo es que Vox presume de haberlo paralizado y lo que está claro es que Carnero ha conseguido que nadie apunte hacia él, pero el responsable de esta decisión es única y exclusivamente él. 

P.- Han pasado ocho meses  del cambio en la alcaldía.  ¿Condiciona Vox al PP en la tarea diaria de gobierno? 

R.- Le condiciona menos de lo que a Vox le gustaría. Aquí se juntan dos cosas:  en el equipo de gobierno hay una actitud bastante autoritaria del señor Carnero y una actitud bastante sumisa por parte de Vox. El señor Carnero cede con Vox en cuestiones un poco simbólicas y les deja volver a meter importantes cantidades de dinero para  los toros, pero son unos socios cómodos para él. El problema para el señor Carnero es que Vox es un socio bastante inútil, independientemente del cariz ideológico que tengan. No aportan nada a la gestión. De hecho, de las tres concejalías de Vox, el área de Salud y Seguridad es la única que tiene una carga de gestión bastante amplia y ahí vemos las carencias. Tenía que hacer un plan de choque de limpieza que prometieron y no lo han hecho ni lo van a hacer.  Quiero decir con esto que el señor Carnero podría gobernar en solitario si quisiera.  Lo que pasa es que  no quiere problemas. Él está en la alcaldía con un cartel de no molestar,  porque si abres la puerta no está. Está en el Senado, él no quiere jaleos. 

P.-  ¿Por qué no puede ser senador si  la ley no lo impide y ejerce sus tareas como regidor? 

R.-  La respuesta la da el propio Carnero. Si fuese bueno que el alcalde de Valladolid fuese senador, cuando él  se presentó a las elecciones habría explicado el valor añadido que supone, además de ser alcalde,  ser senador. Pero ya lo tenía pactado con el señor Mañueco y lo ocultó porque no es positivo, porque ninguna ciudad importante como Valladolid tiene un alcalde a dedicación parcial. Nosotros hemos gobernado esta ciudad durante ocho años y hemos tenido un alcalde, Óscar Puente, absolutamente volcado en su trabajo en cuerpo y alma. En fin, las 24 horas del día son pocas para una ciudad como Valladolid. Permitirte la frivolidad de marcharte al Senado no se puede vender en ningún caso como un servicio a Valladolid. Es un escaqueo de las responsabilidades y es el premio que él había pactado con Mañueco por asumir la carga de tenerse que presentar a ser alcalde cuando no quería. Es más, acaba de anunciar el PP que van a  tener  una tercera sesión mensual en el Senado y el señor Carnero lo aplaude. No sufre por no poderse dedicar al Ayuntamiento. Él está encantado.  

P.-   ¿Pero en qué se nota en el día a día que el alcalde sea senador? El regidor está presente en todos los actos de ciudad.

R.- Absolutamente en todo. La gente que está fuera del Ayuntamiento es normal que no  perciba algunas cuestiones, pero, en el día a día, si el alcalde no está otras personas toman las decisiones. En el caso del señor Carnero, ha enchufado aquí a un amigo suyo que es un alto funcionario de la Junta de Castilla y León para que haga gran parte de las labores de gestión que él tendría que estar haciendo. Esto es un despropósito. Ya veremos lo que dicen los tribunales si la manera en la que lo ha hecho es legal o ilegal, pero independientemente de que lo sea o no, es impresentable. No solamente es que el señor Carnero  no esté, es que su número dos, la señora Cantalapiedra, tampoco está.  No es ya que venga poco,  es que no está porque está dedicada al Congreso.  Oiga, ustedes son unos especuladores de la política. 

P.-  ¿Es cierto, como dice el señor Carnero,  que ustedes iban a fichar a una persona para un cargo similar al que ha creado el alcalde?

R.- Falso. Eso lo ha dicho y nos encargamos  de desmontarlo en un pleno. Que lo demuestre. Pero ¿de dónde se ha sacado eso?  Que demuestre de alguna manera lo que está diciendo.  

P.-  ¿Cómo lleva  estar en la oposición después de ocho años en el gobierno municipal?

R.- Bueno, lo llevamos con naturalidad, dentro de lo que cabe. Yo creo que nosotros no tenemos el problema de digestión democrática que tiene la derecha. Nosotros no hemos perdido el tiempo acusando de ilegitimidad al gobierno municipal, ni hemos ido llorando por las esquinas diciendo que somos la lista más votada. Nos hemos puesto a trabajar desde el minuto uno y yo creo que se puede ver el trabajo que estamos haciendo. Prueba de ello es que el señor Carnero está muy descontento con  la labor que hacemos, porque le resultamos muy molestos. No está acostumbrado a tener oposición y la estamos ejerciendo con rigor para trasladar a los ciudadanos que tenían un gran gobierno municipal , serio, que ha dejado una herencia tremenda y  ha cambiado por otro que no tiene rumbo ni proyecto.

