El detenido niega cualquier relación con la desaparición de la joven Esther
El rastro del móvil de la joven se pierde en el entorno del chalé de Ramón ‘el Manitas
El rastro del móvil de Esther López de la Rosa, es una de las claves con las que trabaja la Guardia Civil para tratar de resolver la desaparición ‘forzosa’ de la joven de 35 años de Traspinedo.
Un rastro del teléfono móvil de Esther que, según las fuentes de la investigación consultadas por este periódico, se pierde en el entorno del chalé del hasta el momento único detenido –conocido por Ramón C. ‘el Manitas’ de unos 40 años de edad–, por la desaparición ‘forzosa’ de Esther. Eso sí, el mecanismo, fijado por el repetidor de telefonía, no marca el punto exacto, sino el entorno, que sitúa en las proximidades de la vivienda del detenido.
La posición del terminal fue solo un elemento más para que los agentes pusieran los focos en Ramón, un varón a quien pocos conocen en la urbanización Cañada Real donde fue detenido el pasado sábado 22 de enero, a las 22 horas.
Uno de los jóvenes con los que Esther había visto el partido de la Supercopa entre el Madrid y el Barcelona el pasado día 12 de enero, último día que se tiene noticias de la joven, reconocía a la Guardia Civil que el martes día 18, un día después de que el lunes 17 la familia denunciara la desaparición, había realizado varias llamadas a varios de los amigos y conocidos de Esther, entre ellos Ramón, el ahora detenido, y que éste le había dicho que cómo iba a estar desaparecida si había hablado con ella y le había trasladado que se iba a Valladolid con un amigo. Precisamente ésta es una de las contradicciones que habría detectado la investigación.
Los investigadores sospechan que Esther habría estado con el detenido en su chalé, que ahora se está registrando, lo que no se sabe es si de manera voluntaria o forzosa.
Las líneas de la investigación apuntan a que la joven desparecida junto al restaurante La Maña, último lugar en el que se la habría visto con unos amigos, habría ido a la vivienda del detenido, a quien también conocía.
Ramón R.C., conocido como ‘el Manitas’, niega cualquier relación con la desaparición de Esther, lo que ha provocado una mayor celeridad en las pesquisas de la Benemérita antes de que concluya el plazo legal de detención de 72 horas, que expira esta noche, antes de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción, 5, en funciones de guardia, en el que recaído el caso. Su titular decretó al instante el secreto de sumario.
Por ello, el domingo los agentes no perdieron el tiempo y se dedicaron a inspeccionar desde primera hora de la mañana palmo a palmo este chalé ubicado muy cerca de las Bodegas Vizar. El arrestado, acompañado de su abogado, asistió a un registro minucioso de su chalé. En ningún momento reconoció implicación alguna en la desaparición de Esther, lo mismo que cuando fue arrestado horas antes en una detención que se desencadenó porque los investigadores conocieron que iba a realizar en breve un viaje, al parecer, a Cuba.
La UCO, que solo cree en la certeza de las pruebas, coordinó un plan para desmantelar su chalé en búsqueda de cualquier indicio del paso de Esther por esa casa, por microscópico que fuera.
Se encargó de ello una unidad especializada llegada desde Madrid, el Equipo Central de Inspecciones Oculares (Ecio). Su plan era escudriñar el 50% de la casa el domingo, y la otra mitad ayer lunes, como así fue. El domingo empezaron a primera hora de la mañana y terminaron a las 21 horas. Habían encontrado una vivienda bastante desordenada, con colchones viejos contra las paredes y con un suelo de hormigón proyectado, una dura capa en la que es difícil cavar.
Los guardias llenaron hasta diez bolsas con pruebas que se llevaron a analizar a Madrid.
BMW de la Benemérita
Tocó ayer tratar de auscultar el 50% restante de la vivienda, siempre –con Ramón C. y su abogado presentes–, e inspeccionar su vehículo. Por error, trascendieron informaciones de que se trataba de un BMW rojo aparcado junto al chalé, pero este vehículo forma parte del parque de la Comandancia. El automóvil real de Ramón, está siendo inspeccionado con la misma precisión que la casa.
Junto al Iceo ‘trabajan’ los perros Dylan y Bill, la flor y nata de los canes policiales formados en rastreo de desaparecidos, y que han llegado desde el Servicio Cinológico (Secir) de El Pardo (Madrid). En la mañana de ayer daban saltos antes de comenzar su trabajo en la vivienda unifamiliar de Ramón el Manitas.
Dylan tiene un potente historial ya que participó en la búsqueda del pequeño Gabriel en Almería –aunque en este caso no tuvo su mejor actuación– y el pasado mes de diciembre en el caso del homicidio de un varón de 56 años, a manos, presuntamente de Cristina R.V., de 26 años, en Cortegada (Ourense).
Dylan –natural de Chiclana, Cádiz– es un perro de aguas blanco de dos años edad, y su compañero de cuatro patas es un pastor belga de cuatro años, llamado Bill. Estos perros actúan identificando olores que desprende un cuerpo sin vida Su premio es un juguete al que está asociado un determinado olor.
La gran pregunta es si los registros en la casa y en el vehículo han aportado alguna prueba sobre Esther. Una cuestión que de momento no ha trascendido debido al extremo hermetismo de los mandos de la Guardia Civil, reforzado por el secreto de las actuaciones.
Fuentes vecinales indicaron ayer que este sospechoso, de talla menuda, es de Laguna de Duero y el chalé registrado no es su vivienda cien por cien permanente. Se trata de un hombre conocido en la zona por diversos episodios violentos. Uno de ellos ocurrió hace un año, cuando agredió con un cuchillo a un vecino en un brazo tras una pelea en La Maña por una simple apuesta. En plena discusión, el ahora detenido sacó el arma blanca.