Diario de Valladolid

Lotería de Navidad 2023

De la veteranía a la juventud para hacerte millonario con la Lotería de Navidad

Pilar Aina Rodríguez lleva más de medio siglo en la administración El Trébol de la Suerte de la calle Mantería / Marcos Martínez González se convirtió en el lotero de Zaratán con apenas 19 años

Pilar Aina Rodríguez, una de las loteras más veteranas de Valladolid, en su administración.  -PHOTOGENIC

Pilar Aina Rodríguez, una de las loteras más veteranas de Valladolid, en su administración. -PHOTOGENIC

Publicado por
Estibaliz Lera

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Despachan suerte y lo hacen desde la veteranía y la juventud. A la sabiduría de una profesión que versa sobre una materia intangible e incontrolable se suma la frescura de quien afronta los fallos como oportunidades para seguir creciendo. Pilar Aina Rodríguez tiene 70 años y es lotera desde hace más de medio siglo. Su saber hacer sigue estando presente en la administración número 11 El Trébol de la Suerte de la calle Mantería, donde acude todos los días para ayudar a su hija y a su yerno . Allí llegó «por amor» y allí ha criado a su familia. Entre billetes de lotería. 

Tenía solo 24 años cuando aprendió este oficio de la mano de su marido, Emilio Ramos –que ya está jubilado– y su suegra. Desde entonces está al pie de la ventanilla para mostrar su mejor cara a cada uno de los clientes que acuden a este despacho vallisoletano. «Es verdad que nunca hemos dado el Gordo de Navidad, pero sí que hemos entregado premios grandes en los sorteos de la semana . No obstante, tenemos mucha ilusión de que los niños de San Ildefonso canten alguna vez nuestros números», relata muy contenta.

Aunque el gran codiciado de estas fiestas para convertirse en millonario ha pasado de largo por esta administración, que nació en el barrio de las Delicias, sí que han hecho parada otros premios que han cambiado la vida de muchas personas. En este sentido, recuerda los dos que entregaron en el año 2000, el de 2007, los de 2013, el de 2016, entre otros. Sobre este último, cuenta que fue el 52154 y fue consignado íntegro en su local . Los agraciados fueron, según comenta, abonados, pero también muchas personas de paso, ya que la calle donde están ubicados es muy comercial. 

En todo este tiempo Pilar ha vivido muchas anécdotas con clientes que para ella son familia. «Muchos vienen todos los días y son más que amigos, son parte de la familia» . También con gente de paso que decide acercarse a esta administración para buscar la suerte. Por ejemplo, rememora el caso de una señora que se acercó un día y la pidió que mientras cogía el décimo de lotería seleccionado por ella lo hiciera con una cabeza de ajo en la mano, o la gente que pide que le atienda un hombre con determinadas características: calvo, alto, bajo, rubio, moreno... «La superstición está presente en este ritual y nosotros hacemos todo lo posible para que se vayan contentos» .

En cuanto a los agraciados, asegura que conocen a muchos, ya que se han acercado para contarles que el premio había servido para ayudar a los hijos a pagar sus casas o terminar con la deuda de la sepultura de su marido. «Estar al frente de esta administración me produce una gran satisfacción porque hemos hecho feliz a mucha gente , y esperamos seguir haciéndolo igual de bien», subraya esta lotera, una de las más veteranas de Valladolid. 

No obstante, reconoce que no es un trabajo fácil. «Las jornadas son maratonianas. Aquí no hay vacaciones ni días libres y hay que echar muchas horas y ser responsable y serio en cada una de las transacciones», apunta. Valores que ha inculcado a su hija que ahora mismo es la que lleva junto con su marido las riendas de este negocio. En las semanas previas a Navidad, sobre todo, la última, la carga de trabajo se incrementa mucho más por lo que están en el local desde muy pronto hasta que se va el último cliente con su boleto. 

