Diario de Valladolid

La Navidad de los sin techo de Valladolid: "No lo sabe ni mi familia"

El comedor social elaboró menú para 120 personas, todos ellos agradecidos, aunque critican que las comidas del resto del año son de baja calidad / Otra queja es que se sienten importunados por la policía

Cola de espera en el comedor social de la calle José Delicado antes de entrar a la comida de Navidad. PHOTOGENIC

Cola de espera en el comedor social de la calle José Delicado antes de entrar a la comida de Navidad. PHOTOGENIC

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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Hace cero grados, solo sale vaho de las bocas, y en la puerta del comedor social municipal los comensales que esperan entrar a comer el menú de Navidad,  manos en los bolsillos del plumífero, solo tienen el aliciente de que será una comida especial, mejor que las del resto del año . De la festividad apenas se acuerdan, ya que no están para festejos. «Hay que ser sinceros, l a comida de ayer de Nochebuena , la de hoy y las señaladas de Navidades y Reyes están bien, pero las del resto del año son muy malas. Se agradece pero da vergüenza y esto viene de lejos», protestaron casi al unísono los miembros de un grupo de ocho habituales del comedor de la calle José Delicado Baeza. Se llevan bien entre ellos y aunque viven al día, cuando uno de ellos saca una cajetilla de tabaco la reparte entre todos. 

Como habituales del comedor se prestan a echar enseguida una mano al periodista para que obtenga una ficha rápida del perfil medio del comensal. Varones en proporción de ocho frente a dos mujeres, la mayoría nacionales y también una buena proporción de extranjeros, sobre todo marroquíes y búlgaros. «Los latinos frecuentan más el comedor de San Viator», sostienen.

¿Y hay ambiente de camaradería? « Aquí, para ser sinceros, venimos a comer. Ni cánticos, ni brindis con champán , porque solo se sirve agua, y apenas nada más. La única nota curiosa la puso la visita del alcalde Jesús Julio Carnero esta Nochebuena con varios concejales. Agradecemos que tuviera el detalle de felicitarnos las fiestas, parece buena persona, aunque podría hacer algo más por nosotros, especialmente para encontrar trabajo», indicó uno de los comensales. Este usuario se refería a la visita que realizó en Nochebuena el regidor Carnero en compañía de los concejales de Servicios Sociales (Rodrigo Nieto), Hacienda (Francisco Blanco), Comercio (Víctor Martín) y Medio Ambiente (Alejandro García Pellitero). 

La demanda de trabajo y un rancho diario de más nivel no son las únicas reivindicaciones de los usuarios del comedor social. Uno de ellos se quejan de que se sienten importunados por los policías cuando transitan por las calles empujando carros o portando varias bolsas. 

« La Policía nos persigue mucho a las personas que estamos con bolsas por la calle. No nos dejan tranquilos . ‘Documentación’, ‘circule’, ‘aquí no puede estar’, son frases constantes. No te dejan tranquilo. Me han perseguido hasta en la zona de la playa dando un paseo, detrás mío. Esto lo deberían cortar, porque somos personas pacíficas que no hacemos nada malo. Indigente que vean en la zona centro a por él. A saco», protestó. 

Es un usuario habitual del comedor tras quedarse en paro. «Era fontanero. Llegó el parón de las construcción de 2008 y las obras que tenía pendiente mi jefe no las hizo. Me quedé en el paro, mi madre entró en una residencia y yo me quedé en la calle», resumió. 

El denominador común de los asistentes al comedor social es el del parado de larga duración y que además vive solo o en albergues . Uno de los comensales, que no pone reparo alguno a dar su nombre y a dejarse a hacer fotos es el lisboeta Antonio Amunir que es también usuario del albergue del paseo de Extremadura donde les ofrecen solo desayuno «aunque está bueno». 

Amunir llegó a Valladolid procedente de Alemania donde trabajó por espacio de siete meses en la construcción pero el empresario, que sufrió unas duras inspecciones por una alta tasa de accidentalidad en sus andamios dejó de pagar a los obreros. 

Otro, español, asegura que lleva cuatro meses en el paro después de haber trabajado en el campo y como encofrador. A este contratiempo suma que se separó hace medio año. No ha comunicando a su familia que  está acudiendo a un comedor social. «Tengo una hija pequeña y se pondría más triste. Estas cosas, cuando menos se sepan, mejor» , indicó. 

Otro habitual es Juan Carlos, quien, dentro de su existir con bajos recursos, intenta ver la parte positiva de la vida. Así, recuerda que fue un socio activo del Banco del Tiempo de Valladolid, lo que  le llevó a protagonizar un reportaje en este mismo periódico cortando el pelo a un cliente.   «Yo cortaba el pelo y, de intercambio, recibía mudanza en coche, cursillos de superación personal, platos preparados o reparación de un enchufe» , rememora Juan Carlos. 

La empresa Servicio de Comidas y Actividades Sociales (Scas) preparó ayer 120 raciones de salpicón de marisco, pierna de lechazo asado con ensalada y capricho tres chocolates. Este equipo ya ha diseñado también los menús de las tres celebraciones pendientes de Navidad . En Nochevieja ofrecerá melón con jamón, langostinos en salsa mahonesa, caldereta de lechazo con guarnición y mousse de chocolate Duo. En Año Nuevo llegarán a la mesa una ensaladilla rusa, un plato de carne de ternera asada con saldas de dátiles y frutos secos, y tarta de San Marcos. La comida de Reyes será langostinos en salsa, entremeses calientes, jamoncito de pavo en salsa de orejones al jerez y roscón de Reyes. 

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