La Junta abre un expediente sancionador a Findus por los malos olores en Valladolid

Por su parte, Findus España aseguró que la planta de Valladolid "cumple con todas las certificaciones ambientales exigidas por las autoridades competentes y, además, cuenta con un Plan Estratégico, que tiene como objetivo la optimización de su sistema de gestión de residuos". A través de un comunicado, la empresa salió al paso de las quejas de los vecinos de la zona sur de la ciudad por los "malos olores" que proceden de la planta situada en el polígono de Argales y que han motivado que el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Valladolid lleve al próximo Pleno municipal una moción en la que propone reclamar a la Junta una "solución" a este "problema".

"El respeto al medio ambiente y el cuidado del entorno en el que opera son pilares fundamentales para Findus España", explica la marca de congelados que recuerda que la planta vallisoletana cuenta desde 2007 con la Autorización Ambiental Integrada, "cumpliendo cada año con los requerimientos solicitados por la administración". También tiene desde 2009 la certificación ISO 14.001, además de la certificación Green House Gas Protocol del Grupo internacional Nomad Foods, añade.

Además, y como parte de su Plan Estratégico, Findus invierte en proyectos "que permiten la mejora constante del tratamiento de residuos". "En 2021, realizó una fuerte inversión para la instalación de filtros de carbono activo para desodorización, así como para cubrir las balsas de homogeneización y evitar la emisión de olores", detalla la información.

En 2023, Findus asegura que actualizó la gestión de fangos de depuración, a través de un tiempo de espera mínimo del residuo en las instalaciones de la fábrica. Además, llevaron a cabo dos limpiezas profundas de las balsas de homogeneización, una en verano y otra en diciembre, añade. "Fruto del trabajo constante en mejora de la gestión de los residuos, la Fábrica obtiene resultados óptimos en sus indicadores medioambientales, reduciendo en el año 2023 la huella de carbono en más de un 12 por ciento y reduciendo el residuo orgánico por tonelada en casi un seis por ciento", continúa.

Además, "en su afán de optimizar su gestión y minimizar el impacto de la fábrica en su entorno", Findus España contempla en su plan una serie de medidas "como la utilización de nuevos productos captadores de sulfuros para evitar la generación de olores en el tratamiento de aguas; la instalación de un equipo neutralizador de olor general en el perímetro de la depuradora; la elaboración ad hoc de un Plan de Gestión de Olores (MTD.15); y la instalación de contenedores de materia orgánica cerrados".

Por su parte, según ha desvelado el Grupo Municipal Socialista, la Junta de Castilla y León no realizó inspecciones ambientales a la Fábrica Findus (antes Nestlé y previamente Maggi) entre 2015 y 2023 a pesar de tener constancia de numerosas denuncias vecinales, la mayoría de ellas recogidas y remitidas por el Ayuntamiento de Valladolid durante este periodo de tiempo. Además, según la documentación conocida por el PSOE, la Junta sólo hizo cuatro inspecciones a lo largo de 21 años: 1987, 1992, 1997 y 2008.

Es la información que hoy traslada a los medios de comunicación el PSOE en el Ayuntamiento. El pasado lunes el Grupo Municipal Socialista canalizó la denuncia pública de los afectados en una comparecencia conjunta ante los periodistas. Asimismo, durante los últimos meses los concejales socialistas se han reunido con los representantes vecinales para escuchar sus demandas. Y el lunes se debatirá una moción en el Pleno.

Se trata de inspecciones de “seguimiento y vigilancia” que deberían ser periódicas. Así figura tanto en las actas de los años 2011 y 2013, efectuadas por la Consejería de Medio Ambiente, como en el acta de la inspección de 2015, a cargo de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Fue precisamente la inspección de 2015 la última que se realizó hasta 2023 por parte del Servicio Territorial de Medio Ambiente; es decir, ocho años sin inspecciones ambientales en una industria situada en plena ciudad.

Pedro Herrero, portavoz del Grupo Municipal Socialista, lanza una pregunta: “¿Por qué la Junta de Castilla y León no realizó las inspecciones periódicas en los años 2017, 2019 y 2021, periodo en el que la Administración autonómica registró un centenar de quejas por parte de los vecinos.” Para el portavoz del GMS es especialmente grave que esto haya sucedido mientras miles de personas han padecido “olores insoportables, putrefactos, especialmente en verano”, según la descripción de los afectados. Y la realidad es que este problema ambiental y social continúa.

Además, en el informe de inspección de 2015 también se indicaba, respecto a las aguas, que el último control “anual” ECA (Estándar de Calidad Ambiental) se había realizado el 28-5-2013, es decir, hacía más de un año, sin que la Junta actuara al respecto.

En las conclusiones recogidas en el acta de la última inspección de agosto de 2023 sí se hace referencia a las demandas vecinales: “por las quejas recibidas y lo visto en la inspección, es presumible que las modificaciones realizadas (…) no hayan sido efectivas, no habiendo cesado las quejas por olores provenientes de la depuradora y vertidos”. Y de hecho la Junta reconoce que se debe aplicar un “Plan” de gestión de olores.

En este documento la Junta de Castilla y León constata una realidad alarmante: “No se garantiza un cumplimiento adecuado de las condiciones fijadas en la autorización ambiental. Se han constatado incumplimientos relevantes o muy relevantes”. Por eso, la Administración insta a la empresa a adoptar “inmediatamente” las medidas de corrección necesarias para evitar la afección a las personas y al medio ambiente.

En sus conclusiones, este informe de la Junta de 2023 señala las acciones que tiene que llevar a cabo la empresa para cumplir las condiciones de la Autorización Ambiental Integrada “para evitar o, cuando ello no sea posible, reducir la emisión de olores, la mejora técnica disponible consiste en establecer, aplicar y revisar periódicamente un plan de gestión de olores como parte del sistema de gestión ambiental”