Diario de Valladolid

Puente en su despedida del pleno de Valladolid: "Me cambiaría muy a gusto por Carnero aunque él no lo crea"

El ministro asegura que le gustaría seguir siendo alcalde, "pero así es la vida, me han degradado a ministro de Transportes que no esta mal" bromea / La nueva titular de Igualdad, Ana Redondo, se despide del Ayuntamiento de Valladolid tras "los ocho años más felices de mi vida", puntualiza

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Fernando Martín
Valladolid

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Llegaron, hablaron, renunciaron y se marcharon del Ayuntamiento. El exalcalde y ahora ministro de Transportes, Óscar Puente , y la exconcejala y ahora ministra de Igualdad, Ana Redondo , hicieron ayer su último paseíllo como concejales desde el despacho de la alcaldía al salón de plenos junto al regidor, Jesús Julio Carnero, en un viaje sin retorno a la política nacional. Fue un pleno diferente para despedir a dos concejales elevados a ministros , emotivo para ambos, aunque en especial para  Puente al abandonar la que ha sido su casa durante 16 años: ocho en la oposición y otros ocho como alcalde.

Recibidos con aplausos al entrar en el salón , los dos ministros hicieron una breve intervención para despedirse y salieron como entraron, con las salvas de sus compañeros de bancada, también de algún concejal del PP, y del público que ayer llenaba la tribuna de invitados.

Al echar al vista atrás, el exalcalde admitió que le resultaba difícil «controlar las emociones» y aprovechó para dar las gracias «a la ciudadanía de Valladolid» por brindarle la oportunidad de cumplir «el sueño de ser alcalde» . De hecho, confesó que le hubiera gustado seguir al frente de la ciudad «un poco más» y añadió que se cambiaría «por el señor Carnero, aunque no lo crea» , pero, en tono irónico, dijo que le han «degradado a ministro de Transportes» , lo cual «no está mal:  así es la vida y así es la democracia».

Fue, sobre todo, una despedida de agradecimientos, una lista en la que incluyó a los trabajadores del Ayuntamiento, de quienes aseguró que conforman «una de las administraciones que mejor funciona» en España. Puente hizo extensivo el agradecimiento a los militantes -«yo soy lo que soy gracias a su apoyo», dijo -y a sus compañeros del grupo municipal, de los que destacó  «su calidad humana».

Aunque ya parecía claro que su nombramiento implicaba renunciar a su compromiso de volver a presentarse a la alcaldía en 2027, ayer, en su despedida, vino a confirmarlo.  Tras recordar la  canción de Joaquín Sabina  en la que  el cantautor recuerda que no hay que  volver al lugar en el que uno fue feliz, Puente dijo que no sabía si sería su caso, pero afirmó que quizá fueran sus «últimas palabras como concejal» y aunque luego añadió que deja «abierta alguna puerta», reconoció que «lo más probable es que sea así».

Desde su nuevo sillón como ministro, aseguró que tratará de ayudar a Valladolid «como pueda» , pero advirtió también de que ahora su horizonte es  más amplio y le toca «servir a España» , un aviso ante la larga lista de peticiones que ya le han llegado.

Tras mostrar su confianza en «conseguir los objetivos» que se ha propuesto y dejar  «lo más alto posible la bandera de la ciudad» se despidió de todos con un «os deseo lo mejor» a lo que añadió: «Ya sabéis donde me tenéis. Mi puerta estará abierta a vuestra disposición, lo sabe el alcalde, los sabéis todos y todas».

También la nueva ministra de Igualdad evocó con cierta nostalgia sus ocho años en el Ayuntamiento como concejala de Cultura y confesó que son los «más felices» de su vida . «Me voy con emoción, pero parte de mi se queda aquí», dijo en su breve intervención Redondo, tras señalar que Valladolid es  «un lugar en el que ir y volver constantemente».

La nueva ministra se definió como «una servidora pública socialista» que asume su nueva responsabilidad al frente del Ministerio de Igualdad «con honor y vértigo» y, como Puente, aseguró que su puerta «estará abierta». Pese a que su vida política toma otros derroteros, matizó que   «no es un punto y aparte, es un punto y seguido» y se comprometió a  «permanecer en las calles» de Valladolid «estando muy atenta a todos los problemas que surjan y desde el Ministerio también apoyar lógicamente a las instituciones, lógicamente también a este Ayuntamiento» y a sus compañeros y compañeras del Grupo Socialista.

Para ellos fueron sus últimas palabras, convencida de que «lo van a hacer estupendamente» y de que, «estarán al frente de todos los temas denunciando aquello que no funcione, pero también colaborando para que la cosas vayan mejor porque al final se trata de eso, la política es solucionar los problemas de la gente».

En su mensaje final pidió «trabajar fuerte, trabajar duro para mejorar nuestra democracia, nuestra ciudad y también esta España nuestra que tanto queremos».

El alcalde cerró las intervenciones de los dos exconcejales para dar la enhorabuena a los nuevos ministros, pero, a la vez, para dejar claro que intentará sacar rendimiento de una circunstancia tan especial como tener a dos miembros de la Corporación en el Consejo de Ministros.

Más allá de los consabidos parabienes, Carnero dijo que «no se puede estar en mejor tesitura» y avanzó que necesitarán la ayuda del Gobierno para la instalación de Inobat y Swicht y para «todos aquellos grandes temas e infraestructuras», dijo sin mencionar el soterramiento , aunque todos entendieron el mensaje. De alguna manera, el alcalde cargó la responsabilidad sobre los nuevos ministros, en especial sobre Puente, y se mostró confiado en que sus peticiones  «van ser atendidas» con los dos como embajadores en el Gobierno.   «Todos vuestros éxitos serán nuestros éxitos», dijo Carnero antes de desear a ambos «toda la  suerte del mundo».

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