P.- Habla de herencia. El PSOE  dice que ha dejado una situación boyante y el PP que heredan un Ayuntamiento poco menos que en bancarrota. ¿ A quién hay que creer? 

R.- A los datos. Pero es que hay una cosa que me hace mucha gracia y es que el Partido Popular estaba en la oposición y nunca les escuché decir que los datos eran malos. ¿Y por qué no lo decían? Porque no había motivo. Ha sido entrar a  gobernar y, como prometieron la luna en campaña, ahora necesitan excusas para justificar que no cumplen con lo prometido. Pero eso se desmonta en 20 segundos. Les dejamos la caja llena de ahorros, un valor patrimonial tremendo, 90 millones en caja y casi 100 millones de euros en fondos europeos. Ellos nos dejaron una deuda oculta del soterramiento de 400 millones de euros que acabó en los juzgados. 

P.-  El informe de la AIReF avisaba del alto nivel de endeudamiento. ¿Esto no es preocupante?

R.- El famoso informe de la AIReF es de antes de la elecciones y dice algo tremendamente sencillo. Cuando llega la pandemia, todos los ayuntamientos, como administración más cercana, hicimos un gran esfuerzo. Y en el caso de Valladolid especialmente, no solo porque consiguiéramos aguantar  esa situación sin subir  los impuestos sino  porque  abrimos la hucha y dedicamos 15 millones de euros para 6.000 pymes y autónomos.  ¿Qué ocurre? Que eso tiene un coste. Lógicamente, nosotros podíamos hacerlo porque teníamos remanentes, siendo muy conscientes de que eso no se puede mantener en el tiempo. Eso es lo único que dice la AIReF. La AIReF dice como siga usted así se va a meter en un problema. Claro, lógico. Pero el Ayuntamiento de Valladolid tiene una solvencia  a prueba de oleaje para ajustar esa política económica. 

P.-  Carnero planteó como eje central de su campaña y de su mandato recuperar el soterramiento y, mira por donde, nombran a Óscar Puente ministro de Transportes. ¿No le parece  lógico que mucha gente piense que con un ministro de Transportes de Valladolid puede haber alguna posibilidad para el soterramiento? 

R.- Me parece un planteamiento completamente pueril y falso. Las cosas no cambian porque a una persona la hagan ministro. Eso no cambia la realidad y, una vez más, el señor Carnero intenta convencernos de lo que a él le conviene. Vamos a ver, él se presentó a la alcaldía  garantizando el soterramiento con independencia de quién gobernara. Ahí está la hemeroteca. ¿Por qué hizo esa promesa? ¿Por qué garantizó algo que ahora dice que no está en su mano, que está en la mano del ministro?  Es cansado tener que explicarlo. En 2017 se firmó el convenio de  integración porque no se había soterrado un metro de vía y el valor de los  suelos no daba ni  para pagar la mitad de la deuda de  400 millones  que se les debe  a los bancos y que reclaman.

P.-  Han denunciado ustedes que la empresa que gestiona la estación de autobuses no ha pagado el canon en 35 años, pero ¿por qué en los  ocho años que han gobernado  no lo hicieron?

R.- Nosotros nos  hemos quejado de la situación ante la Junta en infinidad de ocasiones. Claro, ¿cuál es la diferencia? Durante los ocho años que Puente fue alcalde nunca le recibió el presidente de la Junta. Para nosotros pedir a la Junta era clamar en el desierto,  Ahora hay un cambio político y habría que pensar que,  como son del mismo signo, todo esto cambiaría, pero no, tampoco cambia. Entonces, ¿de qué nos sirve que Carnero esté en el Ayuntamiento?  Y encima hay un hecho muy sangrante. Nosotros destapamos el escándalo de la estación, responsabilidad de la Junta, y el señor Carnero inmediatamente se posiciona a favor de la Junta y dice que avala su gestión. El señor Carnero no ha venido aquí a gestionar. Ha venido a que la chincheta azul que han puesto en este  Ayuntamiento se mantenga. 

P.- ¿Cuál es su relación personal con Carnero?