Boletos que, tal y como subraya, siguen siendo un tesoro muy preciado. Es verdad, indica que los más demandados son los impares, sobre todo, los terminados en 5 y en 7 . A estos se suma los que acaban en 13 y en 69 . Tanto interés despierta el número de la mala suerte, agrega Pilar, que incluso hay lista de espera por si alguno se echa para atrás a la hora de adquirirlo para que pase a otras manos. Este año el 23 ha tenido muchos interesados . Sin embargo, incide que «vender se vende de todo. Hay gente que quiere que terminen en dos ceros, que empiece con dos ceros. Altos, bajos… Cada uno tiene su idea». 

Otro momento muy intenso y que viven con especial felicidad, admite esta lotera, es cuando una persona acude a la administración porque piensa que le ha tocado el reintegro y tiene un premio de los grandes. «Le comento que tiene que ir al banco porque no se lo puedo dar; es muy emocionante porque sé que estoy haciendo feliz a la gente». 

Todo ha cambiado. Dice que su marido llegó a cortar los décimos con tijera, ella ya no, pero en su caso se ha ido adaptando a las nuevas tecnologías. Y es que Emilio, su compañero de vida, fundó junto con su madre, viuda de guerra, este despacho hace muchos años «sin saber nada de lotería» . A día de hoy aún conserva la clientela que adquirió cuando estuvieron en la calle General Shelly. 

La cara más juvenil de este negocio que mira al azar para seguir creciendo es Marcos Martínez González , que se convirtió en propietario de la administración de lotería del centro comercial Equinoccio, en Zaratán, con tan solo 19 años. Ahora que ya tiene 28 echa la vista atrás y se muestra muy contento de todo lo que ha conseguido junto a su hermano, Andrés, de 34. Nunca habían pensado en convertirse en loteros, pero una conversación de su padre con unos vecinos en el ascensor de la casa familiar cambió su rumbo laboral. 

«Mi hermano acababa de terminar la carrera y yo el bachiller, salió esta oportunidad y decidimos apostar por ella» , explica. Con su ‘sí’ encima de la mesa cogieron las riendas de este despacho que un año después se trasladó a este pueblo vallisoletano, en concreto a la plaza Ronda, 5. Aprendieron desde cero. «Fue duro porque no teníamos ni idea. Nos enseñó mucho el antiguo trabajador. También es verdad que todo está muy guiado». 

Aunque los retos iban sucediéndose uno tras otro, esta pareja de hermanos seguía avanzando. Marcos atendiendo a todos los clientes y Andrés llevando la parte administrativa porque había estudiado Administración y Dirección de Empresas. Juntos están llegando lejos. De hecho, el año que viene cumplen 10 años . «Ofrecemos un trato muy personalizado. Estamos en un pueblo y nuestros clientes son los mismos de siempre . Tenemos mucha gente mayor que intentamos que consigan lo que buscan. Cuando no tenemos ese número, buscamos donde lo tienen y les apuntamos el teléfono para que puedan llamar a esa administración y hacerse con el décimo», señala. 

No se han estrenado con los premios de Navidad, pero desde que dieron en mayo casi 200.000 euros en la Primitiva , las ventas se han incrementado. «Mi hermano se metió en la página de lotería y me llamó para decirme que habíamos repartido ese gran premio», asegura Marcos, que está convencido de que este año serán los protagonistas de vender el Gordo de Navidad. De momento, sus clientes se la están jugando, sobre todo, al 5 y al 7. En esta línea, dice que desde hace un mes tienen agotado el 85625 , que es el número del Equinoccio. 

En estos días prácticamente viven en la administración, un lugar que les ha dado muchas anécdotas. «La gente se ha olvidado de todo: llaves, compra, móviles… Te dejan cualquier cosa», sostiene Marcos quien reclama que se incremente las comisiones porque la vida sube y las inversiones que tienen que realizar en los locales son cada vez más costosas. No obstante, está feliz de vender suerte y de que sus clientes puedan convertirse en millonarios. 

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