Diario de Valladolid

Valladolid destina 1,4 millones para ayudas de emergencia a familias sin recursos, la mitad para el alquiler y alimentos

El Ayuntamiento concede 2.190 prestaciones hasta octubre, 420 para pagar la factura energética

Almacén de recogida de alimentos para su distribución.-ICAL

Almacén de recogida de alimentos para su distribución.-ICAL

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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Pagar el alquiler, la luz, el gas, comprar alimentos o los enseres básicos de la vivienda no está al alcance de muchas familias de Valladolid, que tienen que recurrir a la ayuda municipal para afrontar el día a día. En los diez meses transcurridos de este año, el Ayuntamiento lleva concedidas 2.190 ayudas de emergencia por un importe de 1.440.707 euros y más de la mitad del dinero, 795.487 euros, el 55%, fue para el pago del alquileres y para la compra de alimentos.

La ayuda de emergencia  es una prestación básica de subsistencia destinada a personas que no pueden afrontar las necesidades más elementales, un colectivo más amplio de lo que los datos dan a entender. Con pequeñas variaciones, el Ayuntamiento concede cada año más de 2.000 ayudas, alguna vez cerca de 3.000, lo que revela que todavía existe una importante bolsa de hogares vallisoletanos con dificultades económicas, en algunos casos próximos a la pobreza . Es una problema oculto, que aflora cuando las familias se deciden a solicitar la ayuda.

El pasado año fueron 2.467 las ayudas aprobadas por un importe de 1,5 millones de euros, por debajo de las 2.813 de 2021, y todo indica que este ejercicio estarán en torno a las 2.500. Faltan dos meses para que termine el año, los más fríos, y la experiencia dice que se incrementarán las peticiones para el pago de la factura energética. Un año más, se repite el patrón de ejercicios anteriores y siguen en cabeza  los beneficiarios de la ayuda para el pago del alquiler, 732,  con una partida que suma 618.642 euros , casi la mitad del total. 

En Valladolid, tanto en la capital como la provincia, miles de personas recurren al Banco de Alimentos  y  también la alimentación está en la lista de las necesidades  incluidas en el presupuesto de ayudas de emergencia. El Ayuntamiento atendió el pasado año 404 solicitudes para cubrir la necesidad más básica: comer.  Fue la segunda partida en importancia,  por encima de la destinada  a pobreza energética, con 176.845.631 euros concedidos, de los que  100.270 euros fueron para  comprar alimentos con tarjeta prepago, una modalidad que se implantó en 2020 y permite adquirir productos en cualquier establecimiento de alimentación y en farmacias. 

Las ayudas de emergencia, pensadas para personas y  familias con un nivel de ingresos insuficientes para hacer frente a los gastos básicos,  son también un indicador las necesidades sociales de la ciudad. La experiencia de años anteriores indica que hay una relación directa entre el empleo y el número de solicitudes que se reciben, de manera que el incremento del paro conlleva también un aumento de las peticiones y a la inversa.

Entre las  necesidades que cubren las ayudas de emergencia, las relacionadas con la vivienda ocupan cada año un lugar relevante. Reponer un frigorífico o la lavadora, electrodomésticos básicos en cualquier hogar, tampoco está al alcance de todas las familias. El gasto destinado por el Ayuntamiento en lo que va de año para la adquisición de enseres, reparación y acondicionamiento del hogar  fue de 81.175 euros, a los que hay que sumar otros 92.738 para el pago  de la hipoteca de 119 solicitantes. 

Una partida  importante también, 155.308 euros, el 10 % del total, se destinó a cubrir gastos de alojamiento temporal para personas en situación de urgencia social , un capítulo en el que las peticiones van en aumento, aunque en 2021 no se tramitaron prestaciones por este concepto.

El coste de la salud buco-dental, en especial de los niños,  supone para muchas familias un coste imposible de afrontar y también está incluida entre las causas para solicitar la ayuda de emergencia.

La partida dedicada a estos gastos ascendió el pasado año a 63.088 euros, a los que hay que añadir otros 35.052 para  el  pago de gafas, audífonos y material de ortopedia . En otros casos, los solicitantes tienen problemas para pagar la cuota de la comunidad de vecinos, un apartado al que se dedicaron 26.411 euros, mientras otros 12.101 euros fueron para atender cuidados personales esenciales como la compra de ropa y de productos higiénicos.

Aunque la casuística es muy diversa, el perfil más común de las personas solicitantes corresponde al de una mujer, de nacionalidad española y con cargas familiares. Son las mujeres las que suelen solicitar la ayuda en nombre de  la unidad familiar. A la hora de aprobar la concesión, tienen prioridad las familias monoparentales y las mujeres que han sufrido violencia de género. Las ayudas de emergencia están pensadas para cubrir una necesidad de forma transitoria, de manera que la concejalía de Servicios Sociales realiza un seguimiento de los beneficiarios para ayudar al solicitante, en la medida de lo posible, a superar la situación por la que atraviesan. 

La concesión de las ayudas de emergencia por el Ayuntamiento está regulada en un decreto que entró en vigor el 22 de febrero de  2019, durante el anterior mandato municipal, y que contempla también las obligaciones que contrae el  beneficiario. El reglamento recoge que la persona adjudicataria de la ayuda tendrá la obligación de justificar el valor total de la cuantía concedida, y la aplicación de la prestación a la finalidad para la que se ha concedido,  mediante la presentación de las facturas, recibos o justificantes que acrediten los gastos realizados.

Las facturas y justificantes deberán ser originales y contener, como mínimo, los datos de quién la emite y la persona destinataria, además del importe del mismo y la fecha de expedición.  Los justificantes deben presentarse en un plazo máximo de tres meses desde el abono de la prestación. 

La percepción de la ayuda de emergencia es compatible con cualquier otro recurso, ingreso o prestación social que  obtengan las personas destinatarias, incluida la Renta Garantizada de Ciudadanía. La concesión de la prestación conlleva  la elaboración de un proyecto individualizado de inserción, salvo en los casos en los que  la situación del solicitantes sea circunstancial y no se detecten otros problemas de integración.

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