R.-  Una relación correcta. Es un hombre al que le noto que no está cómodo con la oposición. Cualquier cosa que hace la oposición le molesta y no nos facilita la información a tiempo. Yo le he dicho que va a tener una oposición muy rigurosa  y  también le he dicho que no tiene por qué gobernar con Vox, y él lo sabe, pero no se va a complicar la vida. Pero sobre todo lo que he percibido es que  no tiene ningún compromiso con este Ayuntamiento.  Es más, yo creo que hay muchas posibilidades de que  no acabe el mandato 

P.- ¿Por qué?

R.-  Porque él ya ha cumplido su objetivo, que era arrebatar este Ayuntamiento a Puente y se ha cobrado su recompensa, que es irse al Senado.  Él no ha contraído la obligación de mantener la plaza, sino de conquistarla solamente. Cuando este callejón sin salida en el que se ha metido,  el soterramiento imposible, el campo de fútbol, los impuestos que no ha bajado, cuando ese callejón se le vaya estrechando,  llegado el momento no tendría ningún empacho en esgrimir el cumplimiento de su palabra, el ‘yo soterro o sobro’, y marcharse. Lo único que necesita es una ocasión, una buena excusa. Y si la encuentra, lo hará. Yo le veo capaz. 

P.- En el último pleno recibió usted una ‘bronca’ del alcalde. ¿Le molestó el tono?

R.-  Bueno,  ya tengo mucha experiencia en política y también voy viendo  un poco el perfil del señor Carnero y es un hombre muy autoritario. Él sabe que cuando se desinhibe da esa sensación de autoritarismo y no le gusta. Por eso, después de aquella bronca que montó, intentó bajar mucho el tono. Pero lo que le molesta es que haya oposición,  que haya un control,  que le estemos recordando sus incumplimientos. Eso lo lleva muy mal y veremos algún gesto más. 

P.-  ¿En qué ha cambiado Valladolid en estos ocho meses?

R.- En la expectativa, que es todo en la vida. Valladolid apuntaba muy alto como ciudad de referencia en políticas medioambientales, en movilidad, en captación de fondos europeos, en los mismos eventos de ciudad y hay que recordar que la gala de los Goya está captada por el anterior equipo de gobierno. El salto que se dio en las Navidades, por ejemplo, con la iluminación. En esas pequeñas cosas había una expectativa de progreso, de avance, de modernidad, y eso, votara  la gente lo que votara, era indiscutible. Valladolid era una ciudad pujante y ahora  tiene un gobierno sin ninguna ambición, cuya única finalidad  es conservar lo que ha conseguido  mientras se acaba la herencia recibida y no aspiran más que a que Valladolid sea una capital de provincias de Castilla y León. 

P.-  Óscar Puente marchó a Madrid después de 16 años al frente del Grupo Socialista. ¿Mantiene algún tipo de tutela después de tantos años?

 R.- Es el secretario general del Partido Socialista de Valladolid y es, además, nuestra referencia. Y su experiencia es imprescindible para hacer nuestro trabajo. Por tanto, su ayuda es fundamental para los que hemos trabajado con él en responsabilidades de gobierno y también en la oposición. Y eso nos da ya un bagaje grande, pero su consejo y su orientación son muy importantes y por suerte contamos con ello, a pesar de que él ahora está en unas responsabilidades muy importantes.

P.-  ¿Será usted el candidato del PSOE en 2027?

R.-   Falta mucho para las elecciones, una eternidad. Este partido no ha hecho más que empezar. Es el momento de hacer oposición al señor Carnero.

P.- ¿Teme que les pase factura el acuerdo con los independentistas y la amnistía?

R.- Faltan tres años y cinco meses para las elecciones municipales y van a pasar muchas cosas y trascendentes. Es evidente que para una parte de los electores no hay compartimentos estancos. Es decir, la política es la política y no hacen una distinción muy fina entre lo local, lo nacional y lo autonómico. Pero hay otros muchos que sí.  Me parece que es muy pronto para hacer una valoración de eso.  Creo que la legislatura a nivel nacional va a ser movida, pero eso no quiere decir que conlleve inestabilidad. 

P.-  ¿Se puede gobernar con un socio que exige una compensación en cada votación?

R.-  Es difícil, pero se puede hacer siempre y cuando los acuerdos que se alcancen tengan encaje legal y repercutan en un beneficio para la ciudadanía.  La política es eso.  Lo de ceder o no ceder ya es una cuestión de valoración. Evidentemente para gobernar tienes que ceder. Por ejemplo, Carnero podría gobernar ahora en solitario, pero tendría que ceder. Es una decisión suya. Y si a Núñez Feijóo le hubiera servido con los siete votos de Junts para ser presidente del Gobierno, los hubiese amarrado, aunque con un coste, sin duda.  

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